La deuda a proveedores y bancos y la pandemia arrastran a Imaginarium hacia la liquidación

La inyección de 23, 5 millones en seis años no ha evitado la quiebra del negocio

Tienda de Imaginarium en la calle León XIII de Zarago
Tienda de Imaginarium en la calle León XIII de Zaragoza que sigue abierta por las mañanas
Francisco Jiménez

«No lo logramos, pero estuvimos muy cerca». Con estas palabras resumía ayer Federico Carrillo, director general de Imaginarium, la imposibilidad de llegar a un acuerdo con los bancos (había, dijo, una deuda ordinaria de 12 millones con ellos y 12 más con los acreedores), el pasado 24 de julio, cuando acabó la prórroga del proceso concursal solicitado voluntariamente en julio de 2022. Un acuerdo fallido que les habría restado endeudamiento –el acuerdo incluía la quita sobre una deuda de 24 millones, pero la total suma más de 30– y permitido seguir adelante, pero el voto negativo de dos entidades financieras –se precisaba el sí de la mayoría– abocó a la firma juguetera a la liquidación.

El Juzgado de lo Mercantil nº 2 de Zaragoza nombrará en septiembre el órgano de liquidación y será previsiblemente el administrador concursal quien decida y organice la venta de la unidad productiva (88 patentes, red de venta en internet –dominios– y tiendas físicas propias, la marca en 99 países, etc.) para poder pagar a los acreedores . 

«Calculo en 2 o 3 millones como mucho su valor», estimó Carrillo, que aseguró estar «desilusionado con la forma legal de conducirse con los negocios en España» y tras haber invertido, junto a sus socios, durante estos seis últimos años, 23,5 millones para tratar de reflotar Imaginarium, que solo conserva abiertas dos tiendas físicas, la de la calle León XIII en Zaragoza, y la que tiene en La Coruña.

«Mi error fue que en 2017, cuando compré Imaginarium, prácticamente en situación de disolución, no actuar de forma más drástica, suprimiendo la central, quitando a todos los directores y la mayor parte de tiendas y haber hecho como Elon Musk cuando adquirió Twitter. Por mi filosofía de vida, preferí dar una oportunidad a las personas y sostener la mayor parte de la estructura del negocio», confesó Carrillo. 

Una abultada deuda y una estructura enorme que se ha ido comiendo lo invertido. «Todo lo perdí», reconoció. Las razones del fracaso, explicó, han sido toda la «deuda atrasada no solo con los bancos sino con 137 acreedores a los que para poder ordenar producto adicional teníamos que pagarles el doble, por lo adeudado y lo nuevo». Es decir, «el esfuerzo por aliviar esa deuda heredada de 40 millones desde 2017 nos mató, toda esa carga del pasivo sin pagar» y también la estructura de 125 tiendas propias, la mayoría en centros comerciales, y asumir esos alquileres, lo que le supusó un lastre tremendo. 

Aún así, añadió, se iba vendiendo, pero «fue llegar la pandemia y eso nos fundió; era algo que nadie podía prever y que se alargó en el tiempo». Hasta marzo de 2020, el negocio funcionaba: «Íbamos jalando deuda y saliendo, pero con la covid no hubo nada que hacer».

Los centros comerciales les obligaban a tener las tiendas abiertas muchas horas, la deuda se iba engordando... y ahora, confesó Carrillo, está buscando trabajo. «Sigo hasta septiembre en Imaginarium, pero sin sueldo». Sobre si se quedará en Zaragoza, este costarricense afirmó que le gustaría seguir en España, pero «irá donde encuentre trabajo, tal vez a Nueva York», dice, de donde vino para hacerse cargo de Imaginarium.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión