Vivienda
Del furor de las viviendas unifamiliares al piso con terraza y piscina en Aragón
Tras la normalización de la venta de chalés en la comunidad, esta tipología de viviendas han cobrado especial relevancia.
Del jardincito a la intimidad. Pero no me quites la piscinita y la terraza. La moda de las viviendas unifamiliares se terminó -o se normalizó- en Aragón tras varios años de pandemia y ello conlleva un cambio de paradigma: el nuevo objeto de deseo para residir es el piso de 95 metros cuadrados de -casi- toda la vida, pero con un pequeño espacio de balcón y, a poder ser, un vaso de agua donde poder chapotear un poco en verano.
Según el último informe de la Cátedra sobre el Mercado Inmobiliario de la Universidad de Zaragoza, con datos del tercer trimestre de este año, la compraventa de viviendas unifamiliares ha registrado en Aragón un incremento trimestral (4,05 puntos porcentuales), situándose con un peso del 20,41%, a cierta distancia del máximo histórico (22,43% cuarto trimestre de 2022), quedando la vivienda colectiva (pisos) con un peso del 79,59%. "En los trimestres posteriores al confinamiento se alcanzaron los máximos históricos de compraventa unifamiliar y de superficie media. Ahora es una progresiva normalización", indica Luis Fabra, director de la citada Cátedra.
Por lo tanto, la superficie media de las viviendas que se han comprado en la Comunidad a lo largo de los últimos trimestres "ha disminuido y se ha normalizado". Así, de este estudio se desprende que el tamaño de las viviendas adquiridas y vendidas ha sido de 95,3 m², acumulando tres trimestres consecutivos de descensos, con sus máximos históricos en periodos posteriores al confinamiento domiciliario (99,9 m² en el primer trimestre de 2021). En vivienda usada, se han registrado 94,8 m², por debajo de los 99,2 m² de los pisos de nueva libre. En VPO, la superficie media ha sido de 82 m². El 44,77% de las compraventas de inmuebles del último año han presentado una superficie media superior a los 80 m², el 30,99% entre 60 y 80 m², el 21,24% entre 40 y 60 m², quedando un 3% con menos de 40 m².
Es todo cuestión de modas y necesidades. La pandemia puso de relieve la necesidad de tener más espacios amplios al aire libre, un aspecto que, en cierta medida, se ha mantenido en el tiempo con el requisito de la terraza. Del mismo modo, ese terreno que se empleaba para instalar una piscina ya no existe, pero cada vez se demanda más que el piso tenga un vaso de agua común. Y las constructoras van en consonancia: prácticamente todas las promociones de obra nueva, estén en el centro de las ciudades o en la periferia, incluyen estos dos elementos en sus viviendas, además de una superficie mínima de 90 metros cuadrados.
"Siempre es atractivo que haya zonas comunes", dice Fernando Baena, presidente del Colegio Oficial de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de Aragón. No obstante, no es lo mismo el espacio que se puede dedicar a una promoción en Montecanal o Arcosur que a una cercana al Casco Histórico, por ejemplo. "Algunas pueden tener entre 500 y 1.500 metros de espacio que se puede ajardinar, se puede poner una piscina...", especifica. En otros casos, algunas zonas que pueden quedar muertas, como un patio interior o una cubierta, se aprovechan para "complementarse".
Así, cualquier curioso que se dedique a echar un vistazo a nuevas promociones a lo largo y ancho de Zaragoza constatará este hecho. Por ejemplo, en la calle de Azoque, 60, a diez pasos de la plaza de Salamero y a escasos metros del paseo de Independencia, G3Gestión comercializa una promoción de 18 viviendas de entre dos y cinco dormitorios que contarán con terraza (e incluso unos bajos con jardín) y una piscina comunitaria 'metida con calzador' en la azotea (una fórmula muy recurrida para parcelas no muy grandes en el centro de la ciudad).
Otra zona común que sirve de ejemplo es la del nuevo edificio de la avenida de Valencia, a la altura del número 8, donde el grupo Eizasa ha levantado una promoción de 21 viviendas, repartidas en dos bloques. Entre ellos, en un pequeño patio que los comunica, el arquitecto Lázaro Lahera diseñó dos piscinas, una más grande y otra más pequeña, que no permiten darse un gran chapuzón, pero sí remojar los pies. "Los patios eran una zona residual y ahora se busca darle un atractivo, ya no solo por el uso, sino por embellecerlo y darle gracia al edificio. Es una moda que está hoy bastante generalizada", asegura Baena.
Otra cosa, dice, serían las promociones construidas en barrios como Miralbueno o Valdespartera, donde las parcelas son más generosas, "donde haya espacios para hacer una zona común de verdad". Por ejemplo, en Arcosur, todas las nuevas construcciones tienen amplias áreas verdes, con la piscina común pertinente. Son edificaciones mucho más numerosas, como la que se entregó recientemente de la mano de Aedas Homes (Bayeu), colindante con Rosales, de la mano del estudio Ingennus, que también ha diseñado otra gran promoción allí con las mismas características (Luzan).
El presidente de las APIs considera que el factor piscina-terraza "está bien tenerlo" y supone un 'plus' para el comprador. "Si en vez de salir a la azotea solo a tomar el sol tengo una zona agradable donde puedo remojar los pies, es un complemento más. A la terraza no se le daba ninguna importancia y ahora tiene mucha más. Hay 8 meses al año que se puede usar", sentencia Baena. De las unifamiliares a los pisos de toda la vida, pero con algunos cambios.
