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Irán rebaja a 84 los muertos en el doble atentado cerca de la tumba de Qasem Soleimani en Kermán

Nadie ha reivindicado la autoría de la doble explosión durante la conmemoración de la muerte del general Soleimani.

ADDS SOURCE - An injured man gets aid after an explosion in Kerman, Iran, Wednesday, Jan. 3, 2024. Iran says the deadly twin bomb blasts occurred at an event honoring a prominent Iranian general slain in a U.S. airstrike in 2020. (Mahdi Karbakhsh Ravari/Mehr News Agnecy via AP)
Un hombre herido recibe ayuda después de una explosión en Kerman, Irán, este miércoles.
Mahdi Karbakhsh Ravari

La escalada de tensión que soporta Oriente Próximo no se detiene. Lejos de relajarse, este miércoles se disparó con la muerte de 84 personas en dos explosiones en Irán. Un suceso, calificado como "atentado terrorista" por las autoridades del país, cargado de simbolismo por el escenario y la fecha ya que tuvo lugar en la mezquita Saheb al Zaman de la ciudad de Kermán, en el sur de la república islámica, durante la conmemoración del cuarto aniversario del asesinato del general Qasem Soleimani, el que fuera jefe de las fuerzas de élite de la Guardia Revolucionaria. Quienes planearon el ataque sabían que sería especialmente sangriento por la multitud que iba a reunir el homenaje a una figura que el propio ayatolá Alí Jamenei considera un "mártir viviente". Nadie había reivindicado la acción al cierre de esta edición pero la respuesta iraní contra los autores de la peor matanza en la historia de la nación prometía ser "dura".

La doble explosión ocurrió con centenares de ciudadanos de todas las edades en las inmediaciones de la mezquita que guarda la tumba de Soleimani. El primer estallido se escuchó a las 15:00 hora local. El siguiente, unos trece minutos después. El lugar se transformó en apenas un cuarto de hora en caos, con gente en estampida que trataba de huir de la zona mientras soldados trataban de acordonar el recinto, gritos de auxilio, decenas de cadáveres sobre el suelo y mucha sangre. "Estábamos caminando hacia el cementerio cuando, de repente, explotó una papelera que contenía una bomba. Solo oímos el ruido y vimos a personas cayendo", relató uno de los testigos a la agencia estatal de noticias IRNA. La propia Guardia Revolucionaria confirmó que ambos artefactos estaban escondidos en sendas bolsas de plástico -sin concretar dónde estaban depositadas- y que fueron detonadas por control remoto. Una estaba colocada a unos 700 metros del punto donde reposan los restos del general asesinado durante un bombardeo estadounidense en Bagdad en 2020 y la otra, algo más lejos, a un kilómetro.

84 personas murieron este miércoles y varias resultaron heridas por dos explosiones en el cementerio de la ciudad iraní de Kerman (centro), donde se conmemoraba el cuarto aniversario del asesinato del teniente general Qassem Soleimani.
EFE

Las autoridades iraníes sospechan que el objetivo de los responsables de la matanza al hacer estallar las bombas con escasos minutos de diferencia era causar el mayor número de víctimas posibles. Primero entre las personas que habían acudido a la ceremonia de conmemoración de la muerte de Soleimani y, después, además, entre los miembros de las fuerzas de seguridad y el personal de emergencias desplazados hasta el lugar de la masacre. Reza Fallah, al frente de la Media Luna Roja en la provincia de Kermán, a unos 820 kilómetros de Teherán, retrataba los momentos de histeria posteriores a la doble explosión en una entrevista a la televisión iraní: "Nuestros equipos están evacuando a los heridos, pero hay oleadas de gente que bloquean las carreteras". El primer balance arrojó apenas una veintena de fallecidos, pero la última cifra ofrecida este miércoles por las autoridades de la república islámica elevaba las muertes a 103 y hablaba de 211 heridos, algunos de ellos "en estado crítico", lo que hace temer que la cuenta definitiva sea aún más dolorosa. Hoy será jornada de luto nacional.

Temor por la respuesta iraní

En Irán, pero también en los países de su entorno, se respiraba este miércoles una enorme preocupación por la posible venganza que las autoridades del país querrán dar a los responsables del atentado. El líder supremo de la república islámica, el ayatolá Jamenei, que un día antes del doble ataque se había reunido con familiares del general Soleimani, no se anduvo con rodeos y prometió una "dura respuesta". "Los malvados y criminales enemigos de la nación iraní volvieron a crear un desastre y martirizaron a un gran número de personas queridas en Kermán", dijo en un comunicado. Hace poco más de una semana, el 25 de diciembre, lamentaba el asesinato de Razi Musavi, alto cargo de la Guardia Revolucionaria, durante un bombardeo hebreo en Damasco (Siria) en un momento de gran tensión en la región tras el estallido del conflicto entre Israel y Hamás hace casi tres meses. El martes, de hecho, un bombardeo en la capital de Líbano acabó con la vida del número dos del movimiento islamista Saleh al-Arouri.

El jefe de la milicia chií libanesa Hezbolá, Hasán Nasrala, se refirió a ese ataque y también a la masacre de Kermán. "Ofrecemos nuestras condolencias", dijo antes de ensalzar la figura de Soleimani como "gran líder" y uno de "los mártires de hoy". La autoría de la doble explosión, sin embargo, era al cierre de esta edición una incógnita aunque el presidente de la república islámica, Ebrahim Raisi, garantizó que los responsables "de este acto cobarde pronto serán identificados y castigados por su acto odioso". "Los enemigos de la nación deben saber que tales acciones nunca podrán perturbar la sólida determinación de Irán", advirtió antes de anunciar la cancelación de su visita a Turquía, prevista para hoy.

El atentado desató una ola de ira en el país y, al caer la noche, decenas de personas se acercaron al lugar del suceso al grito de "¡muerte a Israel!" y "¡muerte a Estados Unidos!". En Irán existen varios grupos armados activos, como Jaish al Adl (Ejército de la Justicia?) de ideología islamista suní, y el propio Estado Islámico ha ejecutado varios atentados en este territorio con decenas de muertos. Hasta ahora, Jundallah (Soldados de Dios) destacaba como el responsable del ataque más grave en la historia de Irán, ocurrido en 2010, cuando se cobró la vida de 39 civiles durante una peregrinación chií en Chabahar.

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