gastronomía

Un 'casting' para descubrir los mejores tomates de Aragón

Slow Food Zaragoza reivindica la diversidad de la huerta aragonesa y potenciar su consumo en los mercados agroecológicos

La cata de tomates de Slow Food Zaragoza se celebró en la terraza del Museo Romano
La cata de tomates de Slow Food Zaragoza se celebró en la terraza del Museo Romano
A. Toquero

Los socios de Slow Food Zaragoza tienen una cita con los mejores tomates de temporada a finales de agosto. En concreto, el encuentro se celebró este martes en la terraza del Museo Romano César Augusto, donde 58 socios de esta entidad degustaron algunas de las variedades más llamativas de la huerta aragonesa.

"Nuestra intención es dar a conocer la rica diversidad que tenemos en Aragón y, sobre todo, que la gente sepa que se pueden encontrar en mercados agroecológicos y en muchas tiendas. Teniendo en cuenta, además, que es una venta directa del productor al consumidor". De esta forma habló Amparo Llamazares, presidenta de Slow Food Zaragoza, de este encuentro que se celebra desde hace 17 años.

Los asistentes probaron cinco variedades, aunque se mostraron algunas más para darlas a conocer entre el público. Un tomate bastante desconocido, el Serengue, llegó de Teruel. "Es de guarda -explicaba Amparo Llamazares-, se mantiene mucho tiempo si está colgado y bien aireado en un lugar sin humedad; tiene la piel muy fina y habitualmente se ralla encima del pan".

Eso, precisamente, es lo que se hizo durante la degustación. De Huesca no podía faltar el auténtico tomate rosa de Barbastro, carnoso y con la piel muy fina, sin apenas semillas y con poca acidez. Hoy en día, la denominación tomate rosa ha crecido mucho y son unas cuantas las localidades que identifican así su procedencia.

Prácticamente todos los que se cataron eran ecológicos. Uno de los que más éxito tuvo fue el feo de Tudela, una variedad de tamaño mediano tirando a grande, carnoso y de sabor intenso, una de las más populares en el mercado agroecológico de Zaragoza.

Amparo Llamazares, con algunos de los tomates de la cata
Amparo Llamazares, con algunos de los tomates de la cata
A. Toquero

Por último, se degustaron el bombilla amarillo, de una textura pastosa, ideal como aperitivo, y un cherry. En la muestra también se contó con el purple cherry, que por su sabor recuerda a frutos rojos.

Estas no son las únicas variedades que se pueden encontrar en mercados como el agroecológico de la plaza del Pilar. El reina belleza dibuja en la piel un espectacular veteado a tiras entre rosáceo y anaranjado; el cebra verde, con sus franjas características, parece que va a estar ácido, pero al probarlo es una explosión del dulzor; con el amarillo de Albacete pasa algo parecido, o con el aterciopelado negro de Crimea.

En definitiva, mucho para elegir y aprender en una cita que es el gran escaparate de los tomates de temporada en Zaragoza. Además, se probaron otros productos como pan de Ecomonegros, aceitunas y aceite empeltre del Bajo Aragón, queso fresco de Biota, pimientos del piquillo de Tarazona, mermelada de tomate de Melada Huerta Saludable, melón de Torres de Berrellén y varios vinos de la Bodega Luis Marín.

A la cita acudió Carmen Urbano tras conocer ese mismo día que no seguirá al frente de la dirección general de Innovación y Promoción Agroalimentaria. '"Es mi último acto y ha sido una bonita forma de despedirme, ya que estuve en el origen del convivium de Slow Food Teruel y he asistido en alguna ocasión al Salón del Gusto de Milán apoyando a los pequeños productores de proximidad".

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