Heraldo del Campo

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De Estambul a Ariza para elaborar miel ecológica cuidando la calidad

Julio Yagüe es el impulsor de Lares Miel, empresa dedicada a fabricar productos apícolas que se utilizan en restaurantes como Gente Rara.

Julio Yagüe, trabajando en su colmenar del municipio zaragozano de Ariza.
Julio Yagüe, trabajando en su colmenar del municipio zaragozano de Ariza.
Lares Miel.

Cambiar las posibilidades que ofrece una ciudad de más de 15 millones de habitantes por las de un pequeño municipio que supera por poco los mil vecinos puede tener sus inconvenientes, pero la elección es más fácil si lo que se quiere a llevar a cabo es un proyecto de vida.

Este fue el caso del aragonés Julio Yagüe, que después de trabajar un tiempo como profesor de español en Estambul tomó en 2018 la decisión de regresar a su pueblo, Ariza, y crear Lares Miel, una empresa dedicada a la elaboración de productos apícolas de la que es su único miembro.

 "Además de Turquía, estuve también en Bucarest, y fue una experiencia muy buena. Pero quise volver porque tenía la intención de desarrollar un proyecto personal en el que yo decidiera qué hacía. Además de que no me veía de profesor a los 50 años, dependía de otras personas en el día a día y yo soy un tío muy rural, así que las dos vidas no eran compatibles. Y, al final, puedo hacer muchas más cosas aquí que allí", indica Yagüe.

Así, barajó varias opciones y finalmente se decantó por la miel. "Los inicios fueron duros. Empiezas de cero y en números negativos, viniendo además de la comodidad que tenía. Al principio cometes errores y descubres cosas que no sabías que existían. Pero siempre me animé a seguir porque era un proyecto de vida y porque las cosas que hacía me hacían sentir orgulloso", manifiesta el apicultor, de 37 años.

"Siempre me animé a seguir porque era un proyecto de vida y porque las cosas que hacía me hacían sentir orgulloso"

En el verano de 2019, fue designado como uno de los ocho proyectos finalistas en la quinta edición del Programa de Emprendimiento Agroalimentario de Aragón, organizado por el Instituto Aragonés de Fomento. Una experiencia que valora notablemente, al haberle permitido recibir una formación que le ha resultado muy útil para mejorar su negocio.

Desde entonces, Lares Miel ha ido creciendo y hoy vende sus productos a tiendas, particulares y a restaurantes como Gente Rara, que el pasado mes de noviembre recibió su primera estrella Michelin. "Es un local en el que aprecian mucho la miel y la alimentación de calidad y, desde luego, pone en valor mi trabajo y también al sector, lo que animará a otros profesionales a cuidar igualmente el producto y el territorio", detalla al respecto.

Apicultura ecológica

En octubre de 2020, Yagüe decidió iniciar el camino de la apicultura ecológica, recibiendo un año después el certificado correspondiente por parte del comité del Gobierno de Aragón. Una modalidad que constituye una de las principales señas de identidad de la empresa. 

"Me pasé a esta para diferenciarme, porque en Aragón hay pocas personas que la practiquen. Es un punto que aprecian mucho los clientes, el hecho de que cuides bien el producto, porque miel buena la puede hacer casi cualquiera, lo difícil es que sea rentable. Ahora quiero empezar a trabajar con tiendas especializadas en lo ecológico, porque este tipo de consumidor valora más esa calidad diferenciada. El proceso te hace llegar a un cliente que sabe lo que cuesta hacer el producto y le da importancia. Lleva muchísimo trabajo, entonces, si quieres que alguien eche más horas para que sea de calidad, tiene que ser a más precio. Y la clave es la certificación, pues da confianza al usuario", explica.

Tal y como relata, otro de los elementos que caracterizan al negocio es el hecho de la miel no contenga ningún tipo de aditivo ni que experimente refinados, lo que hace que mantenga todas sus propiedades e intensidad. Asimismo, tampoco utiliza antibióticos ni tratamientos químicos de síntesis, además de buscar para los colmenares entornos en los que no haya una alta densidad de químicos, como frutales o regadíos, para que las abejas no se vean afectadas.

"Con todo ello, busco tener un producto que sepa a miel buena, dando la garantía de que no va a contener ningún tipo de residuo. Por eso, cuando las abejas tienen alguna enfermedad, las trato con técnicas como el enjaulado de la reina, que es más costosa, porque hay que abrir la colmena, que puede tener 40.000 ejemplares, buscar a la reina y dejarla en una jaula 24 días. Pero, con ella, consigo esa pureza. Prácticamente todo el mundo cumple con los límites legales en cuanto a residuos, pero yo prefiero dejarlos a cero. Es un extra que el cliente valora", concluye Yagüe.

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