Abe logra su última victoria en las elecciones de Japón tras su muerte

Bajo la conmoción por su asesinato, el triunfo de su partido en la Cámara Alta le da la mayoría necesaria para reformar la Constitución pacifista.

Japa's ruling LDP projected to win Upper House election
Japa's ruling LDP projected to win Upper House election
TORU HANAI / POOL

Bajo la conmoción que ha causado el asesinato del ex primer ministro Shinzo Abe, pero también una fuerte unidad frente a la violencia, Japón ha votado este domingo en las elecciones a la Cámara Alta del Parlamento. Con 125 de sus 248 escaños en juego, estos comicios trienales no solo eran una reválida para el Gobierno del primer ministro, Fumio Kishida, elegido el año pasado, sino también una prueba de fuego para su planeada reforma de la Constitución pacifista, una idea alumbrada por Abe que no pudo culminar al dimitir en 2020 por sus problemas de salud.

Ganando esta batalla incluso después de muerto, el Partido Liberal Democrático (PLD) de Abe ha logrado una aplastante victoria que, junto a sus socios de coalición, le otorga la mayoría de dos tercios necesaria para llevar a cabo dicha reforma. Sumando más de 166 escaños en la Cámara Alta junto a sus socios del partido budista Komeito y dos partidos de la oposición favorables a la revisión, el partido en el poder cuenta también con mayoría en la Cámara Baja y podrá por fin hacer lo que Abe había ansiado durante tanto tiempo: reformar por primera vez la Constitución impuesta por Estados Unidos en 1947.

De marcado carácter pacifista para impedir que Japón repitiera los horrores de la II Guerra Mundial, esta Constitución renuncia expresamente al belicismo y prohíbe salir al extranjero al Ejército, denominado Fuerzas de Autodefensa. Debido a la amenaza de Corea del Norte, al auge de China y a las disputas territoriales con Rusia, exacerbadas tras la guerra de Ucrania, el Gobierno nipón pretende enmendar el artículo 9 para convertirse en «un país normal» cuyo Ejército, denominado como tal, pueda acudir en ayuda de sus aliados, léase EE UU, en caso de conflicto.

Además de la oposición de los grupos pacifistas nipones, dicha revisión se ha encontrado con las críticas de los países asiáticos que más sufrieron el militarismo nipón, sobre todo China y Corea del Sur.

Pero, haciendo frente a la creciente tensión internacional, el electorado no solo ha respaldado las intenciones del Gobierno, sino que incluso se ha movilizado aún más tras el asesinato de Abe. Frente a la participación del 48,8% en las elecciones a la Cámara Alta de 2019, en esta cita ha llegado al 52%, según informa la agencia de noticias Kyodo.

Dicho aumento se debe precisamente al atentado que costó la vida al ex primer ministro el viernes. Desde que se supo que había sido abatido a tiros por un antiguo militar llamado Tetsuya Yamagami, tanto el Gobierno como la oposición ha apelado a los votantes para que acudieran en masa a las urnas y expresaran así su rechazo a la violencia.

Democracia contra terrorismo

Aunque el asesino ha confesado que mató a Abe porque lo culpaba de haber apoyado a un grupo religioso al que su madre donó todo su dinero, no por motivos políticos, estas elecciones han sido la respuesta de la democracia contra el terrorismo, sea del tipo que sea. Y, como si fuera un trasunto samurái del Cid Campeador, le han dado a Shinzo Abe su última victoria incluso después de muerto.

Kishida y sus aliados obtendrían entre 69 y 83 escaños. Las proyecciones permitían ver hoy el desplome de la principal oposición al primer ministro nipón, representada en el principal Partido Democrático Constitucional, que se quedará en unos doce escaños, una veintena menos. Se pronosticaba asimismo que el emergente y conservador Iniciativas desde Japón ganará al menos diez (antes tenía seis), mientras que el Partido Comunista obtendrá tres escaños y la formación de izquierda Reiwa Shinsengumi, uno.

Estos resultados suponen un respaldo para el Gobierno de Kishida apenas nueve meses después de las últimas elecciones. No lo es, sin embargo, para el líder de Iniciativas desde Japón, Matsui Ichiro, que, a pesar de su mejora en los resultados, presentó su dimisión como responsable de la formación tras explicar que los resultados no fueron todo lo buenos que esperaban frente a un "desmesuradamente potente" del PLD.

Ichida, que había anunciado antes de los comicios que se retiraría de la política en abril de 2023 -cuando termina su mandato como alcalde de Osaka-, criticó la política «vieja» del partido de Kishida, cuyas propuestas "no funcionan en la actual situación de envejecimiento y reducción de la población de Japón".

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