vinos de aragón
Un gran rosado de garnacha del Bajo Aragón
Bodegas Ignacio Guallart de Viala acaba de poner en el mercado esta nueva referencia de la última añada.
Aseguran los comerciales del mundo del vino que cada vez se vende y se bebe menos rosado. ¿Será porque las últimas tendencias han puesto de moda esos vinos con tan poco color, al estilo de los 'rosés' franceses, que tampoco suelen dejar demasiada huella en la nariz y en el paladar?
El caso es que cada vez se ven menos rosados como los de antes, así que hay que dar la bienvenida a esta nueva referencia que acaba de sacar la bodega de Alcañiz Ignacio Guallart de Viala, acogida a la IGP Vinos de la Tierra del Bajo Aragón.
Está elaborado con uvas de garnacha de 2019 y es un rosado clásico, de color rosa muy intenso y brillante. Tiene intensidad aromática, con notas frutales rojas -cerezas y fresas-, además de referencias dulces florales y de hierbas aromáticas y balsámicas.
Al pasarlo por la boca se despliega con cuerpo y consistencia, y a la vez con sedosidad y elegancia, dejando constancia en el paladar de las mismas referencias frutales y florales registradas en la nariz.
El final es largo y envolvente y, lo que es muy importante para un vino rosado, deja una sensación de frescura muy destacada, lo que lo convertirá en un producto muy apetecible para los meses más calurosos del año. Señalar que sus 14,5 grados alcohólicos son muy llevaderos gracias a la rica acidez de la que hace gala. El precio de cada botella en la bodega es de cinco euros.
Hay que felicitar, pues, nuevamente a los responsables de esta bodega familiar ubicada en Alcañiz y al enólogo Joan Ramón Bada Suñé, gran conocedor del potencial vitivinícola de los territorios del Bajo Aragón y de la vecina Terra Alta catalana.
Por último, hacer mención a la etiqueta de este rosado, bautizado con el nombre de Primilla, en honor a este cernícalo que sobrevuela la viña, limpiándola de pequeños invertebrados y otros animalillos.
