Tomates, en plena temporada

Son un tesoro gastronómico cuyo potencial no ha sido suficientemente valorado por el consumidor.

Algunos de los participantes en la cata degustación de tomates de Slow Food
Tomates, en plena temporada
Agencia Almozara

Estamos en el mejor momento para disfrutar de los tomates autóctonos, los que se crían en los huertos de nuestros pueblos y, también de las grandes ciudades. Cada año que pasa, los aficionados a la buena mesa aprecian más los momentos de placer que se pueden obtener en torno a un plato que contenga tomates de temporada, recogidos de la mata en su momento óptimo de maduración, y acompañados con un chorrito de aceite de oliva virgen extra y unos granos de sal. A esa receta tan humilde como excelsa se pueden añadir otros complementos, como ajo picado, cebolla, aceitunas, pimientos troceados...


Para dar rienda suelta a las ganas de disfrute y camaradería que se generan en torno a los ricos tomates, en estas fechas se prodigan los encuentros de amigos y aficionados. Ya son tradicionales los que se celebran con el patrocinio de Slow Food o los que organiza puntualmente el restaurante Urola, de Zaragoza (este establecimiento inauguró el jueves sus jornadas gastronómicas con una cata degustación). El pasado jueves se desarrolló la tradicional cata auspiciada por Slow Food Zaragoza en el nuevo restaurante Idílico (Doctor Cerrada, 12). 


Los tomates ecológicos y de variedades autóctonas fueron proporcionados por la tienda de productos de cercanía La Huertaza. Se degustaron ejemplares de las variedades tomate bombilla de Movera, pera de sesa de Bierge, rosa de Perdiguera, verde de Bierge y cojón de obispo de Huesca.


Los platos combinados se aliñaron con aceite de oliva virgen extra de las almazaras Aceites Impelte del Bajo Martín (D. O. Bajo Aragón), Palacio de Alberuela de Tubo y de la Cooperativa San Juan Bautista de Fuendejalón (D. O. Sierra del Moncayo). También hubo sales especiales para que todos los ingredientes estuvieran a gran altura: sal de garnacha del restaurante Rodi de Fuendejalón y Escamas de Sal, sales Negra y Roja de Hawai proporcionadas por Coquinaria.


Los panes para acompañar el tomate fueron elaborados por Ecomonegros, Panadería Pinilla y Panadería Simón. Después de la cata se ofreció a las asistentes embutidos de Melsa de Graus; queso La Val, de Mezquita de Jarque, y jamón de Rodríguez Barbancho.


Todos los productos se maridaron con los vinos de la Bodega Vinae Mureri, de Murero; Grandes Vinos y Viñedos, de la D. O. Cariñena, y de Heredad Carlos Valero. 

Nuevo restaurante

El restaurante Idílico, regentado por los hermanos Javier y Miguel Ángel Nicolao, ha abierto al público ocupando el espacio que antes era del restaurante Bahía y está dispuesto a ofrecer alta cocina en el centro de Zaragoza a precios razonables. Tiene una capacidad para 400 personas, con tres salones independientes.


A la cata, coordinada por Jennifer Marín, asistieron unas 150 personas, socios y amigos de Slow Food, como el entrenador del Real Zaragoza, Víctor Muñoz; sus ayudantes, Raúl Longhi, Manuel Lapuente y Eduardo Basigalup, o como Ramón Tejedor, presidente de Montañeros de Aragón. También estaban Pedro Piñeiro, director de Ecozine, y la realizadora Sonia Llera.


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