gastronomía

Una ruta por la falda del Moncayo a través del aceite, el vino y un ternasco de premio

Los asados del Mesón del Aceite con horno de leña y su almazara contigua, así como las garnachas históricas, son el hilo conductor de este paseo gastronómico y patrimonial por el Campo de Borja.

Mayka Martínez y Eduardo Led, copropietaria y cocinero, respectivamente, del Mesón del Aceite de Bulbuente.
Mayka Martínez y Eduardo Led, copropietaria y cocinero, respectivamente, del Mesón del Aceite de Bulbuente.
A. U.

Los paisajes y el patrimonio del Moncayo nunca dejan de dar motivos para ser visitado... o revisitado. Para quienes ya conocen la zona y quieren explorarla de manera diferente o para aquellos que la tengan pendiente y busquen añadir paradas fuera de lo más trillado, la gastronomía aparece como potente hilo conductor apoyada en varias denominaciones de origen propias y otras tantas que van más allá de las comarcas circundantes.

En este caso, es la Comarca del Campo de Borja la que ofrece una singular ruta siguiendo la estela de tres productos -el ternasco de Aragón, el aceite y el vino-, cuya tradición se hunde en la noche de los tiempos. A la par, por esas tierras se afanan en añadir innovadores atractivos en sintonía con los gustos actuales.

El Mesón del Aceite en Bulbuente (Carretera Nacional 122, km. 70,100) y su almazara contigua se han convertido en los últimos tiempos en el epítome de este nuevo impulso que busca aunar gancho turístico, así como preservar y fomentar el estilo de vida y los productos propios de ese territorio.

Situado a 9 minutos en coche del Monasterio de Veruela, este amplio restaurante de carretera con 30 años de vida es de unas semanas a esta parte un lugar imperdible para los amantes del ternasco. No en vano, su asado tradicional fue elegido el pasado mes de marzo por el Consejo Regulador de la IGP Ternasco de Aragón como el mejor de 2023 de toda la comunidad autónoma. 

Paletilla de Ternasco de Aragón IGP asada en horno de leña con patatas panadera.
Paletilla de Ternasco de Aragón IGP asada en horno de leña con patatas panadera.

Se trata de un negocio familiar que vino a ampliar, hace poco más de 30 años, la almazara que fundó el padre. Ambos siguen en manos familiares. En concreto, las hermanas Mayka y Anabel Martínez están al frente del restaurante con la ayuda en la cocina de Eduardo Led. Mayka también es la autora de algunas de las recetas más originales, entre ellas varios postres.

Un espectacular horno de leña es el centro del Mesón del Aceite desde sus mismos inicios y parte del secreto del asado de premio. "Y poco más", insiste Led. "Lo tendremos cocinando un par de horas... Y es que sale solo, llevamos treinta años, no tiene truco". 

Y sin embargo, el galardón ha dado la vuelta al negocio, reconocen: "¿Que qué ha supuesto? ¡Buf!", resopla Mayka Martínez. "Ha sido un antes y un después. El ternasco lo hemos estado haciendo de siempre, pero igual ahora lo servimos un 200% más". Igualmente, se ha multiplicado el número de comensales que elige la carta sobre el menú del día ("si antes era un 40-60 la carta frente al menú, ahora un 90-10).

El éxito de la premiada paletilla ha abierto asimismo las puertas a otros productos tanto de D. O. como propios de la zona de los que el Mesón del Aceite y la comarca en general hacen gala. 

La almazara de aceites Olimbel, una de las marcas que comprende la D. O. de aceites Sierra de Moncayo.
La almazara de aceites Ambel, una de las marcas que comprende la D. O. de aceites Sierra de Moncayo.
Olimbel

El más importante es el aceite de D. O. Sierra de Moncayo, que comprende las sociedades cooperativas Santo Cristo de Magallón, la Agrícola de Borja,  Cooperativa Nuestra Señora del Pilar y Aceites Ambel SL. Esta última es la que se encuentra pared con pared con el Mesón del Aceite, la que que está, en realidad en el origen del mismo.

En la zona, el olivar está muy presente pero, como dicen sus responsables, "no está sobreexplotado y, por tanto hay una gran biodiversidad". Un elemento "diferenciador", además del cierzo, que aporta tanto a olivos como a las viñas una gran "sanidad", que han "incorporado a la realidad" de sus productos.

Un detalle de El Mesón del Aceite.
Un detalle de El Mesón del Aceite.
Mesón del Aceite

Son aceites con una "singularidad importante", que se caracterizan por "recolecciones tempranas" orientadas a  "conservar el origen: del árbol se va rápidamente a hacer la extracción y así reproducir en una botella esa riqueza organoléptica de nuestras aceitunas" cuyas variedades son, sobre todo, la empeltre, además de la arbequina, la negral, la verdial y la royal.

Las cuatro marcas y la D. O. han emprendido también un ambicioso plan en torno a la producción del aceite y su cultura. Desde el origen, con rutas de 'oleoturismo' para visitar los olivos centenarios de la zona; el proceso; en las almazaras, donde se explica la fabricación del aceite y se organizan catas, al resultado final: en el Mesón del Aceite hay también una zona gourmet donde se pueden comprar mermeladas, aceite, paté de aceitunas negras y, mucho más original, degustar dos helados, uno de aceite de oliva virgen extra y otro de... ¡paté de aceituna negra! (delicioso).

Todas estas exquisiteces son regadas en la zona por las distintas bodegas pertenecientes a la D. O. Campo de Borja que tiene en el Monasterio de Veruela su propio Museo del Vino, ya un destino turístico veterano.

Ahora, la D.O. se afana en hacer de la condición histórica de sus viñas un nuevo atractivo, en conexión con otros proyectos similares en otras partes del mundo. Lo hace dentro de lo que han denominado Garnachas Históricas Project, que aprovecha una herencia de 6.200 hectáreas con 19 bodegas y 1.100 viticultores. La garnacha es una variedad española y aragonesa por excelencia que, actualmente, se encuentra en el Top 5 a nivel internacional.

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