¿En qué situación se encuentra el mercado laboral este 2024?
Está habiendo muchas ofertas de trabajo y en contra de lo que parece, pese a la tasa de desempleo, hay gran escasez de talento y de personas dispuestas a trabajar en ciertas posiciones. Nos está costando cada día más encontrar esos profesionales válidos que estamos buscando en todas las gamas de negocio y eso es preocupante. Las ofertas de empleo cada vez requieren un mayor grado de especialización y profesionalización.

¿Cuáles son los sectores más demandados?
Se están buscando de todo tipo de perfiles, aunque el tecnológico es el más difícil de encontrar. Además, nosotros trabajamos mucho en la especialización de logística, ‘contact center’, en Horeca, alimentación... hay un amplio porfolio de posibilidades para trabajar.

En Aragón, las empresas dicen que falta mano de obra cualificada y hablan de potenciar la FP.
Es algo que se debería de trabajar desde la base, con la educación. Los ‘millenials’ y la Generación Z, con los que estamos trabajando ahora, tienen una mentalidad muy diferente sobre sus necesidades de empleabilidad. Se han potenciado las titulaciones universitarias, pero no en carreras técnicas. Desde la educación, y partiendo también de los padres, se debería de empezar a cambiar la mentalidad hacia otros conocimientos.

¿Qué buscan en el mercado laboral las nuevas generaciones?
Son superexigentes, ha cambiado muchísimo. Ahora te piden salario emocional, como el teletrabajo, más días libres, la desconexión digital... se da prioridad a la calidad de vida frente al desarrollo profesional.

¿Qué poso ha dejado el teletrabajo desde la pandemia?
Se valora mucho, los trabajadores lo ponen como una de las prioridades. Pero la empresa tiene que transmitir que no se pierda la presencialidad, porque con el trabajo en remoto pierdes el tacto de las personas. En cualquier caso, hemos tenido que ser ágiles.

¿Hoy en día es más difícil atraer el talento o retenerlo?
Ahora mismo es más difícil atraerlo. Retenerlo es más fácil con las políticas en las que el trabajador está en el centro. Hay que cuidarlo, no solamente con dinero, que no es lo más importante, sino con políticas de retribución flexible y salarios emocionales, entre otros. Para atraerlo, las empresas tienen que ser cada vez más atractivas mediante una oferta no solo económica, sino de valor, de proyecto y cultura, con beneficios sociales... Nosotros damos a los empleados desde la cuota mensual de Netflix hasta dos días de vacaciones por tu cumpleaños.

¿Cómo es el trabajador ideal?
Aquel que se ilusiona con lo que hace. Que se levanta por la mañana y tiene ganas de venir a trabajar porque el proyecto que desarrolla le produce emoción.

¿En materia de formación, es mejor la especialización o las capacidades multitarea?
Una cosa no está reñida con la otra. Es importante ser flexible y tener la capacidad de adaptarte. Pero esto va ligado con tener la posibilidad de estar especializado en ciertas áreas. En nuestra empresa –que agrupa las firmas Grafton, Wyser para la selección, Gi Training de formación, Gi Bpo de outsourcing y Gi Group de trabajo temporal– mentalizamos en tener un aprendizaje continuo.

¿Qué recomienda a las empresas para crear buenos equipos?
Lo ideal es hacer un ‘mix’ de generaciones. Mezclar experiencia con las ideas nuevas de los jóvenes.

¿Qué impacto ha tenido la reforma laboral?
En nuestro sector ha afectado directamente porque el foco se ha puesto en los contratos temporales. Se dejó de utilizar el de obra y apareció el fijo discontinuo, lo que conlleva un trabajo de seguimiento y de perfección a la hora de marcar esas órdenes de llamamiento. La temporalidad es clave para que las empresas tengan flexibilidad y ser rentables, pero es algo que no se está apoyando.

¿Cómo valora la reducción de jornada que plantea el Gobierno?
No tiene mucho sentido porque adaptar procesos productivos de 24 horas, por ejemplo, va a ser muy complicado. También para la hostelería. Todo ello va a dificultar la productividad.

¿Hay esperanza para los desempleados de más de 50 años?
Sí, cada vez más, son personas que realmente se comprometen con los proyectos que van a desarrollar. Lo van a tener más complicado porque se tiende a contratar personas jóvenes, pero hay que potenciar su empleabilidad, por ejemplo, con cursos de formación para adaptarse a los puestos.

¿Cuál será la próxima revolución en el sector de los recursos humanos?
Hace nada estábamos hablando del metaverso, ahora de la inteligencia artificial. Pero lo que no va a dejar de haber nunca, por mucho que se desarrollen las tecnologías, es la importancia de las personas.

¿Cómo se están adaptando las empresas a la IA?
Tenemos un programa de formación en inteligencia artificial que está funcionando muy bien. No debe haber miedo. Desaparecerán puestos que no generan valor, pero se crearán otros en los que las personas serán importantes.