gastronomía

¿Qué compran los turistas en Aragón? 'Souvenirs' para comer que atraen más que un imán

Botellas de vino, aceite en lata o dulces de todo tipo es lo más buscado por los turistas que nos visitan.

Una de las estanterías con dulces en La Alacena de Aragón.
Una de las estanterías con dulces en La Alacena de Aragón.
Montañés

Es media tarde y el calor aprieta. Mejor no comprobar el termómetro. En una tienda del centro de Zaragoza dos jóvenes miran la estantería de los vinos como si buscasen un libro en la biblioteca. La pamela, el abanico, la cámara de fotos y una voluminosa mochila les delata sin necesidad de que digan palabra: son turistas. Además del imán, la cinta de la Virgen del Pilar y la camiseta de ‘Mi tía estuvo en Zaragoza y se acordó de mí’, en su caso han optado por llevar un recuerdo gastronómico.

Tal vez se hayan encontrado en la tesitura de tener que recomendar un producto a un huésped y solo se les ocurriesen alimentos frescos, más complicados de transportar en su regreso a casa. La historia también puede ser a la inversa, es decir, aragoneses que viajan fuera y quieren agasajar con un presente de la tierra que cautive el gusto allá donde vayan.

"Nos piden mucho vino de Aragón; cada vez son mejores y nos preguntan por las denominaciones de origen", cuenta Nacho Montal, de la emblemática tienda ‘gourmet’ que lleva su nombre, en la calle de la Torre Nueva. "Suelen comprar una o dos botellas", concreta Santiago Angulo, propietario de La Alacena de Aragón, en la calle de Don Jaime I.

Pero cuando se piensa en un ‘souvenir’ aragonés, no todo es vino. A la lista se suman los embutidos. "El Jamón de Teruel, la longaniza de Graus…", enumera Montal, que en su caso lo preparan envasado al vacío. "También los quesos curados, que pueden aguantar hasta 24 horas sin refrigeración", agrega Angulo. Este último producto es menos demandado en estas fechas a causa de las altas temperaturas.

Los dulces son otros de los recuerdos más frecuentes entre los turistas. "Después de dar una vuelta por la tienda suelen decantarse por la trenza de Huesca o las tortas de alma", muestra Angulo en la laminera estantería. Estas opciones comparten balda con almojábanas, almendrados, carquiñones, pilaras, chesitas, mantecados o pastas de té. "Es curioso que también nos piden mucho frutas de Aragón, una propuesta que los de aquí no valoramos tanto", agregan en La Alacena, donde matizan que se las suelen llevar también muchos niños zaragozanos como regalo cuando se van de intercambio. Otros clientes acuden en busca de las tortas de sus pueblos de origen para llevarlas a sus destinos de veraneo. En Montal también destacan confituras y mermeladas artesanas Elasun, de Barbastro, y los chocolates Brescó, negocio centenario de Benabarre.

Conservas, olivas, azafrán y mucho más

"Algunos franceses nos piden azafrán", analizan en La Alacena de Aragón. En cambio, "el aceite no tiene tan buena acogida", lamenta Angulo. En Montal le han dado una vuelta a este producto y lo ofrecen en lata, un formato más cómodo para transportar, incluso en avión, que prepara personalizado Molino Alfonso, de Belchite. En menor medida, las conservas curiosas o las olivas son otros de los 'souvenirs' con los que parten los turistas de estos establecimientos del centro de la capital aragonesa.

El público que se interesa por los recuerdos gastronómicos son, sobre todo, turistas nacionales, en especial madrileños, catalanes y vascos. En cuanto a los visitantes extranjeros, predominan los vecinos galos, seguidos de ingleses, chinos, alemanes e italianos.

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