¿Por qué seguimos conduciendo mal en las rotondas?

Aunque deberían agilizar la circulación en ciudades, en las glorietas se concentran los accidentes de tráfico urbano (y parte de los suspensos del carné de conducir).

A la mayoría se le olvida indicar con los intermitentes la salida que van a coger.
A la mayoría se le olvida indicar con los intermitentes la salida que van a coger.
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En las ciudades grandes, el tumulto de coches, motos, autobuses, bicicletas y ahora también patinetes eléctricos dificulta la conducción. Atascos para pasar un semáforo, frenazos y alguna que otra pitada entre el que lleva el volante y algún transeúnte despistado componen el mapa urbano al que día a díase enfrentan los ciudadanos. Para intentar agilizar la circulación, las ciudades están salpicadas de rotondas que permiten desviar el flujo de coches en otras direcciones. Sin embargo, y aunque en los exámenes de conducir se pone a prueba a los nóveles, la experiencia al volante lleva a cometer una serie de errores en las glorietas que pueden provocar accidentes. 

Cuatro errores habituales que se comenten en una rotonda

La prioridad no es de la derecha. Aunque la norma general prioriza el tráfico que llega por la derecha, en el caso de las rotondas lo hace el vehículo que ya está dentro de ella, por delante de los que van a acceder a la glorieta. Por eso, es importante esperar a que el coche pase por delante de la entrada en la que nos encontramos, pues un mal cálculo de velocidad podría cortar su trayectoria y ocasionar un incidente.  Practicar adelantamientos. Las prisas no son buenas, y mucho menos al volante. Sin embargo, hay algunos conductores que, para coger antes la rotonda, hacen maniobras de adelantamiento a pocos metros de la entrada. Así, es muy fácil que el primer coche que espera en la glorieta no lo vea llegar y acaben colisionando al intentar los dos entrar al mismo tiempo. Intentar rectificar a destiempo. Cuando se hace una rotonda, sobre todo si se van siguiendo las indicaciones del GPS, es muy fácil pasarse la salida correspondiente. El primer impulso es intentar rectificar en el último momento y acabar cruzándose con el resto de vehículos que circulan, y no, esta maniobra a destiempo puede provocar colisiones. Lo mejor: dar una vuelta más a la rotonda y situarse en el carril que facilita la salida. Obviar el uso de los intermitentes. Los indicadores de dirección pasan para muchos conductores totalmente desapercibidos, y su uso en las rotondas es esencial para indicar al resto de vehículos nuestras intenciones. Para señalizar la salida que se va a coger, hay que encender el intermitente derecho con antelación y, aunque no es obligatorio mantener el izquierdo activado mientras se gira en la glorieta, puede ayudar a los otros coches a entender la trayectoria que se va a seguir.Ir al suplemento On the road

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