Un Donatello en la fachada

La escultura ha sido comprada a la comunidad de vecinos de un edificio de Florencia por el Ministerio de Cultura de Italia por 1,2 millones

Basílica de Santa Croce, Florencia.
Basílica de Santa Croce, Florencia.

Los viandantes que pasan por la calle Pietrapiana, situada en el centro de Florencia, no sospechan que, hasta hace bien poco, la imagen de la Virgen que decora la fachada de uno de los edificios era una terracota de Donatello, el gran escultor del Renacimiento. La obra original se encuentra expuesta desde hace pocas semanas en el Museo del Bargello de la capital toscana, mientras que en el inmueble, situado en el número 38 de la calle, hay colocada una copia. Los vecinos decidieran poner a la venta la escultura al tomar conciencia de que eran los dueños de la última creación de Donatello que seguía en manos privadas.

Tras salir a subasta, el Ministerio de Cultura ejerció su derecho de prelación, por lo que igualó la oferta de compra, desembolsando 1,2 millones de euros a la comunidad de propietarios para hacerse con la terracota de la Virgen con el Niño; es ahora la nueva joya de la Sala de Donatello del Museo del Bargello, donde resplandece el magnífico David en bronce del maestro de la escultura renacentista.

"Ha sido una compra de Estado, en la que todas las administraciones han actuado con celeridad para que consiguiéramos esta obra de entre 1450 y 1455, que documenta la producción del artista en su período maduro", explica Paola D'Agostino, directora del citado museo florentino. "Es una creación muy singular. Solo en Italia y en España puedes encontrarte creaciones de este valor artístico expuestas en plena calle, siguiendo la costumbre antigua de colocar las imágenes devocionales en las fachadas. Esta obra extraordinaria ya resultaba conocida para los estudiosos al menos desde 1986, cuando fue expuesta por primera vez en una muestra. Con los años se incluyó en otras dos exposiciones, aunque no fue hasta el año pasado cuando se confirmó que era de Donatello y no sólo de su taller, como se sospechaba antes. Es la matriz de la que se sacaron copias expuestas por distintos lugares de la Italia septentrional y central", cuenta D'Agostino.

Buen ingreso

Los once miembros de la comunidad de propietarios han conseguido un buen pellizco con la venta, aunque les ha tocado hacer frente a los gastos de intermediación y costear tanto la copia de la escultura como la protección de la original durante los últimos años. "No es como ganar la lotería, pero sí que es un buen ingreso", cuenta Enrico Minelli, abogado de los vecinos, sin aclarar la cantidad exacta que se han embolsado con la venta de la terracota. "Seguramente los copropietarios han tenido una satisfacción con la venta, aunque han querido realizar una copia porque mantienen un fuerte lazo afectivo con la obra".

El letrado recuerda que fue gracias a la intuición de uno de los vecinos, un arquitecto llamado Oberdan Armani, que se impulsaron los últimos estudios sobre el bajorrelieve, activando así el posterior proceso de venta. Armani falleció pocos meses antes de concretarse la operación.

El hecho de contar en el barrio con un 'Donatello', aunque sea una copia, es motivo de orgullo para los residentes de la zona. "Yo llevo toda la vida pasando por delante y jamás imaginé el valor que podía tener y que era del maestro", cuenta Marco, un jubilado que reside en uno de los inmuebles de la calle Pietrapiana.

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