Internacional

El Ejército tailandés declara la ley marcial tras las protestas y toma el control

Las fuerzas militares lo comunicaron mediante un anuncio debido a las fuertes protestas ciudadanas.

Soldados tailandeses requisan una moto en la zona cercana a los manifestantes

El jefe del Ejército tailandés, Prayuth Chan-Ocha, declaró este martes la ley marcial para garantizar "la paz y el orden" en las protestas callejeras en las que han muerto 28 personas desde finales del año pasado.


En un anuncio televisado durante la madrugada, Prayuth dijo que no se trata de un "golpe de Estado" y que el objetivo es evitar violencia entre grupos de manifestantes rivales.


El jefe del Ejército, que asumirá a partir de ahora más poderes para controlar la seguridad, ordenó la disolución del Centro para la Administración de Paz y Orden, excepto los miembros del Ejército, la Marina o las fuerzas aéreas.


Los militares asumirán así todas las tareas relacionadas con la seguridad, incluidos los interrogatorios de sospechosos y entrega de pruebas a las autoridades judiciales, hasta ahora a cargo del Gobierno interino.


"La gente no debe entrar en pánico, todavía puede vivir sus vidas de manera normal", añadió el representante del cuerpo castrense.


El Ejercito, a través de una ley redactada en 1914, intenta con esta medida frenar la escalada de violencia en las calles, como los ataques registrados la semana pasada en un campamento antigubernamental, que causó tres muertos y una veintena de heridos.


Los manifestantes antigubernamentales cancelaron una marcha debido a la declaración de la ley marcial.


Por su parte, los seguidores del Gobierno, conocidos como los "camisas rojas", anunciaron que continuarán con las protestas en Bangkok.


El jefe del Consejo de Seguridad del Gobierno interino, Paradorn Pattanatabut, indicó que los militares no consultaron con la Administración antes de declarar la ley marcial.


"Todo es normal excepto que los militares son ahora los responsables de los temas de seguridad nacional", apuntó en un comunicado.


A principios de diciembre, el Ejecutivo de la ex primera ministra Yigluck Shinawatra disolvió el Parlamento y anunció elecciones generales para febrero, que posteriormente fueron boicoteadas por los antigubernamentales y el principal partido opositor.


El Tribunal Constitucional anuló en marzo los resultados de esos comicios, y hace dos semanas forzó la dimisión de Yingluck y nueve ministros por un caso de abuso de poder.


La ex primera ministra, que también ha sido acusada de negligencia por el polémico programa de subsidios para el arroz por la Comisión Anticorrupción, fue sustituida por Niwattumrong Boonsongpaisan.


Los manifestantes antigubernamentales exigen una reforma del sistema político, que consideran corrupto, y proponen la creación de un consejo no electo para que lleve a cabo los cambios antes de celebrar nuevas elecciones.


Tailandia vive una grave crisis desde el golpe de Estado que derrocó en 2006 al primer ministro Thaksin Shinawatra, hermano de Yingluck, y a quien sus detractores acusan de dirigir el Gobierno desde el exilio.


El Ejército ha urdido 19 asonadas, once de ellas con éxito, desde que acabó la monarquía absolutista en 1932.

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