NEGOCIOS

Carnicería Plo, 90 años de venta de carne y elaboraciones propias en Alagón

Fernando es la tercera generación al frente de este negocio que desde su apertura en 1933 se sitúa en el mismo local de la calle Mayor, justo debajo de la vivienda familiar.

Fernando y Mayte, en la puerta de la Carnicería Plo, en Alagón
Fernando y Mayte, en la puerta de la Carnicería Plo, en Alagón
H. A.

Hace 90 años que Esteban Plo inauguraba la Carnicería Plo en los bajos de su casa de Alagón (Zaragoza). El negocio se fundó en 1933 pero los registros de esta familia relacionados con el sector se remontan a 1929. Toda una vida dedicados a la carne y las elaboraciones propias.

Ahora es Fernando Plo, nieto del fundador, quien junto con su mujer, Mayte, está al frente de la carnicería, tras haber pasado primero a manos de los hijos de Esteban, Fernando y Jesús. Desde los inicios ha pasado casi un siglo y, aunque durante unos años, Fernando y su madre abrieron un establecimiento en otro lugar del pueblo, actualmente la saga continúa en el mismo local de la calle Mayor donde su abuelo abrió las puertas al público por primera vez.  

El punto fuerte de los Plo sigue siendo las elaboraciones de chorizo, longaniza, morcilla, salchichas o hamburguesas en su propio obrador. La suya es una carnicería de las de toda la vida que se adapta a lo que el cliente demanda. Fernando nació en 1960 y con 14 años ya estaba detrás del mostrador. De aquello han pasado casi 50 años. “En este tiempo han cambiado mucho las costumbres de alimentación. Antes se comía mucho ganado (ternasco, cordero, oveja…). Ahora se consume más cerdo, pollo, pavo o conejo”, asegura Fernando.

Fernando Plo: “En este tiempo han cambiado mucho las costumbres de alimentación. Antes se comía mucho ganado (ternasco, cordero, oveja…). Ahora se consume más cerdo, pollo, pavo o conejo”

Además, en su carnicería también han observado que ya desde hace años las carnes y elaboraciones que antes eran de consumo diario ahora son para ocasiones especiales. “El producto elaborado es algo que tiene muy buena salida así como el ternasco y el cordero pero han vuelto a ser comidas de fiesta. El producto vale el precio que tiene pero la economía y el poder adquisitivo de los clientes ha hecho que se compren menos”, explica Mayte.

Al igual que quienes están detrás del mostrador, los clientes que entran por la puerta de la Carnicería Plo también se han ido dando el relevo de generación en generación. Pero, lamentablemente, por el camino se han quedado unos cuantos. “El público más joven está acostumbrado a coger el coche e irse a comprar a las grandes superficies. Antes Alagón, como cabecera de comarca de la Ribera Alta del Ebro, era un pueblo mucho más comercial. Con los años ha ido a menos, sobre todo desde que abrieron Mercadona. Eso nos ha hecho mucho daño”, aseguran.

"El público más joven está acostumbrado a coger el coche e irse a comprar a las grandes superficies. Antes Alagón, como cabecera de comarca de la Ribera Alta del Ebro, era un pueblo mucho más comercial. Con los años ha ido a menos"

Pese a todo, Fernando y Mayte siguen con su día a día, que prácticamente transcurre en la carnicería, ya sea de cara al público o bien en el obrador. El horario durante todo el año es de mañanas, de lunes a sábado de 8.30 a 13.30, aproximadamente. El único día que abren por la tarde es el viernes, de cara al fin de semana, pero el resto de tardes las dedican a elaborar productos. “Aunque ahora los clientes tienen frigoríficos y congeladores, y son previsores, sigue habiendo vecinos que nos llaman a casa porque hay la suficiente confianza como para prepararles lo que necesiten fuera del horario comercial”, comenta Fernando. 

Clientela fiel y variada

Si de algo se enorgullecen Fernando y Mayte es de su clientela. “Es inmejorable”, señalan. Además, es muy variada, ya que no solo son vecinos de Alagón, sino también personas que están de paso por distintos motivos. “También vienen de los pueblos de alrededor o incluso de Madrid y Barcelona, si están de vacaciones por aquí en verano, para llevarse el género de vuelta a casa. Incluso nos llaman camioneros que están en ruta para que les preparemos un encargo y recogerlo coincidiendo con su hora de parar”, explican. 

Es así, gracias a los de aquí y a los de allá, a todas esas personas que siguen valorando los productos de cercanía y de calidad, como en Carnes Plo el ritmo de trabajo no cesa, 90 años después. Pero para seguir dando el máximo es necesario descansar. Por eso, como cada año, el mes de agosto la carnicería estará cerrada al público. En cualquier caso, si alguien ve luz en el interior que no se extrañe ni piense que son ladrones. Serán Fernando y Mayte que, como cada año, aprovecharán sus vacaciones para la puesta a punto de la tienda y del obrador, haciendo aquellas mejoras que siempre hacen falta para seguir prestando el mejor servicio.

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