La petición de la Fiscalía internacional de detener a Netanyahu fractura a la comunidad internacional

EE.UU. y varios países de la UE ven la orden, que incluye el arresto de líderes de Hamás, como equidistante entre el Estado hebreo y la milicia.

El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu
El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu
Amir Cohen

La iniciativa del fiscal jefe del Tribunal Penal Internacional, Karim Khan, de solicitar la detención del jefe del Gobierno israelí, su ministro de Defensa y los líderes de Hamás por las atrocidades cometidas en Gaza ha agitado a la comunidad internacional hasta fracturarla. Están los defensores de Khan y de poner fin a la "impunidad" en una guerra que cuesta ya más de 35.500 vidas y quienes consideran "escandaloso" que la Corte equipare supuestamente al Ejecutivo de Tel Aviv con la milicia islamista.

Ahora son los magistrados de La Haya quienes deben decidir si dan curso a la orden. En caso positivo -como parece que sucederá siguiendo la tradición de este órgano-, Benjamín Netanyahu tendría vedada la entrada en 124 países firmantes de los acuerdos de Roma en los que se sustenta este tribunal, a riesgo de ser detenido si pisa su suelo.

Entre ellos figuran los Veintisiete, donde las fricciones son profundas. Mientras España, Francia o Bélgica han mostrado su respaldo a la petición del fiscal, Italia, Alemania, Polonia o Hungría destacan que establece "paralelismos" entre el Gobierno israelí y Hamás. Fuera de la Unión Europea, que se ha limitado a mostrar su respeto a la Justicia internacional, Estados Unidos y Reino Unido también discrepan de la Fiscalía.

El horizonte es absolutamente inédito. La Corte ha procesado a tiranos, señores de la guerra de la antigua Yugoslavia y de África o gobernantes con puño de hierro y también ha tramitado órdenes de detención contra déspotas como el libio Gadaffi o el mismo presidente ruso Vladímir Putin por la invasión de Ucrania. Pero Netanyahu y su ministro de Defensa, Yoav Gallant, podrían convertirse en los primeros dirigentes de un país considerado democrático que son buscados por el tribunal para sentarlos en el banquillo y que rindan cuentas. Y no se trataría solo de enjuiciar a dos líderes judíos por las presuntas tropelías en Gaza, sino a dos gobernantes de un país aliado de Estados Unidos.

Khan anunció el lunes que pedirá órdenes de arresto contra Netanyahu y Gallant, así como contra el jefe de Hamás en la Franja, Yahya Sinwar; el cabecilla militar de la milicia, Mohamed Diab al Masri; y el máximo responsable de su oficina política, Ismail Haniye. A los dos primeros les acusa de los cargos de exterminio, denegación de ayuda humanitaria, usar el hambre como arma de guerra y atacar deliberadamente a civiles". A los tres dirigentes islamistas, en cambio, les atribuye los delitos de exterminio, asesinato, toma de rehenes, violación y agresión sexual.

"La palabra crucial aquí es el respeto al Tribunal Penal Internacional", dijo este lunes el portavoz de Exteriores del bloque europeo, Peter Stano. Y como es habitual en la UE, pasó de largo sobre las disensiones internas entre los Veintisiete. Eso sí, añadió que los cargos presentados por la Fiscalía "no son un veredicto" y dejó claro que, sea cual sea éste, todos los miembros de la Unión que firmaron el tratado de Roma "tienen la obligación de cumplirlo".

España y Francia reiteraron su "compromiso" con la "independencia e imparcialidad" del tribunal y exigieron que se deje a sus magistrados trabajar "libres de interferencias". Colombia y Chile se manifestaron igual. Petro dijo que el tribunal va por "el camino correcto" mientras el chileno Boris se mostró "dispuesto a colaborar" con la Fiscalía.

"Terroristas y democracia"

Pero el ambiente no parece propicio. El ministro de Exteriores italiano, Antonio Tajani, catalogó de "inaceptable que un Gobierno elegido democráticamente pueda equipararse a una organización terrorista que cometió un atentado que ni siquiera los nazis hicieron". En otra declaración gruesa, el ministro británico Andrew Mitchel tachó de "ridícula" la solicitud del fiscal y advirtió que "no contribuye a un alto el fuego". "Esto huele a un indigno y ridículo sentido de la equivalencia moral entre una organización terrorista asesina proscrita y el Gobierno democráticamente elegido de Israel", dijo.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, tildó de "escandalosa" la iniciativa de Khan. Y en medio de este sentimiento, el Gobierno de Israel hizo un llamamiento a "las naciones del mundo libre y civilizado" para que se opongan a la petición de la Fiscalía y que si llegan a emitirse las órdenes las incumplan.

En todo caso, al igual que el Ejecutivo británico, la Casa Blanca minusvaloró el alcance de las medidas. "No creemos que tengan jurisdicción sobre ninguna de las partes de este conflicto y eso incluye a Hamás. Creemos firmemente que debe rendir cuentas", dijo el portavoz del Departamento de Estado de EE UU, Matthew Miller, en relación a la organización radical palestina.

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