Los vinos finos de Jerez y su punta del iceberg

La bodega de EmilioHidalgo reivindica sus propuestas para otros momentos, no solo aperitivos

Juan Manuel Martín Hidalgo, en la cata de vinos finos en Zaragoza.
Juan Manuel Martín Hidalgo, en la cata de vinos finos en Zaragoza.
Montañés

"El vino de Jerez siempre se ha considerado un aperitivo universal, que también lo es, pero eso solo es la punta del iceberg". Así reivindica a los vinos de su familia Juan Manuel Martín Hidalgo, responsable comercial nacional de Emilio Hidalgo, su bodega familiar.

"Los jerezanos para mí tienen alma, identidad, trayectoria...", señala Juan Manuel, la quinta generación. En Hidalgo no atienden a modas ni a tendencias en el proceso de elaboración, sino que defienden el clasicismo y pureza de su tierra. "Somos una bodega fundada en 1860 y tenemos muy claro que nuestro proyecto se debe guiar por el legado de nuestra familia. Y esa herencia se basa en un principio básico que en Jerez es el soleraje", añade.

Entre sus vinos destaca un especial fino llamado La Panesa, de variedad palomino que cuenta con una crianza de 15 a 20 años. Es suave en boca y persistentemente largo. Su color de oro viejo cautiva con limpieza y brillo. Junto a este, también llama la atención El Tresillo, un amontillado que se llamó como el juego de cartas al que se jugaba mientras se bebía. Se trata de un vino fino y elegante, con un tiempo similar en barrica.

El palo cortado Marqués de Redil y el oloroso Villapanes no se quedan atrás, ya que también "enamoran" de la copa al paladar. En ambos predomina un color caoba, con matices a ámbar y cobrizo.

Otro de los que más piropos recibe es un Pedro Ximénez bajo el nombre de Emilio Hidalgo, que es una delicia. El cuerpo de esta propuesta es espectacular, tanto que deja una densa marca en la copa. No llega a tal punto, pero en boca casi se puede masticar. "Este vino es un postre en sí mismo", se escuchó durante una cata que se celebró la pasada semana en el restaurante Sophia Bistro de Zaragoza, en la calle de Pedro María Ric.

Este tipo de vinos han demostrado una especial flexibilidad, ya que no solo son para un aperitivo, son una opción para un plato de caza, de cuchara, gambas rojas, espárragos a la brasa... y hasta para un postre. "No tienen por qué ser vinos muy corpulentos, hedonistas o concentrados, sino tenemos un perfil de vinos con un potencial gastronómico y de armonización magnífico", defiende Juan Manuel.

"Jerez todavía tiene mucho que decir y salir de su registro festivo y de feria, e intentar posicionarse como un gran vino"

Estos vinos regresan a la capital aragonesa de la mano del distribuidor Roberto Morales, de Más que Gastronomía. "Jerez todavía tiene mucho que decir y salir de su registro festivo y de feria, e intentar posicionarse como un gran vino", manifiesta Juan Manuel Martín Hidalgo.

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