Heraldo del Campo

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Buenas cifras en malos tiempos

En un escenario convulso, marcado por los altos costes de producción, la industria alimentaria ha cerrado 2022 con un nuevo récord de exportaciones, que han crecido un 3% hasta los 2.762 millones de euros.

El sector cárnico, a pesar de haber reducido el volumen de las ventas, lidera las exportaciones de la industria alimentaria de la Comunidad.
El sector cárnico, a pesar de haber reducido el volumen de las ventas, lidera las exportaciones de la industria alimentaria de la Comunidad.
V.C:

La industria alimentaria aragonesa ha plantado cara al complicado escenario en el que se mueve la economía desde que el mundo que se vio sorprendido por la aparición de un desconocido y letal coronavirus.

Está aguantando los retos que le ha tocado vivir en los últimos años. Primero fue una pandemia –en el atípico 2020 llegó a facturar más de 7.000 millones, un 26% más, es decir 1.000 millones que un año antes–. Pasados los momentos más difíciles de la crisis sanitaria la reactivación económica llegó acompañada de una disparada inflación. Y entre una y otra, una conflicto bélico en suelo europeo por la invasión de Rusia en Ucrania que ha impactado con fuerza en todo el sector agroalimentario.

Por eso, el carácter que mejor define a la industria alimentaria, el segundo sector industrial de la Comunidad que emplea a 18.874 trabajadores, es la resiliencia y esa capacidad de hacer frente a todas las dificultades, precisamente porque está muy arraiga al territorio, a la producción primaria y también al consumo. Porque estas son precisamente las tres razones por las que la industria alimentaria no solo ha conseguido mantenerse firme ante una situación tan compleja sino que incluso ha logrado crecer e incrementar sus exportaciones, lo que demuestra que también fuera de España se está valorando la calidad y la seguridad alimentaria de los productos de Aragón.

Este es el análisis que el presidente de la Asociación de Industrias de la Alimentación de Aragón (AIAA), Luis Villamayor, realizaba esta semana durante la presentación de los frutos que ha dado la colaboración público-privada en promoción en los últimos cuatro años en los que el interés de los consumidores españoles por los alimentos de calidad diferenciada de Aragón y sus ventas han crecido exponencialmente.

Fuera de España se está valorando la calidad y la seguridad alimentaria de los productos de Aragón

El incremento también ha traspasado fronteras. Las ventas en el exterior, que no han dejado de crecer en los últimos años, han vuelto a batir récord y se han aupado hasta los 2.762 millones de euros. La cifra supone un incremento del 3% respecto a las exportaciones del año anterior y casi triplican los 983 millones que se facturaban en los mercados internacionales en el año 2015.

A mitad del pasado año parecía que iba a ser difícil conseguir este montante porque el valor de las exportaciones sumaba en los seis primeros meses del año 1.163,4 millones de euros, lo que obligaba a hablar de un descenso del 4,4% respecto a la cifra del mismo periodo de 2021. Entonces, el potente sector cárnico –liderado por el poderoso porcino, veía reducida su comercialización en China, que ha limitado sus importaciones tras la progresiva recuperación de la producción de carne de cerdo tras la grave crisis que se desató en sus granjas en 2019 por la aparición en aquel país de la peste porcina africana.

Pero la resiliente industria alimentaria aragonesa, como la define Villamayor, ha vuelto a demostrar su capacidad de resistencia y su resolución para encontrar posibilidades de negocio en mercados alternativos.

Es cierto que hay un matiz. Se ha dejado notar el efecto de la inflación, porque si bien las empresas han tenido que hacer frente a unos elevados costes de producción, el incremento de los precios ha permitido compensar el descenso del volumen de las exportaciones, especialmente en lo que a la carne de porcino se refiere.

Mercados exteriores

Hasta los 2.762 millones de euros se ha elevado la facturación que la industria alimentaria aragonesa consiguió durante 2022 de los mercados exteriores. Una cifra que supone un incremento del 3% respecto al año anterior y con la que ha vuelto a pulverizar récord.

"Es una buena cifra", reconoce Ignacio Domingo, gerente de la Asociación de Industrias de la Alimentación de Aragón (AIAA). Más en un ejercicio como el pasado en el que este sector, que genera el 20% del empleo del total industrial, "ha encontrado múltiples y muy variadas dificultades en determinados mercados", señala Domingo, que reconoce que la guerra de Ucrania complicó sobremanera el coste de la energía y los carburantes incrementando no solo el gasto necesario para producir sino también para llevar los alimentos al mercado. "Otro factor que influyó muchísimo durante unos cuantos meses fue el elevado coste logístico del transporte, sobre todo marítimo, ya el precio de los fletes llego a multiplicarse por cinco", detalla.

