Nuevos cortes de tráfico en la A-2 en Calatayud: "Tenemos que seguir al pie del cañón para que nos escuchen"

Cerca de 200 productores del sector primario de Calatayud, Valdejalón y Daroca reivindican ser escuchados por las instituciones en el quinto día de protestas de los agricultores en Aragón.

Quinto día de movilizaciones de agricultores en Aragón: cortes en la A-2 a la altura de Calatayud
Quinto día de movilizaciones de agricultores en Aragón: cortes en la A-2 a la altura de Calatayud
JMACIPE

La autovía A-2 se encuentra este sábado cortada en ambos sentidos desde aproximadamente las diez de la mañana en el kilómetro 232, a la altura del polígono La Charluca de Calatayud, por el quinto día de protestas de agricultores y ganaderos de la zona. En total, cerca de 200 personas de la comarca bilbilitana, pero también de las colindantes de Valdejalón y del Campo de Daroca han tomado la calzada a pie y con sus tractores en el arcén para visibilizar sus reivindicaciones. Una convocatoria es independiente y al margen de otras organizaciones. Como en el resto de la semana, la concentración se desarrolla sin incidentes y los parones en el tráfico son variables, con detenciones de hasta 45 minutos y tramos de paso de tiempo variable y a criterio de los huelguistas. La circulación se deriva por el centro de la ciudad sin generar problemas relevantes.

"Se tienen que contar las cosas como son. Aquí no ha habido ningún problema. Cuando hemos acabado se aplaude a los guardias civiles, la gente pita apoyándonos desde coches y camiones… Pero para algunos vende más otras cosas", se queja Óscar García, de Torralba de los Frailes, y que durante la semana ha estado en Villadoz. Esos actos de violencia, lamenta, apartan el foco de las reivindicaciones: "La reforma de la PAC nos está matando. Hay retenciones de un 10, un 20 o un 30% de las ayudas por los ecoesquemas y tienes que alegar. Luego que te hagan caso, pero el gasto ya está hecho", explica.

"La reforma de la PAC nos está matando. Hay retenciones de un 10, un 20 o un 30% de las ayudas por los ecoesquemas y tienes que alegar"

En este mismo punto se muestra crítico Enrique Pérez, de Miedes de Aragón. "Igual nos da estar aquí que trabajando. Porque trabajando tenemos pérdidas…", sostiene. Para explicarlo, recuerda que la nefasta cosecha de cereal de este año no le ha reportado ingresos, pero sí le ha implicado "gastar en abonos, gasoil para labrar, sembrar…; roturas de los tractores y los aparejos…". "Tenemos que seguir al pie del cañón para que nos escuchen, aunque el problema es que al enemigo lo hemos votado nosotros y nos están hundiendo", zanjaba.

En los arcenes y por el asfalto había agricultores y ganaderos de Aniñón, Cervera de la Cañada, Terrer, Campillo de Aragón, Abanto, Godojos, Alhama, Alarba, Romanos, Olvés, La Almunia… Todos enfundados en chalecos amarillos reflectantes y otros naranjas que se mueven de un lado a otro, o que permanecen al lado de los tractores que están en el arcén de la incorporación en sentido Zaragoza. Muchos han acudido con provisiones para resistir durante buena parte del día.

La autovía A-2 permanece cortada en Calatayud a la altura del polígono de la Charluca en ambos sentidos. El tráfico se detiene durante 45 minutos y se abre el paso durante un cuarto de hora. Parte del tráfico se deriva por el centro de la ciudad.

Dentro de uno de los vehículos retenidos están Rocío, Gloria y Diana, que habían salido de Guadalajara con destino a la capital aragonesa y esperaban a que se abriese el paso. "Nos ha tocado esperar durante dos cortes, pero les apoyamos y estamos con ellos", reconocen. Justo al abrirse el camino, autobuses, camiones y coches hacen sonar sus bocinas para mostrar el apoyo, correspondido con pulgares y manos hacía arriba de los participantes. Enfundado en el chaleco, Daniel Baquedano, de Castejón de Alarba, y que ha estado presente en los distintos cortes de la A-2 en Calatayud y La Almunia se mostraba claro.

"Tengo 23 años y llevo dos trabajando en la explotación familiar. Me gustaría ser joven agricultor, pero es que no se ve que esto vaya a mejor", asume. Entre las críticas, sostiene que "Agroseguro tiene que cambiar, para que sirva de algo y no para arruinarnos, porque antes se podía asegurar por fincas y ahora es por la explotación. Eso no es rentable", insiste. A su lado, José Alberto, de Maluenda, a sus 39 años lleva toda la vida en el campo: "Era pequeño y ya iba a coger cerezas".

Después de más de dos décadas, reconoce que el panorama "no está bien, pero hay que seguir". "Hemos hecho unas inversiones en maquinaria, en plantar árboles, en naves… No queda otra que tirar para delante para continuar en mi pueblo, que es lo que he vivido siempre", insiste.

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