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¿Deberían cobrar los padres alquiler a los hijos adultos que son económicamente independientes?

El debate se ha desatado a raíz de que una pareja en Estados Unidos le pidiera a su hija 200 euros al mes por vivir bajo su techo. El Código Foral aragonés regula estos casos.   

El debate se sirvió después de que una pareja estadounidense dijera por redes sociales que le cobrarían a su hija por vivir bajo su techo.
El debate se sirvió después de que una pareja estadounidense dijera por redes sociales que le cobrarían a su hija por vivir bajo su techo.
A. C.

Kylee es una joven estadounidense que terminó sus estudios en mayo del año pasado. Entonces, sus padres, Cody y Erika, decidieron que era momento de ponerle una mensualidad por vivir en su casa. Sería de 200 euros si se hacía ella misma la compra, de 300 si además le daban de comer. Esta medida, frecuente en Estados Unidos, desató la polémica en las redes sociales: ¿Deberían los padres poner una mensualidad a los hijos que no se van de casa aun siendo adultos?

“El objetivo de cobrarle el ‘alquiler’ era que ella se diera cuenta de que no todo es gratis. Y también prepararla para la adultez. Cuando una persona entra en el mercado laboral, tiene que ser responsable de su propio alquiler y comida”, explicó Cody. En su momento, el vídeo de TikTok se hizo viral, y la gente comentaba sus propias conclusiones, aunque las opiniones estaban tanto de su parte como de la contraria. "Un rotundo no. Sé que es raro, pero siempre ayudaré a mis hijos sin importar la edad", "nunca le cobraría a mi hijo", "eso es cruel".

Esta situación también se da en España. La joven Lorena -nombre ficticio ya que prefiere ocultar su identidad-, de Zaragoza, asegura que desde los 18 años, cuando comenzó a trabajar, le paga un 10% de su sueldo a sus padres, al igual que su hermano. Si no cobran, no deben pagar. "Que mis hijos aporten algo de su dinero a la casa lo considero una colaboración hacia nuestro hogar. No es que se les cobre un alquiler, sino que ayuden. No solo con tareas, sino económicamente. Como no sabíamos poner una cantidad exacta, decidimos hacer un porcentaje sobre lo que se cobrase", detalla su madre, Carolina -nombre ficticio-. A su hija le parece bien, ya que es una forma de educar, y plantea hacer lo propio con sus hijos.

La pareja estadounidense que se hizo viral por hacer que su hija pagara 200 euros al mes por vivir en su casa.
La pareja estadounidense que se hizo viral por hacer que su hija pagara 200 euros al mes por vivir en su casa.
HA

Dejando el punto ético a un lado, ¿es legal hacer esto? Responde Cristina Charlez, abogada de Derecho de Familia y especialista en estos casos: "Cuando son mayores de edad, se pueden dar dos casuísticas: que sean dependientes, es decir, que no tengan trabajo ni ingresos económicos; o que sean independientes y sí que tengan alguna nómina", especifica. 

Tanto en el Código Civil como en el Código Foral aragonés se recoge que los hijos mayores de edad independientes "tienen una obligación de contribuir económicamente" para ayudar a sus padres en casa.

Tanto en el Código Civil como en el Código Foral aragonés se recoge que los hijos mayores de edad independientes "tienen una obligación de contribuir económicamente" para ayudar a sus padres en casa. No obstante, queda en manos de los progenitores la decisión de pedirles un alquiler mensual o no. El artículo 155-2 del Código Civil recoge que "los hijos deben contribuir equitativamente, según sus posibilidades, al levantamiento de las cargas de la familia mientras convivan con ella"; mientras que el foral de Aragón recoge que: "Los hijos deben cumplir las reglas de convivencia que los padres dispongan razonablemente y contribuir equitativamente a la satisfacción de las necesidades familiares".

Cristina Charlez ha tenido que actuar en varios casos así en Zaragoza. "Pueden ocurrir dos cosas: o que la relación con ese hijo o hija sea buena o sea mala. Si es buena pero los padres necesitan que contribuya a la economía de la familia, no suele haber problema", detalla esta especialista en Derecho de Familia. No obstante, lo malo llega cuando la relación es más delicada. "Con un hijo mayor de edad, si te llevas mal con él, ¿lo echas de casa? Tienes derecho a echarlo porque no tienes que mantenerlo ya si no estudia y es independiente. Los padres no tienen la obligación de mantenerle. Tienes derecho a pedirle un alquiler y si no intentar echarlo de casa", desarrolla.

En caso de que el joven sea dependiente económicamente, si no busca trabajo, sus progenitores "tienen derecho a exigirle que no tienen que mantenerlo. "La obligación de los padres termina cuando los hijos han terminado los estudios o no los hacen con aprovechamiento", dice Cristina Charlez. Tendrá que "buscarse la vida", como se suele decir, o "ponerse a trabajar". "No tienen obligación de mantenerlos", manifiesta Charlez.

"Que mis hijos aporten algo de su dinero a la casa lo considero una colaboración hacia nuestro hogar. No es que se les cobre un alquiler, sino que ayuden"

Esta abogada asegura que sí que hay muchos casos de este tipo que llegan a sus manos, porque "hay una problemática con los que ni estudian ni trabajan". Además, si los padres no están separados y conviven juntos, los dos buscan una solución para el hijo o contra él. En caso de que vivan por separado, "pueden dar lugar a problemas que incluso llegan a la vía penal".

Lo cierto es que en España, al igual que Aragón, el tema de la emancipación es complicado. De hecho, tan solo el 16% de los menores de 30 años lo consigue en la Comunidad aragonesa. Gabriela Lardiés, psicóloga y escritora, cree que en el caso de la joven estadounidense se trata de algo "positivo" porque "es una forma de reforzar en esta chica sentimientos de eficacia, responsabilidad, autogestión y de valoración".

"La juventud es una etapa actualmente en gran vulnerabilidad psicológica. Las cifras lo confirman actualmente con el aumento de problemas psicológicos, depresión ansiedad, problemas de alimentación, trastornos del sueño...", asegura esta profesional. Una de las causas es, "sin duda", la incapacidad para emanciparse "en una etapa evolutiva crucial para el desarrollo emocional de la persona". 

"Muchos jóvenes no pueden emanciparse y los que podrían les cuesta tomar la decisión por el miedo a arriesgarse. Hay un pesimismo vital y una ansiedad por la incertidumbre que afecta psicológicamente. Trabajos inestables y precarios, la subida precios de compra y alquiler han influido sobremanera, así como alargar los estudios para poder competir", destaca Gabriela Lardiés. Esto acrecienta en los jóvenes sentimientos de "frustración, inutilidad y de incertidumbre" ante un futuro incierto y un presente con falta de autonomía y realización personal.

Todo ello se traduce, según esta psicóloga, en depresión y ansiedad, baja tolerancia a la frustración, déficit en resolución de problemas, falta de autoestima y sentimientos de ineficacia y fracaso.

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