Sara Majarenas, la etarra que vivió en Zaragoza, ha quedado en libertad

Ha permanecido 13 años de prisión por integración en organización terrorista.

La etarra Sara Majarenas.
La etarra Sara Majarenas

La presa de ETA Sara Majarenas, cuya hija fue acuchillada por su padre en enero del año pasado, ha quedado en libertad este lunes tras cumplir íntegramente su condena de 13 años de prisión por integración en ETA.

La excarcelación de Majarenas, cuya situación alcanzó proyección social y mediática debido a la agresión que sufrió su hija Izar, de tres años de edad, por parte de su propio padre, ha sido dada a conocer por la asociación de familiares de presos de ETA Etxerat.

De este modo, Majarenas ha quedado en libertad después de cumplir íntegramente su condena a 13 años de prisión por integración en organización terrorista.

La exreclusa ha cumplido la última parte de su condena en un modulo penitenciario externo de Madrid, después de que la Audiencia Nacional aceptara en marzo del año pasado su acceso a segundo grado debido a las "circunstancias excepcionales" de su caso.

La Justicia rechazó las peticiones de libertad condicional y acceso a segundo grado solicitadas por Majarenas --y respaldas por instituciones como el Parlamento Vasco-- para poder residir junto a su hija en el domicilio familiar de San Sebastián.

Su pasado en Aragón

Majarenas es una de las mujeres de la banda terrorista que más relación tuvo con Aragón durante los primeros años de este siglo.

Estudió Fisioterapia en la Facultad de Ciencias de la Salud en Zaragoza entre 1999 y 2002 y realizó prácticas como fisioterapeuta en la mutua MAZ, en el hospital Clínico y en el Instituto Aragonés de Servicios Sociales en 2001.

En el momento en el que fue detenida en Valencia, llevaba encima un documento de 20 folios con cerca de 500 nombres de políticos, empresarios, policías, militares y jueces; y de ellos, 50 eran aragoneses.

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