gastronomía y viajes

Cuatro rutas para descubrir los vinos de Aragón

Somontano, Cariñena, Borja y Calatayud se han sabido posicionar como destinos turísticos vitivinícolas de primer orden.

Fotografía de la parcela Alto Cantabria de donde se obtienen las vides para elaborar el vino Conde Valdemar Finca Alto Cantabria.
Panorámica de unas vides aragonesas

Que el enoturismo no deja de crecer es un hecho refrendado por los datos. El año pasado movió cerca de medio millón de turistas en la Comunidad, una cifra nada desdeñable que demuestra el fuerte interés que despiertan en la actualidad las bodegas y museos dedicados a los preciados caldos. Aragón viene consolidándose desde hace años como destino de expertos y curiosos procedentes de Madrid, y Cataluña, sobre todo, pero también de otras comunidades y de países con marcada tradición vitivinícola, como es Francia, y de otros como Holanda o Alemania.

En el territorio se despliegan cuatro rutas del vino que gozan del respaldo de la Administración. Una de ellas, la del Somontano, se encuentra en la provincia de Huesca, mientras las otras tres -Cariñena, Calatayud y Garnacha (Borja)- atraviesan diferentes comarcas de la provincia de Zaragoza. Pero, ¿qué bodegas se pueden visitar y qué vinos se pueden catar en cada una de ellas? ¿Y con qué otros atractivos turísticos podemos completar nuestra visita?

Ruta del Somontano

Cuenta con 16 bodegas, algunas de ellas especialmente conocidas, como Viñas del Vero, Enate, Pirineos, Sommos o Laus. Nunca faltarán paradas en un viaje por la zona, que cuenta con maravillas naturales como la Sierra y los Cañones de Guara, el encanto inconfundible de la villa medieval de Alquézar o el arte rupestre del Parque Cultural del río Vero. Barbastro o el santuario de Torreciudad son otros dos hitos en el camino.

Ruta del Campo de Cariñena

Son 14 las bodegas adscritas a la ruta. Los caldos más conocidos llevan las etiquetas de Bodegas San Valero, Solar de Urbezo, Grandes Vinos y Viñedos, Care o Paniza. El mar de viñedos que compone el paisaje está vigilado por la sierra de Algairén, que ofrece un ‘trekking’ asequible. Pero quienes prefieran el patrimonio pueden decantarse por el rico patrimonio histórico-artístico gótico, mudéjar o barroco, que encuentra su máximo esplendor en las distintas torres que jalonan las iglesias de la zona. Es también recomendable dejarse caer por los museos del ferrocarril y del vino, ambos en la cabeza comarcal.

Ruta de la Garnacha (Borja)

A los pies del Moncayo, algunos de sus viñedos necesitan los dedos de dos manos para contar sus siglos. En la aproximación a la zona, además del Monasterio de Veruela o el museo del vino de Borja, el visitante puede conocer las siguentes bodegas: Borsao, Alto Moncayo, Pagos del Moncayo, Morca, Ruberte, Palmeri Sicilia, Román, Ainzón, Aragonesas y Bordejé.

Ruta del vino de Catalayud

Sus viñedos están situados en una zona de contrastes, de condiciones extremas, donde la garnacha encuentra el hábitat perfecto para dar lo mejor de sí. Son cinco las bodegas visitables: Castillo de Maluenda, Virgen de la Sierra, Esteban Castejón, Langa y San Alejandro; aunque desde la ruta se ofrecen una serie de experiencias como las relacionadas con la ‘vinoterapia’ (baños, recorridos termales, tratamientos corporales…), paseos a pie o en bici, o visitas combinadas con jornadas de golf, entre otras.

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