La construcción pide un cambio en la normativa municipal de Zaragoza para adelantar la jornada de trabajo en verano

Empresarios y sindicatos exigen que «les hagan caso» ante la llegada anticipada del calor para evitar accidentes laborales

Trabajadores en el andamio, en una foto de archivo de una obra en Zaragoza en junio de 2022.
Trabajadores en el andamio, en una foto de archivo de una obra en Zaragoza en junio de 2022.
Guillermo Mestre

Aunque el fin de semana haya dado algo de tregua, las altas temperaturas de 36 grados alcanzadas en abril hacen que el sector de la construcción esté reclamando ya al Ayuntamiento de Zaragoza un cambio en las ordenanzas municipales del ruido y del tráfico para poder adelantar a las 7.00 la jornada de trabajo en las obras y hacerla continua para evitar riesgos a los trabajadores y que no estén en exteriores en las horas de máxima exposición solar.

«El Gobierno nos acaba de dar la razón y va a prohibir trabajar a determinadas horas en las obras, la limpieza de las calles y otros sectores», destaca Fernando Baraza, secretario general de la Federación del Hábitat de CC. OO. Aragón. 

«En grandes empresas», recuerda, «como Dragados, Ferrovial o el grupo MLN ya tienen pactada la distribución irregular de jornada y trabajan 9 horas en invierno y 7 en verano, pero necesitamos una actuación coordinada en todos los gremios» y actividades afines a la construcción. Es decir, que no solo el que trabaja en la obra sino el de la hormigonera o el montador de madera tengan jornada continua desde las 7.00 cuando hace más calor. 

«Lo primero es que el Ayuntamiento lo autorice. Después ya estamos los sindicatos para llevarlo a los convenios», indica Baraza, para que no haya muertes por calor como las que se produjeron en 2022. En abril, CC. OO. empezó a enviar cartas a empresas y administraciones para acordar medidas preventivas.

«Si Ayuntamientos como el de Sevilla, Badajoz o Murcia lo hacen, no entendemos por qué Zaragoza no», señala Inmaculada Cugat, secretaria general de la Confederación de empresas de la Construcción de Aragón (CEAC). «Solo pedimos una modificación en las ordenanzas para iniciar los trabajos de construcción a las 7.00 en el periodo de marzo a octubre y aplicar horarios de verano que permitan al sector paliar las condiciones extremas en que se trabaja esos meses por el calor», afirma.

«Necesitamos un marco normativo para negociar en cada empresa la posibilidad de trabajar una hora menos en verano y así evitar los golpes de calor», añade Manuel Grande, secretario del sector de Construcción en UGT Aragón, convencido de que adelantar la jornada es fundamental en esta actividad y otras a la intemperie como limpieza, jardinería, recogida de residuos, conservación de carreteras, labores agrícolas, etc. 

«Está bien preocuparse por los vecinos y que el ruido de obras no les moleste antes de las 8.00, pero hay que pensar también en los trabajadores: ¿qué productividad puede tener un señor después de haber comido y a una temperatura de 38 grados?», se pregunta. 

El sector confía en que en plena campaña electoral los partidos sean más sensibles. «Esperamos que este año sí nos hagan caso y actúen, no solo que nos escuchen», insiste el sindicalista de UGT.

Jaime Lorén, de la empresa Áridos y Excavaciones Carmelo Lobera, piensa que «el problema son las ordenanzas municipales y hay que cambiarlas para que se pueda trabajar a partir de las 7.00». Con distintas obras en la ciudad, asegura que «un albañil no puede estar cavando en una zanja a las 17 horas a 40 grados. Si hay un fallecido haremos al Ayuntamiento responsable subsidiario del accidente. Parece que las administraciones no mueven ficha hasta que no hay una desgracia», lamenta.

Para Juan Carlos Bandrés, director general del Grupo Lobe y presidente de CEAC, es cuestión de sentido común. «Antiguamente, se hacía de forma silenciosa e internamente en las empresas, pero ahora todo es más oficial. Solo pedimos que la normativa se adecue para que la gente que realiza trabajos en el exterior los haga en condiciones de seguridad y salud laboral». Desgraciadamente, «lo que está pasando con el cambio climático es que lo que antes se pedía para la época estival se ha adelantado a abril o mayo. Las temperaturas son más extremas. Han venido para quedarse y no cabe sino adaptarse», concluye.

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