gastronomía
Abre una nueva panadería con sabor de pueblo en el Coso de Zaragoza
Españoletas, cañadas, bolletes de cabello de ángel o una laureada hogaza son las propuestas que se pueden encontrar en el nuevo local de Felipe Serrano, una panadería con origen en los años 30.
De madrugada Felipe Serrano comienza a preparar de forma artesanal barras de pan, hogazas, magdalenas, piezas de repostería… Su origen está en una panadería familiar de Vinaceite, fundada en 1936, pero desde hace un tiempo su obrador se encuentra en el polígono de El Burgo de Ebro. Ahora han dado un paso más y se han instalado en Zaragoza.
En el local de un antiguo bar del Coso se puede ver expuesta una amplia variedad de repostería. Napolitanas de chocolate, cruasanes, caracolas, palmeras… que comparten mostrador con dulces con especial sabor rural, como pueden ser las cañadas –masa de pan con aceite y azúcar que también se llaman guitarras-, torta harinosa o bolletes de cabello de ángel, de los que Serrano destaca que están hechos con anís y moscatel. No faltan las bolsas con las tradicionales españoletas, magdalenas y coquitos.
En cuanto al pan, el abanico también es amplio: normal, grande, pequeñas, de espelta, baguetes, gallega, de leche… Por cierto, una de sus hogazas fue finalista hace unos años en el Concurso de La Miga de Oro." Voy a probar esta, a ver qué tal", decía una vecina de la zona que compraba por primera vez.
"Me han dicho que os habíais venido a Zaragoza, así que os hago una visita", esa es una de las frases que más se ha escuchado los dos primeros días que ha estado abierta, en el número 95 del Coso de Zaragoza –en el tramo entre la calle de San Vicente de Paúl y la esquina con el Coso Bajo-. Esto delata que para otros son viejos conocidos porque en el obrador de Felipe compran tanto los trabajadores de la zona como visitantes que acuden de propio, ya que también tienen punto de venta.
"En el pueblo iba a menos, así que tuve que venirme", cuenta Serrano. No obstante, en la actualidad reparte en Vinaceite, Quinto, Gelsa y Belchite.
No dejan de lado las recetas que han conservado de sus antepasados. "Algunas tendrán casi cien años", exclama Felipe, cuarta generación de la familia. Él se ha formado en el sector, lo que le ha ayudado a innovar y a introducir nuevos productos, como los panetones o los New York rolls, que son una fiebre. "Es una pasada cómo se venden", dice Danitza, la pareja de Felipe y quién atiende en la nueva panadería, mientras reserva un par de rolls para el día siguiente.
Así, en su obrador Felipe ha fusionado las elaboraciones más tradicionales con otras más vanguardistas y no solo dulces, ya que las focaccias –de tomate o de champiñones- también son un éxito, como se aprecia con tan solo estar unos minutos en el local.
"Suerte", le dicen los primeros clientes a Felipe y a Danitza. También "hasta mañana", eso es señal de que quedan satisfechos. Mientras tanto, Felipe ya prepara el día siguiente, cuando seguirá elaborando pan y dulces, como las inminentes culecas de Semana Santa, que ya asoman en el horno.
