Putin desestima la contraofensiva de Ucrania mientras Kiev admite dificultades

Más de 200.000 kilómetros cuadrados minados por las tropas de Moscú obligan a Zelenski a sustituir el avance con tanques por incursiones a pie.

Dos artificieros ucranianos examinan un camino en busca de minas en la localidad de Balakliya, dentro de la región de Járkov.
Dos artificieros ucranianos examinan un camino en busca de minas en la localidad de Balakliya, dentro de la región de Járkov.
SERGEY BOBOK/AFP

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha admitido que los campos de minas ralentizan la contraofensiva para recuperar las regiones ocupadas por Rusia. Según sus datos, el Ejército de Moscú «ha colocado trampas en alrededor de 200.000 kilómetros cuadrados». A comienzos de mes, la Inteligencia británica ya constató que «la Federación rusa utilizaba activamente minas antitanque como parte de sus tácticas. La densidad de los campos sembrados con estos artefactos explosivos es enorme».

El diario estadounidense 'The Washington Post' volvía este domingo sobre el particular citando a los propios militares de Kiev, quienes aseguran que sus unidades han tenido que modificar la táctica de la ofensiva. En lugar de romper las defensas enemigas con los blindados y tanques suministrados por los países de la OTAN se ven obligados a avanzar a pie.

Una franja de entre cinco y dieciséis kilómetros por delante de las posiciones rusas está llena de minas, colocadas rápidamente mientras las tropas locales perdían tiempo preparando la contraofensiva a la espera de recibir las armas necesarias desde Occidente. 'The Washington Post' escribe además que, antes de la contraofensiva, Ucrania recibió de sus socios menos del 15% del equipo necesario para llevar a cabo el desminado.

Esta situación ha animado al presidente ruso, Vladímir Putin, a jactarse de la «heroicidad» de sus soldados y a subrayar que «ninguno de los intentos del enemigo de romper nuestras defensas, tarea que se habían puesto por delante incluso echando mano de las reservas estratégicas, ha tenido éxito en todo el tiempo que dura su contraofensiva».

Captura de cotas

Pronunció estas palabras en una entrevista al canal público ruso Rossiya-1 y añadió que «inesperadamente para el enemigo, nuestras tropas retoman la ofensiva en algunas zonas y capturan las cotas más ventajosas». A la pregunta de cuáles son los objetivos futuros de la ofensiva del Kremlin, Putin dijo que respondería a eso «detrás de la escena, cuando las cámaras estén apagadas», frase que ha causado cierta perplejidad entre quienes más apoyan en Rusia la invasión del país vecino.

Por su parte, la viceministra de Defensa ucraniana, Anna Maliar, reconoció a través de su canal de Telegram que están «a la defensiva» en la región de Járkov. Según su relato, los invasores «han atacado Kupiansk durante dos días consecutivos. Hay encarnizados enfrentamientos». En ese sector del frente «las posiciones de ambos lados cambian dinámicamente varias veces durante el día». Maliar señaló también que las fuerzas locales «progresan gradualmente» en el entorno de Bajmut a lo largo de su flanco sur mientras «en el flanco norte, estamos tratando de mantener nuestras posiciones. El enemigo está atacando».

Por otro lado, el gobernador de Sebastopol (Crimea), Mijaíl Razvozzhaev, informó de una incursión ucraniana con ocho drones contra varios puntos de la bahía. Cinco de los aparatos no tripulados fueron desviados con medios de guerra electrónica y tres fueron derribados. En el ataque intervinieron no solo drones volantes sino también sumergibles, aunque, según el mandatario, sin causar daños de importancia.

Una mujer muerta

El gobernador de la región rusa de Bélgorod, Viacheslav Gladkov, también dio cuenta de un ataque ucraniano contra el mercado central de la localidad de Shebékino, muy próxima a la frontera, con uso de lanzacohetes múltiples Grad, según él, una mujer murió. Poco después, Gladkov dijo que fue bombardeado también el poblado de Gorkovski, provocando daños en tres viviendas y en una tubería de conducción de gas, aunque sin causar víctimas.

El futuro del acuerdo para la exportación de grano, que vence este lunes, aún no está claro. Ayer por la mañana zarpó el último barco con cereales ucranianos desde el puerto de Odessa. Rusia aceptó que surque las aguas del mar Negro a finales de mes y desde entonces Moscú no ha dado permiso para el paso de otros barcos. Putin dijo este fin de semana que los principales objetivos del acuerdo no se han logrado, ya que, a su juicio, «el grano no llega a los países necesitados, y las condiciones para la exportación de los fertilizantes rusos todavía no se han cumplido».

El asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, ha puntualizado que su país está listo para la posibilidad de que el acuerdo de exportación de grano alcanzado entre Rusia y Ucrania con la mediación de la ONU acabe suspendido tras expirar su última prórroga. Este convenio, un pacto indirecto entre ambos países, es considerado uno de los mayores triunfos diplomáticos desde el inicio del conflicto y clave en la entrega de ayuda humanitaria a países de África y el sureste de Asia.

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