Tres generaciones han pasado por Belenguer 1918, una pastelería situada en la localidad turolense de Alcorisa con más de cien años de golosa tradición artesana. Desde sus postres tradicionales hasta las más innovadoras técnicas del chocolate, el apellido Belenguer está hilado al dulce desde hace más de un siglo. Primero fue su abuelo, Sebastián Belenguer Sanz, quien fundó la pastelería, para, posteriormente quedarse a cargo su padre, Gonzalo, y, ahora, Inma Belenguer carga no solo con la tradición de postres aragoneses y dulces típicos de cada época del año, sino que, llevada por su pasión por el chocolate, ha innovado hasta portar a su pastelería familiar al mercado nacional.

Pese a ser "un trabajo un poco más esclavo que otros", para Inma Belenguer acabó pesando más su pasión: "Me picó mucho la curiosidad de seguir en ello, sobre todo porque este trabajo te permite ser muy creativo, realizar cosas nuevas". Y en eso ha estado trabajando estos años gracias a su continua formación con los grandes chocolateros. Con esfuerzo y "muchas, muchas horas", Belenguer ha llevado a esta pastelería centenaria a conseguir un reconocimiento mundial con premios como el de presentación en la feria Salón de Gourmets de 2018 y 2022. Su producto estrella es una opción ideal para degustar y regalar a partes iguales estas navidades.

Bombones pintados a mano

Los más selectos diseños con los sabores más innovadores y originales confluyen en unos bombones únicos: "Se nos ocurrió la idea de pintar bombones como algo original, más artístico y más enfocado a un producto gourmet perfecto para regalar", afirma la turolense, que vio que su pastelería debía reinventarse: "Al ser una empresa pequeña, teníamos que agudizar el ingenio, esforzarnos más". Y ese esfuerzo ha dado resultado en pequeñas piezas de chocolate exclusivas con sabores como canela o coco, pero también ‘gyn tonic’, mojito o capuchino, entre otras opciones que ofrece en su web, en tiendas distribuidas por la región y en la pastelería.

Aunque sigan elaborando los mismos productos que, generación tras generación, han alegrado las navidades de esta zona turolense, las nuevas ideas han llegado a sus turrones y tabletas de chocolate, ofreciendo una mezcla de sabores nuevos ideales para poner la guinda final a las reuniones navideñas: "En una buena comida tiene que haber de todo. Pero un buen postre es el momento que más perdura, porque los sabores se sienten de otra manera más relajada", afirma Belenguer. Por eso, estos productos también son un regalo perfecto que puede ir de la mano con un buen vino o cava de la tierra.