El presunto asesino de Abe comenzó a planear su atentado el pasado otoño

Miles de personas salen a la calle por el funeral del exmandatario en un conocido templo budista de Tokio.

Funeral por Shinzo Abe
Funeral por Shinzo Abe
Agencias

El presunto asesino de Shinzo Abe comenzó a planear su atentado contra el ex primer ministro el pasado otoño, según las pruebas recopiladas por la policía nipona, que también apuntan a que el sospechoso llevó a cabo minuciosos preparativos para el ataque.

Las autoridades creen que el sospechoso decidió intentar asesinar a Abe después de ver el pasado septiembre un mensaje de vídeo grabado por el exmandatario para una organización afiliada a la Iglesia de la Unificación, a la cual "odiaba" el presunto asesino, según los detalles recogidos por los medios nipones.

El detenido, Tetsuya Yamagami, confesó a la policía que había atacado a Abe por sus supuestos vínculos con una organización religiosa que le había causado problemas familiares.

La rama japonesa de la Iglesia de la Unificación confirmó en la víspera que la madre de Yamagami era miembro de esta agrupación, y no quiso pronunciarse sobre las supuestas donaciones que la mujer habría realizado a la organización y que la habrían llevado a la quiebra, según el relato del detenido.

Yamagami también dijo a la policía que su idea era en un principio atacar a algún líder de la organización religiosa, antes de marcar a Abe como objetivo.

El sospechoso eligió el mitin que realizó Abe el pasado viernes en la ciudad de Nara (oeste) para perpetrar su ataque, tras haber contemplado intentarlo en otro discurso del político el día previo que se celebraba en un auditorio de otra ciudad y con acceso restringido.

El mitin del pasado viernes tuvo lugar a pie de calle frente a una estación de trenes, y con un dispositivo de seguridad compuesto por varios agentes pero sin ninguna separación física entre el político y los ciudadanos que quisieran oírle, algo que es habitual en los eventos políticos de este tipo en Japón.

Yamagami acudió al lugar de los hechos una hora y media antes del atentado, según las imágenes captadas por las cámaras de seguridad, aparentemente en busca de una posición óptima para ejecutar sus planes.

El atacante se acercó a Abe por la espalda y le disparó por primera vez desde una distancia de siete metros, y de cinco metros en la segunda ocasión. Empleó un arma similar a una escopeta de fabricación doméstica.

El arma del crimen se componía de dos tubos de metal sujetos con cinta adhesiva y armados sobre un panel de madera, y era capaz de lanzar hasta seis proyectiles en cada disparo, lo que le concedía mayor precisión y letalidad, según el propio detenido.

Yamagami recibió formación sobre montaje y uso de armas de fuego cuando trabajó para las Fuerzas Marítimas de Autodefensa (Ejército) de Japón entre 2002 y 2005.

Comenzó a fabricar sus propias armas hace aproximadamente un año inspirándose en vídeos que encontró en la red, y adquirió la pólvora empleada en el ataque través también de internet, según relató a las autoridades. 

Funeral en Tokio

El funeral del ex primer ministro nipón comenzó este martes en el templo budista de Zojoji en Tokio, una ceremonia de carácter privado para allegados del político, pero con motivo de la cual se han concentrado numerosos ciudadanos para presentar sus respetos.

La ceremonia por el rito budista comenzó a las 13:00 GMT (4.00 GMT) en este conocido templo de la capital nipona, un recinto que permaneció cerrado al público en su mayor parte, salvo un área donde se permitía a los visitantes acudir para presentar ofrendas florales frente a un retrato fotográfico de Abe.

Al funeral sólo está prevista la asistencia de miembros de la familia y figuras políticas cercanas al fallecido líder, entre ellas el actual primer ministro nipón, Fumio Kishida, o Toshimitsu Motegi, el secretario general de su formación, el Partido Liberal Democrático (PLD).

En torno al templo, protegido por un amplio dispositivo de seguridad, se volvieron a congregar numerosas personas, después de que en la víspera acudieran también muchos ciudadanos a rendir homenaje a Abe en el velatorio celebrado en el mismo Zojoji.

A ese acto, también de carácter privado, asistieron unas 2.500 personas, entre ellos figuras destacadas de la política y el sector privado japonés, así como dignatarios extranjeros de diversos países.

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