Ayuda intergeneracional a 2.000 personas en La Caridad

La fundación, que en 2023 cumplirá 125 años, cuenta con una escuela infantil, un centro de día para mayores y atiende a personas con problemas de salud mental.

Deniel Gimeno muestra el área escolar de la fundación a Javier Lambán y María Victoria Broto.
Deniel Gimeno muestra el área escolar de la fundación a Javier Lambán y María Victoria Broto.
DGA

La colaboración de la Fundación La Caridad traspasa generaciones. Con un modelo poco convencional, atiende a 370 niños entre la escuela infantil Cantinela y el colegio Cantín y Gamboa y a 120 mayores en el centro de día Los Sitios y otras 65 personas sin hogar y trastornos mental graves

Además, cuenta con un servicio de comida a domicilio del que se benefician más de 1.100 personas. "Estamos hablando de alrededor de 2.000 personas diarias", apuntó el director gerente de la fundación, Daniel Gimeno, tras recorrer las instalaciones junto al presidente de Aragón, Javier Lambán, y la consejera de Ciudadanía y Derechos Sociales, María Victoria Broto.

El objetivo es seguir mejorando y ampliar el programa de comida a domicilio. "Lejos de suponer un problema para la eficacia del servicio es una ventaja", detalló Lambán, quien explicó que con la convivencia de varios colectivos desfavorecidos se tiene una visión más integral para solucionar los problemas. Gimeno reivindicó que los diferentes colectivos tienen "una convivencia excelente" en "un lugar mágico" que permite realizar "interactuaciones y actividades" entre estos grupos.

Esta atención a todos los niveles se produce en un edificio con más de 114 años de historia propiedad de la DGA, pero que está cedido a La Caridad. Es precisamente esta antigüedad la principal preocupación del gerente. "Requiere una adaptación, especialmente, por problemas de seguridad", explicó. En estos momentos, trabajan en una nueva escalera de evacuación para cumplir con los estándares técnicos y normativos. "Indudablemente también nos apetece que mejore estéticamente y adecuarlo a los servicios que tenemos", afirmó.

Pero, más allá de lo económico, Gimeno quiso centrar la atención en la salud mental. "En todos los servicios he detectado más problemas de ansiedad, depresión y salud mental que hay que cuidar", enfatizó. Y por ello, su objetivo no solo es "atender las necesidades básicas", sino "mejorar la calidad de vida de estas personas".

Recordó que ante escenarios como la pandemia o la crisis sanitaria, aumentan los niveles de pobreza, pero quiso dejar claro que, incluso en momentos de holgura económica, "la pobreza se mantiene". "Cuando sube el Producto Interior Bruto (PIB), la pobreza no disminuye al mismo ritmo", lamentó. Por ello, consideró esencial la ayuda de las administraciones y apostó por esa ayuda "personalizada" que traspasa generaciones en La Caridad.

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