El carné por puntos, que entró en vigor en el verano de 2006, ha sido fundamental para reducir la siniestralidad en las carreteras españolas. Los diferentes actores del sector han reconocido reiteradamente en los últimos años que este sistema supuso un gran cambio cultural para la sociedad y para su comportamiento en las carreteras, especialmente en lo referente a la concienciación sobre seguridad vial.

Se trata de una acción que ha cumplido buena parte de sus objetivos, pero que, tras doce años de andadura, conviene analizar de manera detenida para observar otros indicadores que también son importantes y cuyos resultados no son tan satisfactorios. La Asociación Profesional de Empresas Formadoras en Logística, Transporte y Seguridad Vial (Formaster) publicó recientemente un informe en el que trataba la accidentalidad en España desde la implantación de este nuevo sistema. Bajo estas líneas puedes encontrar una docena de datos significativos al respecto, uno por cada año de existencia del carné por puntos:

Los fallecidos por accidentes de tráfico han descendido un 53% desde 2006. Los siniestros con algún tipo de víctima han aumentado un 2% en este periodo. En 2016, se produjeron en España 102.362 accidentes con víctimas, en los cuales fallecieron 1.810 personas. En 2017, el número de fallecidos aumentó hasta 1.830 personas en estos sucesos. Si se enfrentan estos dos últimos datos con los de hace una década, las víctimas totales de accidentes de tráfico han descendido un 3% (pero no todas al mismo ritmo, pues, como se apuntaba anteriormente, el número de fallecidos cae un 53%). No obstante, las cifras de heridos graves (aquellos que necesitan hospitalización) desciende un 50%. Sin embargo, el número de heridos leves sube un 6%. En Aragón, en los dos últimos años, casi mil ciudadanos han perdido todos los puntos del carné. Hace 10 años, el 51% de los siniestros con víctimas se producían en zonas urbanas y el 49% en vías interurbanas. Los datos actuales indican que los accidentes urbanos con víctimas (incluidos los fallecidos y los heridos) suben hasta el 63%, mientras que los ocurridos en las carreteras convencionales representan el 21%; en las autovías y autopistas se producen el 3% de los siniestros con víctimas, y el 13% restante se engloba en lo que la Dirección General de Tráfico (DGT) considera ‘otros’: travesías, caminos vecinales e incorporaciones. En este sentido, el índice de letalidad (porcentaje de víctimas en accidentes que fallecen) ha aumentado un 13% entre 2013 y 2017, pasando de 2,4 a 2,7 fallecidos por cada cien víctimas. A pesar de que han mejorado considerablemente los sistemas de seguridad activa y pasiva de los coches, se han incrementado tanto los accidentes como las víctimas que no necesitan hospitalización. Según numerosos expertos, a mayor seguridad que percibe el conductor, mayor es el riesgo que asume, lo que conlleva más accidentes (aunque estos sean de menor gravedad). Asimismo, también se conduce de forma más despistada y desatendida con respecto a la circulación, especialmente en vías interurbanas. Según datos de la DGT, el 29% de los accidentes mortales se produce por exceso de velocidad. Tal y como reflejaba la última Encuesta sobre Actitudes de los Usuarios de la Vía, el 56% de ellos declara haber hablado con el móvil en manos libres durante el último año y el 35% reconoce haberlo hecho sin uno de estos dispositivos autorizados por la legislación. Además de que el 36% confiesa haber leído algún mensaje mientras conducía y el 26% haberlo enviado. Ya en 2009, la DGT advertía del peligro del móvil como principal causa de distracciones en los conductores. Actualmente, las posibilidades de prestar menos atención a la conducción aumentan de manera exponencial por culpa de fotos, selfies, mensajes de Whatsapp o de redes sociales… El director general de Tráfico, Pere Navarro, incidió este verano en la importancia de "prestar especial atención" a los colectivos vulnerables (peatones, ciclistas y motoristas), que el año pasado representaron el 46% de todas las víctimas mortales. En concreto, en 2017 fallecieron 78 ciclistas, 359 motoristas y 351 peatones. Una cuestión que podría centrar una reforma próxima del carné por puntos, que incluiría también penalizar el uso del móvil con una mayor eliminación de puntos. Los agentes implicados coinciden en señalar que ha aumentado la sensibilidad sobre seguridad vial en buena parte de la población a lo largo de la última década, gracias en gran medida a los cursos de sensibilización y reeducación vial, los de recuperación parcial de puntos y los de recuperación del carné de conducir. En verano de 2016, más de medio millón de conductores habían asistido a alguno de los destinados a la recuperación de puntos.- Ir al suplemento 'On the Road'