Dijo que era muy mala comunicadora y ahora es una de las grandes en el mundo de la divulgación científica y tecnológica.Mis compañeros de la Universidad de Zaragoza pueden confirmarlo. La práctica y los años han ido puliendo la técnica. Cuando vas a una charla y dices, "qué buena charla" hay mucha preparación por detrás y muchos ensayos.

Su meta es conseguir que el mundo de la informática se conozca.Siento que yo no tuve la suficiente información para decantarme proactivamente hacia la informática y que es importante que se conozca la infinidad de posibilidades que tiene para construir el futuro. Lo más significativo es incidir en edades tempranas. Para ello he colaborado con la iniciativa 11defebrero.org y Fundación Telefónica dando talleres a niños.

¿Qué papel juega el Startup Open Space?Es un evento para que ocurra la magia entre empresas tecnológicas. Zaragoza tiene un gran talento y es necesario retenerlo. La próxima edición es el 9 de marzo en Etopía.

Tiene prioridad por las niñas y adolescentes, con el fin de que tengan más presencia en su sector, donde representan un 14%.En mi época era un 10% así que quiero creer que todo el esfuerzo de muchos organismos está calando, aunque está siendo muy lento. Es importante porque somos los que estamos construyendo el futuro y el futuro tiene que dar cabida a todas las personas.

¿Por eso organiza el Women Techmakers Zaragoza o forma parte de Mulleres Tech?Creo que es lo más bonito que he hecho en mi carrera y fue accidental. En una conferencia, en la que solo éramos el 14% de mujeres ponentes, sufrí numerosas interrupciones. Después de eso y un comentario destructivo de un asistente no quería dar charlas. Salí de esa experiencia gracias a un grupo de mujeres de Madrid. En Zaragoza hacía falta una comunidad para ayudarnos. Ahora somos más de 200 mujeres de Aragón.

En Telefónica, ha trabajado en Big Data e Inteligencia Artificial. ¿Hay mucho ruido en la IA?Estamos viviendo una revolución sin precedentes con la Inteligencia Artificial. Va a tener un impacto en la sociedad, la economía y la política y creo que es importante estar al día para que cada uno lo incluya en sus procesos, ya que hará más con menos.

Ha aparecido en el listado de Forbes, ha sido galardonada como una de las 25 personas de valor de Telefónica...Y ahora en el HERALDO. Me hace mucha ilusión. Me siento muy afortunada cuando tanto trabajo y esfuerzo se ve reconocido. También me siento querida por todas las felicitaciones. Estoy agradecida de aquellos que me han amplificado, especialmente mi marido que me apoya en las locuras.

¿Qué supuso su nombramiento como Zaragozana Ejemplar?Se me caían las lágrimas de la emoción. Son muchos años de dedicación altruista y esto agota. Este reconocimiento motiva a continuar y pone el valor el trabajo que muchas personas hacen por las comunidades.

En uno de los bares de su pueblo, Cetina, cuelgan sus apariciones en prensa.Me siento orgullosa de que me estén apoyando tantísimo y siguiendo mi carrera desde el cariño. Me hace especialmente ilusión si puedo ser referente para las niñas y los niños cetineros.

Su padre es físico y desde pequeña la fue animando para que le gustara la ingeniería. ¿Hubiera llegado sin este impulso?No hubiera llegado. Yo lo llamo manipulación parental y confieso que lo estoy haciendo ahora mismo con mi sobrina Alicia, regalándole un robot en su último cumpleaños. También confieso que lo voy a hacer con mis hijos. Tuve la gran suerte, a la hora de tomar la decisión de la carrera a cursar, de tener a mi padre como visionario de la revolución informática. Soy consciente de que muchos adolescentes, especialmente mujeres, no tienen ese impulso, por eso siento que tengo que contar mi experiencia..

¿Es importante saber de dónde venimos?Es muy filosófica esa frase. Todos estamos marcados por nuestras raíces, crecimiento y vivencias. Lo bueno o lo malo nos han perfilado a lo que somos. Somos nosotros mismos los que tenemos el poder de cambiar el curso de nuestra existencia. Hay que levantarnos del sofá, levantar la cabeza del móvil y ponerse a la acción. Todos tenemos un gran poder de hacer realidad nuestras ideas.