La primera y la última foto de Rebecca: el conmovedor testimonio de un padre que perdió a su hija por culpa del cáncer

Rebecca nació el 3 de agosto de 2005 y su padre, el fotógrafo de la agencia Reuters Darrin Zammit Lupi, documentó con una imagen uno de los días más felices de su vida. Quince años después, también en un hospital, le sacó su última última foto antes de fallecer de cáncer. 

Este fotoperiodista, de origen británico pero que reside en Malta, ha querido rendir homenaje a su hija publicando diferentes momentos de su vida, pero también de su muerte tras una dura lucha contra un sarcoma de Ewings.

A través de una conmovedora serie de fotografías muestra a la pequeña nada más nacer, "cuando tenía dos años y su cara se veía radiante. O la vez que se subió a bailar a un escenario con sólo 12 años pero desafiando la ley de la gravedad con gracia y poesía. O aquella otra ocasión en la que se puso a jugar en un campo de flores silvestres con nuestra perrita Cookie", escribe para la agencia en la que trabaja. "Su sonrisa era tan grande como el cielo", reconoce.

Rebecca falleció el pasado mes de enero por un raro y agresivo cáncer de huesos diagnosticado a finales de 2019. Su padre estuvo a su lado en el hospital hasta el último momento y la retrató después de someterse a tratamientos de quimioterapia, riendo junto a su madre o acurrucada con su osito de peluche de noche en la habitación del hospital.

Cuenta en primera persona cómo la familia se llenó de esperanza cuando Rebecca recibió  el alta a mediados de julio. "Creí que lo peor había pasado. Qué equivocado estaba", reconoce.  Sin embargo, poco después el cáncer había hecho metástasis y a finales de septiembre tuvo que ser ingresada de nuevo. "Se iba de casa por última vez. Nunca volvería", cuenta Darrin en su relato.

La joven murió el pasado 3 de enero después de pasar una semana sedada. "Becs se fue muy en paz, sin ninguna angustia. Mi esposa y yo estábamos con ella", escribe su padre, que explica cómo fueron esos últimos momentos a su lado. "Al final, su respiración se volvió cada vez más superficial, hasta que se convirtió en jadeos muy leves, y los espacios entre ellos se hicieron más largos. Entonces ya no hubo nada más".

Las restricciones por la pandemia de la covid-19 hicieron que solo 180 personas se reunieran en la iglesia donde la despidieron, aunque su padre reconoce que podrían haber sido muchas más. La noticia de su muerte recorrió el país porque su padre había documentado meses antes su lucha contra la enfermedad. 

Después del funeral, su cuerpo fue trasladado a Inglaterra para ser incinerado.

Ahora, meses después, ha querido compartir su testimonio en homenaje a su hija (lee aquí su historia completa).