Ataque de Irán: una noche "aterradora" que aumenta el temor de los israelíes a la guerra

La población saca pecho del sistema de defensa hebreo y muchos creen que el país "debe mostrar que es fuerte y no puede dejar pasar" el ataque

Disparos del escudo antimisiles israelí en Ashkelon
Disparos del escudo antimisiles israelí en Ashkelon
Amir Cohen

Las tiendas abrieron a su hora, los turistas caminaban por las calles de Jerusalén, las terrazas de las cafeterías se llenaron y en las playas de Tel Aviv decenas de personas tomaban el sol. Este domingo parecía un domingo más en Israel, pero no lo era. La oleada de drones y misiles lanzada el sábado por la noche por Irán era el tema de conversación en un país donde, pese a la estampa de normalidad, la mayoría no ocultaba su preocupación, ni tampoco cierta tranquilidad por cómo había funcionado el sistema de defensa hebreo ante un ataque de Teherán sin precedentes. "La situación es realmente aterradora. Sin embargo, estamos muy, muy felices con la alianza -Estados Unidos, Reino Unido y Jordania- que nos ha ayudado porque la mayoría de aparatos no llegaron aquí", resumía Ayala Salant, de 48 años, vecina de la ciudad santa.

Los israelíes llevaban casi dos semanas en alerta y muchos habían hecho acopio de alimentos ante la inminencia de la respuesta iraní al bombardeo que el 1 de abril destruyó su embajada en Damasco y mató a más de una decena de personas. Volvieron a llenar las despensas. Eliyahu Barakat regenta un ultramarinos en Jerusalén que se quedó "vacío". "Agua, comida, de todo", enumeraba sobre los artículos que habían volado otra vez de las estanterías de su tienda. El propio primer ministro, Benjamín Netanyahu, envió un mensaje de tranquilidad a la población nada más conocerse el ataque masivo, pero pidió también que se siguieran las instrucciones del ejército. Acudir a los refugios en cuanto sonaran las sirenas fue una de las órdenes aunque más de uno optó por salir al balcón para retratar el paso de los artefactos con su móvil. Michael Uzan, de 52 años, se reunió con la familia en casa de su suegro y pasó parte de la madrugada en el búnker construido bajo el bloque de apartamentos. "Mañana no hay trabajo. Incluso las reuniones, todo se cancela. Y para los niños las escuelas están cerradas", apuntaba este dentista para recordar que la amenaza no ha acabado.

Celebración en Irán

"Esto es grave", repetía Summer Khalil en Majd al-Krum, un pueblo de Galilea, donde los temores se multiplican al estar "cerca de la frontera libanesa". Waheb Khalaya, enfermera jubilada de 68 años y residente en la misma localidad, compartía la misma sensación: "No estamos en una isla, hay gente a nuestro alrededor por la que estamos preocupados. Tenemos miedo de que estalle una guerra que afecte a la vida diaria y a la economía". En Israel se extiende la preocupación por lo que pueda venir después de la 'Operación Promesa Verdadera', como Teherán bautizó al ataque del sábado por la noche que centenares de iraníes celebraron en las calles del país persa.

Pero la venganza del régimen de los ayatolás ha despertado también otros sentimientos entre los hebreos. "Israel necesita mostrar que es fuerte y que esto no es algo que podamos dejar pasar. No somos el saco del boxeo del mundo", defendía Sharin Avraham, un treintañero que comparaba un posible conflicto con Irán con la guerra en Gaza. "Luchar contra un Estado es diferente", decía. Por ahora, destacaba Yishai Levi, de 67 años, "una vez más Israel probó su superioridad tecnológica y controló la situación de una forma impresionante".

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