Alimentación

La empresa que rescata del desperdicio a frutas y verduras feas llega a Zaragoza

Bene Bono comercializa a partir de hoy en la capital aragonesa productos ecológicos de calidad que no llegan a los tradicionales canales de comercialización por su aspecto imperfecto.

Bene bono comercializa en cestas por suscripción fruta y verdura ecológica que no llega a los lineales por su aspecto.
Bene bono comercializa en cestas por suscripción fruta y verdura ecológica que no llega a los lineales por su aspecto.
B. B.

Suele ser realidad que la comida entra por los ojos y eso es lo que explica que muchas frutas y verduras con un envidiable interior –gran calidad y sanidad– terminen desechadas y no lleguen a los canales de distribución por su imperfecto exterior, porque son demasiado grandes o muy pequeñas, porque tienen manchas o presentan alguna deformidad.

Para ‘salvar’ esas frutas y verduras feas, contribuir a la lucha contra el desperdicio alimentario ofreciendo además a los consumidores productos de calidad a un menor precio, tres jóvenes crearon en 2020 en Francia Bene Bono, una start up que ya ha dado el salto a España y que desembarca ahora en Zaragoza.

La empresa, que comienza hoy su andadura en la capital aragonesa, trabaja con productores locales a los que ayuda a evitar el desperdicio alimentario y la pérdida económica que les supone no poder vender aquellos productos que no cumplen los exigentes estándares que impone la distribución. Y lo hace ofreciendo a los consumidores un producto local y de calidad, pero un 30% más barato que lo que cuestan estos alimentos frescos frescos ecológicos en un supermercado.

Se trata de un servicio de cestas por suscripción, con el que los consumidores solo tienen que entrar en la página web de la empresa y adquirir cada semana, o cuando así lo deseen, los pedidos que ofertan en distintos formatos que van de los 10 euros hasta los 27 euros. "Una cesta mixta contiene una media de diez variedades de frutas y hortalizas" explica Camille Martínez, directora de Expansión de Bene Bono en España.

Las entregas de los pedidos se realizan en el domicilio del cliente, pero la empresa ofrece una posibilidad de recoger su cesta en 24 puntos físicos habilitados en la ciudad. "Son pequeños comercios a los que además ofrecemos la posibilidad de encontrar así nuevos clientes», señala Martínez.

Bene Bono, que ya está presente en Madrid, Barcelona y Valencia, llega a la capital aragonesa con el objetivo de evitar el desperdicio de 500 kilos de frutas y verduras a la semana que, de otra forma, acabarían siendo desechadas "únicamente por motivos estéticos", detalla Martínez, que destaca que desde su desembarco en España, el pasado mes de febrero, esta start up ha conseguido salvar 128 toneladas de fruta y verdura ecológica, evitando además la emisión de 38.400 kilos de CO2 a la atmósfera. Tras Zaragoza, Bene Bono operará también en Bilbao y Vitoria con la pretensión de "rescatar del desperdicio alimentario" siete toneladas de frutas y verduras imperfectas a la semana en toda España con la incorporación de estas tres nuevas zonas.

La firma no descarta, además, ir ampliando su radio de acción en la Comunidad "en un futuro próximo".

Bebe Bono, que cuenta ya con más de 2.000 clientes activos en España y prepara una media de 1.500 cestas semanales, se estrena en Zaragoza con muy altas expectativas. Porque confía que su mensaje, señala la responsable de la expansión de la empresa en España, cale entre los consumidores de la ciudad. "Estamos contribuyendo a reducir el desperdicio alimentario y cada vez hay más personas sensibles ante esta situación" destaca Martínez. "Hablamos de un producto ecológico, beneficioso para el medio ambiente y para la salud del cliente, que cada vez tiene más interés en comer de forma saludable y con menor impacto ambiental y además transmitimos al consumidor que al comprar este producto ayudamos a los productores vivir de una producción que ya ha necesitado recursos y que no va a poder vender porque la distribución impone unas normas muy específicas" añade Martínez, que insiste en que el aspecto nada tiene que ver con la calidad y sanidad de un producto. "Estamos educando y explicando a nuestros clientes que una manzana tiene un color distinto en un lado o en otro solo porque ha tenido más sol en un lado o en otro, nada más, pero la manzana está perfecta" explica.

Hay además otra ventaja. Y es económica. Con estas cestas por suscripción, detalla Martínez, el consumidor tiene acceso a productos ecológicos de igual calidad pero más baratos. "Este es un detalle muy a tener en cuenta en un momento de inflación como el actual en el que todos estamos buscando cómo comprar bien y alimentarnos de la mejor forma posible de una forma más asequible. Nuestras cestas pueden llegar a ser hasta un 30% más económico que la fruta y verdura ecológica que encuentran en un supermercado especializado" destaca.

La aventura emprendedora de Sven Ripoche, Grégoire Carlier y Claire Laurent comenzó en Francia en 2020. Los tres cofundadores se dieron cuenta entonces de que existían unas estrictas normas en la gran distribución que impedían a los agricultores vender una buena parte de su producción porque las grandes superficie han educado a los clientes en una expectativa de aspecto de producto fresco “un poco extremo”, asegura Martínez. Así que decidieron poner en marcha una empresa que rescatara a frutas y verduras en perfectas condiciones de consumo de terminar en el cubo de la basura solo porque no cumplen ciertos estándares de belleza alimentaria. 

Su éxito en Francia, les llevó a pensar en dar el salto a otros mercados. Se dieron cuenta entonces, relata la responsable de la expansión de esta empresa en nuestros país, que en España el 45% de la producción se desperdicia al no poder entrar en el canal clásico de la comercialización.

Bene Bono cuenta con más de 17.000 consumidores semanales en Francia y más de 2.000 en España. Tiene una red de más de 300 agricultores y cooperativas en Francia donde distribuye en más de 210 ciudades, con más de 650 puntos de recogida. Desde su nacimiento, ha salvado más de 2.000 toneladas de frutas y verduras ecológicas y ha evitado la emisión de cerca de 300.OOO kilos de CO2 equivalente y ha economizado cerca de 490.000 millones de litros de agua. Emplea a 14 trabajadores y su facturación en el últimos ejercicio alcanzó los tres millones de euros.

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