Imaginarium presenta finalmente concurso voluntario de acreedores

El cierre masivo de tiendas de Imaginarium a raíz de la pandemia es la causa esgrimida por su propietario Federico Carrillo para haber presentado, ayer, concurso voluntario de acreedores en el Juzgado de lo Mercantil nº 2 de Zaragoza. El día en que expiraba la moratoria concursal, decretada por el Gobierno, fue el elegido por Carrillo para instar la quiebra o procedimiento concursal, después de llevar en preconcurso dos años y arrastrar una deuda de 20 millones.

«Se abre ahora una etapa muy importante en la que los abogados se ocuparán de la reestructuración de la deuda y del pasivo, mientras nosotros nos enfocaremos a la construcción de valor para Imaginarium con un plan para reabrir en cinco años 100 tiendas de las 400 que llegamos a tener», manifestó Carrillo. La presentación del concurso voluntario de acreedores, explicó, supone «la división de Imaginarium entre un antes y un después». El antes se resume en «a quién le pagamos y cómo lo pagamos», que queda en manos del administrador concursal; y el después, «en centrarnos en el crecimiento de la marca y buscar inversionistas que aporten 2,5 millones y se queden con el 40,5% de la empresa».

Imaginarium, abundó, no entra al concurso de acreedores en situación de problemas sino reestructurada financieramente. «Es el pasado de la empresa lo que llevamos a concurso» para así centrarse, repitió, en el plan de recuperación.

De los 20 millones de deuda, señaló, «10 millones corresponden a proveedores chinos y otros 10 millones a los bancos con los que ya en 2017 se firmó un acuerdo de reestructuración que cumplimos y pagamos y ahora tocará de nuevo sentarse a negociar con ellos».

Desde CC. OO. Aragón, Marta Laiglesia, responsable de la Federación de Servicios, mostró su deseo de que la presentación el concurso y el nombramiento de un administrador concursal se traduzca no en la liquidación de la empresa sino en la vía para darle continuidad, mantener los pocos empleos que quedan y pagar a los trabajadores que aún no han cobrado ni finiquito ni indemnizaciones ni la nómina del último mes trabajado»