El pasado miércoles se desarrolló una degustación de tomates aragoneses en el bar restaurante El Candelas (Maestro Mingote, 3) a la que asistieron más de 70 personas. El acto comenzó con la intervención de Amparo Llamazares, de la Unidad de Tecnología Vegetal del Gobierno de Aragón, quien explicó cómo se introdujo el tomate en Europa desde México y Perú, y describió sus propiedades nutricionales. Se pudieron probar variedades tan poco conocidas como el tomate yellow (de color amarillo), y el tomate verde albacete de Gallur, el bombilla de Movera, y el negro de Crimea de Perdiguera, suministrados por la tienda de cercanía La Huertaza. 

Se cataron los tomates corporalis de Daroca cultivados por Rafael Esteban. Del Alto Aragón, se probaron el rosa de Barbastro y el ágora de Lierta. También aportaron tomates de sus huertos los clientes del Candelas Luis Hernandez y Valentín Hernandez.

Los tomates se sirvieron aliñados con sal y aceite de oliva virgen extra de Aceites Palacio, de Alberuela de Tubo.

El cocinero oscense Antonio Arazo elaboró un postre de tomate bombilla con cobertura de chocolate negro y menta fresca. A la cata asistieron Juan Cacho, Agustín Castejón y Amado Millán, de la Academia Aragonesa de Gastronomía.

La velada continuó en el bar, donde se pudieron probar las especialidades del Candelas, como sus reconocidos callos, carnes a la brasa y croquetas. La coordinación de la degustación corrió a cargo de Jennifer Marín, de Slow Food.

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