"La etarra Sara Majarenas sacaba buenas notas en Fisioterapia en Zaragoza"

Salió ayer en libertad la terrorista que residió cuatro años en la capital aragonesa y fue fisioterapeuta del Club Ciclista Aragón.

La etarra Sara Majarenas, en una foto de archivo al detenerla en 2005.
La etarra Sara Majarenas, en una foto de archivo al detenerla en 2005.
Efe

La etarra Sara Majarenas, que salió este lunes en libertad después de cumplir 13 años de prisión, residió cuatro años en Zaragoza (1999 a 2002) donde estudió Fisioterapia, aunque no terminó la carrera. Una profesora que le dio clases ha contado a HERALDO que cuando era estudiante "sacaba buenas notas" y "era una chica muy normal". Cuando la detuvieron en Valencia con Mikel Orbegozo en 2005 como integrante de la banda terrorista, sus compañeras de la Facultad y de piso se quedaron perplejas. Esta presa de ETA fue conocida también porque cuando estaba presa su expareja apuñaló a su hija de tres años en enero de 2017 en Benifaló (Valencia) y el juez de Vigilancia Penitenciaria, José Luis Castro, le permitió convivir con ella en el último año en segundo grado en una fundación.

Sara Majarenas Ibarreta, donostiarra de 25 años, vivió y estudió en Zaragoza en la Facultad de Ciencias de la Salud, en la rama de Fisioterapia. Durante el último curso, la etarra hizo prácticas en la Mutua de Accidentes de Zaragoza, en el Hospital Clínico y en un Centro de Atención a Minusválidos Psíquicos del Instituto Aragonés de Servicios Sociales.

Cuando la Policía la detuvo  en Valencia, mostró una placa falsa de la Guardia Civil, pero también llevaba encima un carné de estudiante de la Universidad de Zaragoza a nombre de una mujer apellidada Aznar, nacida en 1978.

En su época de estudiante en la capital aragonesa, Sara Majarenas compartió piso con otros jóvenes en el camino de la Mosquetera. En esa vivienda siempre había estudiantes y todos se comportaban normalmente, según los vecinos del edificio.

Además, según comentó un compañero de curso, también vivió en la zona de la Romareda. “La recuerdo como una chica muy feliz, siempre estaba sonriendo. Iba en bicicleta y vestía un poco hippie. Como estudiante no era de matrícula pero tampoco de suspenso. Iba aprobando”, relató una estudiante.

Durante una comida que hicieron en 2004 echaron de menos no saber nada de ella. “Alguien contó que su madre tampoco sabía dónde estaba desde hacía dos años porque se había ido con su novio en una furgoneta y que creía que la última vez que la había llamado había sido desde Francia”, explicó una compañera de la facultad.

La Policía investigó minuciosamente la trayectoria de Sara Majarenas en Zaragoza ya que, a pesar de que su nombre no aparece en la investigación del asesinato del presidente del PP aragonés, Manuel Giménez Abad, cometido el 6 de mayo de 2001, su estancia coincide con la fecha del crimen, uno de los pocos cometidos por ETA sin resolver.

Además, se detectó su paso por Aragón desde la frontera hasta Teruel, donde estuvo en diciembre de 2004 para mantener contactos con otros comandos de ETA, con los que intercambió información sobre los acuartelamientos de Jaca (Huesca), que ya habían aparecido en documentación de la banda terrorista, y de Zaragoza. La Policía halló numerosa documentación en poder de Sara Majarenas y Mikel Orbegozo, entre la que había informes poco elaborados de 50 políticos aragoneses.

Fisioterapeuta del Club Ciclista de Aragón

El paso de Sara Majarenas por Zaragoza dejó muchas huellas porque ejerció durante varias pruebas ciclistas como fisioterapeuta del CAI-Club Ciclista Aragonés, el equipo más representativo del panorama ciclista de la Comunidad. Majarenas, junto con otra compañera de la Facultad de Ciencias de la Salud, de nombre Maitane, acompañó al equipo en diversas carreras, como la Vuelta a Ávila, la Vuelta a Navarra o las Rutas del Vino, en Ciudad Real, y estuvo también en el Campeonato de España de fondo en carretera, en el año 2003. Incluso, llegó a vivir durante una temporada en el piso que la formación zaragozana tenía en la calle Díaz de Mendoza número 5- 1º izquierda. El piso servía para que pudieran pernoctar ciclistas del CAI de fuera de Zaragoza. Y fue utilizado también durante varios años por el anterior director de la formación, Jon Cengotitabengoa, responsable del equipo Café Baqué.

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