La entrada saudí en Telefónica desata una nueva guerra de Díaz con Calviño

Exige a Economía que la operación no continúe mientras Robles promete "mucho rigor" para proteger "la defensa nacional".

Logo de Telefónica
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REUTERS

La entrada del grupo saudí STC como primer accionista de Telefónica ha desatado una nueva guerra entre la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo en funciones, Yolanda Díaz, con la vicepresidenta primera y ministra de Economía en funciones, Nadia Calviño. Díaz considera que el Gobierno "no puede consentir" que la operación continúe. "Mi opinión es que no podemos consentir que esta operación continúe. Así se lo he hecho llegar a la vicepresidenta económica del Gobierno en funciones y así lo voy a defender", aseguró Díaz este viernes. "Telefónica es una empresa estratégica para nuestro país. Y como tal empresa estratégica y con el manejo de lo más importante seguramente de nuestras vidas, que son los datos, mi opinión es que no podemos consentir que esta operación continúe", subrayó. En la mayoría de los enfrentamientos anteriores de Díaz con Calviño ganó la primera, como ocurrió con la reforma laboral.

El tono del Gobierno se endurece y sus recelos ante la operación crecen a medida que pasan los días. También la ministra de Defensa en funciones, Margarita Robles, advirtió que estudiará "con mucho rigor" la operación por la que STC quiere hacerse con el 9,9% de la operadora de telecomunicaciones española y convertirse en su primer accionista. La intervención de la ministra Robles no es baladí porque Telefónica es una empresa clave para Defensa en materia de redes, sistemas o ciberseguridad y, además, está en un sector estratégico para el país. Así que Robles no ha utilizado medias tintas en sus declaraciones: "La prioridad para nosotros es que la defensa nacional estén siempre absolutamente protegidas". "Precisamente la normativa que tiene España ha querido ser muy estricta cuando haya inversiones extranjeras que puedan afectar a la defensa y a la seguridad", señaló Robles.

El 'escudo antiopas' obliga a las inversiones extranjeras a pedir permiso al Gobierno español para tomar más del 5% de una empresa vinculada al sector de Defensa. El grupo saudí STC comunicó el pasado martes que había tomado el 4,9% de Telefónica de manera directa y que, si obtenía la autorización del Gobierno, tenía derivados para convertir en acciones de Telefónica por otro 5%, con lo que alcanzaría el 9,9% de la compañía que preside José María Álvarez-Pallete.

Robles explicó que "todavía" no había entrado "formalmente ninguna petición" en el Ministerio de Defensa para estudiar la adquisición por parte de la saudí STC. También la ministra de Transportes en funciones, Raquel Sánchez, aseguró que el Gobierno va a garantizar que la entrada de STC en Telefónica "respete la autonomía estratégica".

Precisamente, el PNV ha preguntado al Gobierno por los mecanismos adicionales que prevé activar para garantizar la defensa de los intereses estratégicos , ya que sospecha que este tipo de operaciones podrían "ir más allá de interés comercial". En los últimos tiempo se ha despertado el interés de países como Arabia Saudí, Catar o Emiratos Árabes Unidos por sectores estratégicos como la energía, el inmobiliario y ahora también el de las telecomunicaciones. En opinión del PNV, estas operaciones podrían "acabar generando vínculos entre gobiernos democráticos y empresas que acaban siendo controladas por regímenes que no lo son", pudiendo además crearse "canales de influencia sobre los responsables europeos".

Reacciones dispares

Las reacciones en el Gobierno en funciones ante la irrupción saudí en Telefónica han sido cuando menos dispares. La vicepresidenta de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, aseguró el miércoles desde Bruselas que el Gobierno aplicará "todos los mecanismos que sean necesarios, teniendo siempre en mente y de forma prioritaria la defensa de los intereses estratégicos de España". Pero Calviño también defendió que España sea foco de atracción de inversiones extranjeras; inversiones que, puntualizó, "están siendo fundamentales para impulsar el crecimiento económico, la creación de empleo de calidad y también la modernización tecnológica" de España.

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo en funciones, Yolanda Díaz, defendió que preservar la autonomía estratégica es "esencial". "España debe asegurar la toma de decisiones en empresas como Telefónica, guardianas de datos sensibles. Es necesaria una mejor regulación y una protección para evitar OPA. Debemos proteger nuestro futuro digital", afirmó.

Mientras, el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, aplaudió el interés del grupo saudí: "¡Qué bien que existan inversores tan importantes como los fondos soberanos en el mundo!", y que apuesten "por España y empresas españolas".

Saudí Telecom se convierte en el primer accionista de la teleco española, por delante de BBVA (4,87%), BlackRock (4,48%) y CaixaBank (3,5%). El fondo soberano saudí está detrás de la operación, en línea con su objetivo 2030 de desvincular la economía saudí del petróleo.

Plan estratégico

Aunque STC ha insistido en que se trata de una "operación amistosa", una oportunidad de inversión financiera, que no iba a participar en la gestión y que pensaba respetar el equipo directivo, el recelo crece en el Gobierno y en la propia compañía. Por lo pronto, el grupo saudí ya ha interpelado a Pallete sobre el plan estratégico de Telefónica, que tiene previsto presentar en noviembre.

Hasta ahora, el principal objetivo era el de desinvertir en activos no estratégicos para reducir deuda y centrarse en sus cuatro principales mercados: España, Reino Unido, Alemania y Brasil. Pero la mala evolución del precio de la acción, que desde la entrada de su actual presidente cae un 60%, ha precipitado la necesidad de un giro hacia un modelo de negocio más rentable, explica Joaquín Robles, de XTB. Telefónica ha dejado atrás las inversiones en infraestructuras para reducir su apalancamiento y está enfocándose en negocios digitales como el almacenamiento en la nube o la ciberseguridad, que tiene un mayor margen de beneficio y potencial de crecimiento.

La elevada deuda en un entorno de subidas de tipos continúa siendo el mayor freno de la compañía. A pesar de que el 80% está a tipo fijo y tiene cubierto los vencimientos para los próximos tres años, sigue siendo percibida por el mercado como una gran amenaza, apunta Robles. Otra de las grandes preocupaciones de los inversores será si modificara su política de dividendos, que actualmente supera el 6%. La entrada de entrada de la saudí STC no debería alterar una política de retribución al accionista, que ha sido uno de los emblemas de la compañía.

El sector de las telecomunicaciones en Europa está despertando un gran interés por parte de los países del Golfo Pérsico, que ya entraron también en el accionariado de Vodafone el año pasado y compraron una participación mayoritaria en PPF Telekom Group. 

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