Gastronomía

Carta a precio cerrado a la luz de la luna

Restaurante

La visita al restaurante Celebris es especialmente recomendable en verano, cuando se activan su terraza y el amplio espacio exterior de bar y coctelería. La propuesta gastronómica se articula alrededor de una carta abierta a precio cerrado, con varias posibilidades y precios que pueden ir desde los 20 a los 28 euros.

Restaurante Celebris: carta a precio cerrado a la luz de la luna
ALMOZARA FOTOGRAFIA

Restaurante, terraza, cóctel y bar. Todas estas cosas es al mismo tiene Celebris, un espacio físicamente ubicado en el hotel Híberus, junto al recinto de la Expo, pero completamente independiente en su funcionamiento. De los cuatro planteamientos reseñados al inicio hay que empezar hablando de la terraza, cuya temporada se inauguró en junio y aguantará previsiblemente hasta octubre. 


Por la noche, este espacio exterior tiene una iluminación especial y aunque la luna no aparezca en el cielo, una muy lograda luz de luna siempre envuelve el ambiente. Es un escenario diferente, como hay pocos en la ciudad. A escasos minutos de la plaza de España, la sensación que uno tiene es la de encontrarse en una elegante terraza de verano en una zona costera. Faltan el susurro de las olas y la brisa marina, que no llegan a transmitir el cercano Ebro y el cierzo (cuando sopla), pero todo se andará.


En cuanto al restaurante, ofrece una interesante carta abierta a precio cerrado con varias posibilidades y precios: entrante y postre (20 euros), plato principal y postre (23) y completo (28). Por 5 euros más se puede elegir el vino entre una selección de caldos aragoneses, y también se incluye en este precio el agua y el café. Una opción más es la de maridar el menú con diferentes cervezas, que lleva un suplemento de 10 euros por persona.


La carta es fresca, muy veraniega, mirando mucho a productos de temporada. En los entrantes aparecen tres carpaccios distintos (de ternera, bacalao y uno muy curioso de calabacín), muy en la línea de platos para compartir, donde también encajan la parrillada de verduras o el jamón ibérico con pan de cristal. El gazpacho de sandía, brocheta de mozzarella, anchoa y albahaca, y la ensalada Celebris de ocho hojas con jamón de pato y daditos de foie micuit van en esa misma línea de productos frescos y ligeros.


En cuanto a los platos principales, hay pescados muy familiares como la merluza, que se elabora a la plancha con tartar de tomate y flores frescas, y el bacalao confitado, además de otros de temporada como el atún. El tratamiento en la cocina es sencillo, sin grandes elaboraciones. Es el caso, por ejemplo, del solomillo de ternera, cuyo punto diferente lo incorporan la manzana asada y el rulo de cabra gratinado. Y como carne un poco más diferenciada está el rulo de ternasco de Aragón asado a baja temperatura con cous-cous y flor de cilantro.


En cuanto a los postres, hay algunos que se recomienda elegirlos al principio de la comida o la cena ya que llevan bastante elaboración, como la créme brülée con sorbete de mandarina y juliana de lima o los canelones helados de piña rellenos de sorbetes varios. También hay opciones más sencillas como el sorbete de mojito o el zumo de naranja natural.


También música

Tan importante como la gastronomía es el ambiente en el que se desarrolla, sobre todo las cenas. Las noches de los sábados están amenizadas con ambiente chill out y la música de un saxo o de un violinista. Y este planteamiento es el que encaja directamente con los dos últimos conceptos a los que Celebris quiere asociarse: un espacio de bar y de coctelería para disfrutarlo a cualquier hora del día pero, sobre todo, a partir de media tarde.


De esta forma, todos los jueves (20.00) se lleva a cabo un mini taller que tiene como producto estrella el mojito, a cargo de un reputado especialista en la materia. Y en viernes alternos un DJ ameniza las horas previas a la cena con música en vivo. Durante todo el verano, además, habrá citas especiales alrededor de determinados productos. Y si la noche sale de 'no terraza' siempre existe un plan b, que es disfrutar del diseño íntimo, modernista y luminoso del comedor interior, con amplias cristaleras desde las que el exterior resulta igualmente visible. Lo dicho, un escenario muy, pero que muy diferente a escasos cinco minutos del centro de la ciudad.


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