Aragón

La trufa de verano da sabor y puede aportar riqueza al medio rural

Se diferencia de la trufa negra en que su aroma no es tan potente, por lo que no sobresale tanto sobre las propiedades de los alimentos a los que acompaña.

Cristian Yáñez, Ana María Agustín y Trinidad Usón.
E. Bueso

Estamos en plena temporada de trufa de verano ('Tuber aestivum'), un hongo que no tiene tanta potencia aromática como la trufa negra o de invierno pero que quizás sea menos 'agresiva' gustativamente, por lo que puede resultar más 'comestible' que el 'diamante negro'. En cualquier caso, la de verano es una trufa mucho menos conocida que la negra, por lo que la empresa Foresta Algairén, en colaboración con Descubre la trufa, ha lanzado una iniciativa para poner en valor este hongo subterráneo a través de más de una docena de actividades de promoción y divulgación.


La presentación de esta actuación tuvo lugar la semana pasada en el nuevo espacio gastronómico del cocinero aragonés Cristian Yáñez (un proyecto que abrirá sus puertas próximamente en el Tubo, en el local que hasta hace poco ocupaba un restaurante vegetariano). La propietaria de la empresa Foresta Alagairén y vicepresidenta de la Asociación de Truficultores de Zaragoza, Trinidad Usón, aseguró que la promoción y educación sobre el consumo de esta trufa "podría potenciar el desarrollo de las comarcas que, en estos momentos, se encuentran en decadencia.


La producción de trufa, su venta y las posibilidades de potenciar el turismo alrededor de la 'Tuber aestivum' podrían ayudar a desarrollar un futuro sostenible en muchas poblaciones". El precio medio de venta del kilo de 'Tuber aestivum' al consumidor final es de 250 euros, frente a los 900 que puede alcanzar la de invierno.


Cristian Yáñez preparó tres tapas para demostrar la exquisitez de esta trufa, que hoy mismo se puede degustar en la tienda Arzuma (San Vicente Mártir, 19), de 12.00 a 14.00.


-Ir al suplemento de gastronomía

Etiquetas