Cu-Ba, el paraíso zaragozano de rones, mojitos y daiquiris

Este bar cubano también le quiere dar protagonismo a una buena oferta de puros para fumar en la terraza.

El equipo de la nueva coctelería Cu-Ba en la plaza San Pedro Nolasco.
El equipo de la nueva coctelería Cu-Ba en la plaza San Pedro Nolasco.
Gravitar Estudio

Borja Insa recibió en junio la recompensa de tener la mejor carta de cócteles de España en Moonlight y a los pocos días lo cerró. Eso sí, lo hizo para seguir creciendo, así que a primeros de octubre el nuevo Moonlight será una realidad en Zaragoza de la mano del rapero Kase-O y del restaurante Gente Rara.

El proyecto tiene pinta de que va a dar mucho que hablar, pero mientras se hace realidad quedaba por saber qué pasaría con el local de Moonlight en la plaza San Pedro Nolasco. Para Borja Insa, está en “una esquina mágica” y no se quería desprender de él. Le tiene mucho cariño porque “allí empezó todo”, así que pensó que lo mejor era darle una nueva vida alrededor de otra de sus pasiones: los mojitos, los daiquiris y los puros. No lo dudó y en su cabeza empezó a diseñar un bar cubano.

La presentación de los mojitos está muy cuidada.
La presentación de los mojitos está muy cuidada.
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De esta forma es como hace unos días vio la luz Cu-Ba. La carta se ciñe a estos argumentos. Por supuesto, cabe la posibilidad de tomarse un gin tonic u otro combinado, pero no es lo más aconsejable. Lo verdaderamente interesante de Cu-Ba es su listado de alrededor de 30 rones, entre ellos algunas joyas como Kraken, de Trinidad y Tobago, uno de los más exclusivos y cuya distribución está muy limitada.

Parece sencillo preparar un buen mojito -ron, lima, azúcar y menta o hierbabuena-, pero su aspiración era elaborar el mejor, y eso ya no lo es tanto. “Apenas son tres ingredientes, pero si fallas en un pequeño detalle, el combinado se desestructura por completo”, comenta Borja.

Él no va a estar habitualmente en Cu-Ba. Esa responsabilidad se la ha dejado a un equipo liderado por Ezequiel Gabarre, un amigo suyo curtido en unas cuantas barras. “Antes de abrir habremos preparado más de mil mojitos y daiquiris hasta dar con la medida correcta, sobre todo del azúcar y la lima”, explica el encargado del local.

Luego la diferencia la marcan los rones que se emplean para los cócteles. Pueden ser dulces, aromáticos, intensos… Por supuesto, los hay cubanos, pero también dominicanos, de Venezuela, Nicaragua, Santa Lucía, Barbados, Jerez de la Frontera, Canarias, Francia o Inglaterra. “Es increíble lo que cambia un mojito o un daiquiri en función del estilo del ron, es algo mágico”, asegura Borja Insa.

El daiquiri se sirve en una copa ancha
El daiquiri se sirve en una copa ancha
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La decoración, la música, los aromas -en Cu-Ba huele a hierbabuena- también ayudan a tener la sensación de estar en un local de La Habana. El azul es el color protagonista y poco a poco se irán incorporando más argumentos decorativos. Y el son cubano se escucha a un volumen adecuado para poder mantener una conversación. Son detalles que suman.

A Borja Insa le apetecía que los puros también tuviesen protagonismo. A la espera de recibir la licencia definitiva para venderlos y que se fumen en las diez mesas de la terraza, ya prepara su propia cava asesorado por un estanco de la calle Alfonso.

En Cuba es habitual dejar en la barra el recuerdo de la visita a este tipo de locales en forma de firma o dedicatoria. Este detalle también es posible plasmarlo en Cu-Ba. De hecho, hace pocos días que abrió sus puertas y ya no quedan demasiados huecos para hacerlo. La visita se puede entretener en la lectura de los mensajes.

Los cucuruchitos de manís o cacahuetes son la única concesión que a día de hoy está prevista para acompañar los combinados. Y en la parte anímica, mucho sol, luz y alegría, tres argumentos que son de agradecer en la vida.

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