Vapeadores prohibidos y cigarrillos a 13 euros: Francia declara la guerra al tabaco

El Gobierno se pone como objetivo llegar a "una generación sin tabaco" en 2032, pero el país tiene todavía doce millones de fumadores.

Una persona fumando de un cigarrillo electrónico frente a la pantalla de un ordenador
Una persona fumando de un cigarrillo electrónico frente a la pantalla de un ordenador
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La Asamblea Nacional francesa ha adoptado en primera lectura por unanimidad una proposición de ley para prohibir los vapeadores desechables con el fin de luchar mejor contra el tabaquismo, especialmente entre los adolescentes, y proteger, de paso, el medio ambiente. La proposición de ley deberá todavía ser examinada por el Senado galo y recibir el visto bueno de la Comisión Europea. Se espera que su prohibición entre en vigor de aquí a septiembre de 2024. La medida no afectaría a los vapeadores recargables. Los cigarrillos electrónicos de usar y tirar ya están prohibidos en Alemania, Bélgica e Irlanda.

Los 'puffs', como también se llaman en Francia a los vapeadores de un solo uso, comenzaron a venderse en 2021. Tienen un bajo coste (unos 10 euros), un empaquetado atractivo con llamativos colores, una gran variedad de sabores y los hay con o sin nicotina. Cada vez más jóvenes franceses los utilizan, a pesar de que su venta está prohibida en Francia a los menores de 18 años. Según una encuesta realizada por la Alianza contra el Tabaco (ACT-Alliance), uno de cada diez adolescentes franceses entre 13 y 16 años (13%) ya ha utilizado un vapeador desechable. Se les considera "una primera vía de acceso de los adolescentes en el tabaco o en la nicotina", con una tasa del 47% en 2023 frente al 28% en 2022.

Sus detractores advierten no solo sobre las consecuencias nefastas de su uso para la salud de sus consumidores, sino que los 'puffs' suponen "una aberración para el medio ambiente". Son desechables, están fabricados con material plástico y contienen una batería de litio no reciclable. La prohibición de los vapeadores de usar y tirar es también una de las medidas contempladas en el Programa Nacional de Lucha Contra el Tabaquismo 2023-2027, presentando el pasado 28 de noviembre por el ministro de Sanidad, Aurélien Rousseau.

Empaquetado neutro

"El tabaco continúa siendo hoy en día la primera causa de mortalidad evitable, la primera causa de mortalidad precoz y la primera causa de mortalidad por cáncer y por enfermedades cardiovasculares", según Rousseau. A pesar de las frecuentes campañas públicas realizadas en el pasado para luchar contra el tabaquismo y reducir su consumo, los franceses siguen adictos al cigarrillo. Según datos del Ministerio de Sanidad, 12 millones de adultos franceses fumaban a diario en 2022. Se estima que este hábito provoca 75.000 muertes anuales en Francia, es decir, unas 200 muertes al día.

El Gobierno francés ha hecho de la lucha contra el tabaco una prioridad y se ha planteado como objetivo una generación sin tabaco en 2032. Entre las medidas para lograrlo destaca el aumento en el precio. Un paquete de cigarrillos costará en Francia 12 euros en 2025 y 13 euros en 2027, anunció el ministro. Actualmente muchas marcas se venden ya a 11 euros el paquete.

A la hora de luchar contra el tabaquismo, subir el precio es, según el ministro francés de Sanidad, "lo que funciona mejor". "Asumo perfectamente esta alza, pues en materia de sanidad y de prevención, cuando la vida de nuestros ciudadanos está en juego, es la única brújula que debe guiarnos", añadió Rousseau.

Además de prohibir la venta de vapeadores desechables, el Gobierno reforzará los controles sobre la prohibición de venta de productos de tabaco para proteger a los menores y obligará a un empaquetado neutro para hacerlos menos atractivos. El Ejecutivo también quiere, junto a sus socios europeos, fomentar la armonización de la fiscalidad del tabaco para reducir las diferencias con el fin de evitar que los consumidores recurran a compras transfronterizas ante la subida de precios en su país. También luchará contra el tabaco de contrabando.

El plan prevé "generalizar los espacios sin tabaco en todas las playas, parques públicos, bosques y centros escolares". Apuesta asimismo por proteger el medio ambiente de la contaminación ligada al tabaco. Las colillas, que la organización Greenpeace considera "mini bombas tóxicas para el medio ambiente", contaminan las playas, los fondos marinos, los ríos y los lagos. Se calcula que en Francia se tiran entre 20.000 y 25.000 toneladas al año.

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