economía

Sismoha, espacios modulares prefabricados hechos a medida desde Calatayud

La empresa bilbilitana, nacida en 2012, realiza desde oficinas, vestuarios, ambulatorios y bloques de baños a segundas residencias.

Foto de la empresa Sismoha de espacios modulares prefabricados, creada en 2012 en Calatayud
Foto de la empresa Sismoha de espacios modulares prefabricados, creada en 2012 en Calatayud
JMACIPE

Desde 840 aulas o 145 ambulatorios portátiles para el Gobierno de Perú a una vivienda de campo para un particular en la localidad de Terrer, de una cafetería en el Pirineo a cinco módulos para el albergue de temporeros que promovió la Fundación Reina Sofía en Fraga. Para la empresa Sismoha, creada en 2012 en Calatayud, la cartera de proyectos es de lo más variada y diversificada: "Es difícil que hagamos exactamente lo mismo para dos clientes". 

Se trata de una compañía que se dedica a la fabricación a medida de módulos prefabricados y que cuenta con ocho trabajadores fijos en plantilla, aunque han contado con picos de hasta 50 empleados, y facturan por encima del millón de euros.

"Nos adaptamos a las necesidades del mercado y hacemos unos productos que están totalmente personalizados, porque al montaje básico se pueden añadir acabados especiales"

Dentro de sus servicios se incluye el diseño y el montaje, con un plazo medio de entrega que -dependiendo de la superficie y complejidad- oscila entre las cuatro y las seis semanas. Son vestuarios, oficinas, casetas de control de accesos, espacios de zona limpia para entrar a granjas, bloques de baños… "El proceso, una vez confirmado el pedido y realizado el acopio de material, lo hacemos todo aquí: soldadura de la estructura, pintado, se coloca el suelo de vinilo y madera, carpintería para puertas y ventanas, cubierta e instalación eléctrica y, si requiere, de fontanería. Es un producto terminado, para llegar y, prácticamente, usar", detalla Carlos Miguel Gascón, jefe de ventas de la firma.

"Nos adaptamos a las necesidades del mercado y hacemos unos productos que están totalmente personalizados, porque al montaje básico se pueden añadir acabados especiales", destaca el responsable. En un sector altamente competitivo como el suyo cada detalle cuenta, y para marcar la diferencia apuestan de forma decidida por la investigación y desarrollo, como la creación de una vivienda cuyo montaje es como un desplegable. "Buscamos y probamos materiales nuevos, rediseñamos sistemas de construcción para hacerlo más rápido, estudios de logística para reducir costes…", enumera Carlos Miguel.

En el caso de la logística, el estallido de la pandemia y el encarecimiento de los costes les ha obligado a reinventarse. "Nuestro principal mercado era la exportación. Hemos estado en Ecuador, Brasil, Argentina, Uruguay, Angola, Haití, Guinea, Costa de Marfil, Zimbabue, Camerún y Perú", enumera y recuerda que en 2018 recibieron uno de los premios a la Exportación de la Cámara de Comercio de Zaragoza. Sin embargo, inciden en cómo el alza de los precios en los portes ha llegado a unos niveles prohibitivos: "Antes el flete marítimo de un contenedor eran 3.000 dólares y ahora son 12.000".

"Nuestro principal mercado era la exportación. Hemos estado en Ecuador, Brasil, Argentina, Uruguay, Angola, Haití, Guinea, Costa de Marfil, Zimbabue, Camerún y Perú"

Ante ese escenario, su buen hacer les ha llevado a ganar presencia en el mercado nacional y cuentan con proyectos en Vitoria, Cantabria, Ceuta, País Vasco, Madrid para grandes empresas como Aena, Veolia, pero también para particulares. Asimismo, en el horizonte más cercano están explorando nuevas líneas de negocio y, recientemente, han abierto un punto de venta del llamado panel sándwich, aunque no es el único deseo en mente.

Tras mudarse de sede dentro del propio polígono de la Charluca, ahora cuentan con dos naves de 1.700 metros cuadrados, una para acopio de material y otra para las labores de montaje. A eso se suma una campa anexa con 7.800 metros en los que, entre otras cosas, quieren habilitar un espacio de exposición. "Es una manera de mostrar lo que hacemos y que los clientes lo puedan ver por sí mismos", destaca Carlos Miguel.

  • Desde 2012. La empresa arrancó hace 11 años y ha ido adaptando su producción a las demandas del mercado. En su cartera incluyen desde módulos de vestuarios y baños, hasta viviendas, aulas y ambulatorios.
  • Facturación. De forma global, su facturación superó el millón de euros. Sus trabajos, al ser modulares, dan la posibilidad de unir varios habitáculos, y personalizar los acabados.
  • De la exportación al mercado nacional. El incremento del coste de los portes -de 3.000 dólares a 12.000- les ha llevado a hacerse un hueco y extenderse por toda España.
  • Nuevos proyectos. Sismoha, acrónimo de Sistemas Modulares Habitables, tiene en mente ampliar sus líneas de negocio y habilitar nuevos espacios, como un showroom.
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