El sector cárnico, y con él el potente porcino, dice mucho en los datos publicados por las Cámaras de Comercio y la Agencia Tributaria. No es una novedad, ya que sus ventas representa dos tercios del total de las exportaciones agroalimentarias aragonesas, por lo que de su comportamiento depende también la evolución de la comercialización en el exterior.

"Es difícil prever como evolucionará la exportación en 2023 porque reina la incertidumbre"

El incremento del volumen de negocio que la industria alimentaria aragonesa computa fuera de las fronteras españolas tiene mucho que ver con el aumento de las exportaciones de carne. Su facturación ha pasado de los que ha pasado de los 1.668 millones de euros en 2021 a los 1.716 Millones de euros contabilizados el pasado año. La cifra ha crecido un 3%.

Pero hay un matiz. El alza no se debe precisamente a un mayor volumen de toneladas. Todo lo contrario, las ventas han caído un 12% y el motivo viaja hasta el gigante asiático –primer mercado para la carne de porcino–, porque la recuperación de su producción tras superar los innumerables brotes de peste porcina ha reducido a la mitad, como ya venía advirtiendo a finales de 2021, las compras que China venía realizando a las industrias aragonesas. Un descenso que se ha visto compensado por el crecimiento en mercados europeos y otros mercados asiáticos. "El dato positivo –matiza Domingo– es que las empresas de la Comunidad han sabido dar solución a este descenso en otros mercados alternativos, tanto europeos como asiáticos, lo que habla muy bien de la capacidad del sector para encontrar una respuesta al bajón tan importante que se ha producido en un solo año y en una mercado tan importante".

La inflación también ha tenido su cruz (incremento costes de producción), pero también ha mostrado una cara amable, ya que la inflación ha permitido compensar un menor volumen de ventas.

Pero la industria alimentaria es mucho más que carne, aunque es cierto que ya que supone el 62% de las exportaciones del sector. Le sigue, aunque muy de lejos, las ventas de fruta, que representan el 8,5% de las ventas al exterior, los productos de bollería y derivados, con un 6%, y los vinos que alcanzan el 4%. Y, en general, explica el gerente de AIAA, el resto de subsectores de la industria alimentaria consiguieron incrementar sus valores. Destaca especialmente los aumentos conseguido por los productos de bollería y pastelería, con un 40% y los de molinería y dulces, que se anotaron un alza del 30% y del 20% respectivamente.

El sector cárnico aumenta su facturación, pero cae el volumen exportado un 12%

"Es cierto que estos aumentos se explican en parte por el incremento de los precios, pero también se ha comercializado mayores volumen en algunos mercados como el francés, donde los alimentos de bollería y pastelería han experimentado notables incrementos", detalla Domingo.

Aunque China es el principal mercado del mayor exportador alimentario de Aragón, Europa continua siendo el principal destino de los alimentos transformados en la Comunidad. Dicho en cifras. Hacia los mercados del Viejo Continente viajan el 65% del total de las exportaciones aragonesas de alimentos. Le siguen los mercados asiáticos, que absorben el 30 % del total de la comercialización internacional.

Francia, a lo alto del podio

Con el giro que han sufrido las exportaciones a China, Francia recupera el primer puesto como el mejor destino para las exportaciones aragonesas. Lo ha conseguido más por demérito de China que por logro propio, aunque el representante de la AIAA asegura que el mercado francés también ha incrementado «un poco» la compra de productos cárnicos a Aragón. Junto con Francia y China, y por este orden, Italia, Portugal, Japón, Polonia, el Reino Unido, Alemania, Rumanía y Corea del Sur suponen dos tercios de las exportaciones totales del sector.

Y aunque las importaciones crecieron en 2022 respecto al año anterior, la industria alimentaria aragonesa continúa manteniendo como en ejercicios anteriores un importante superávit de la balanza comercial que supera los 2.000 millones de euros.

Incertidumbre a la vista

Domingo reconoce que resulta difícil augurar qué sucederá en este 2023, "porque en la situación actual lo que reina es la incertidumbre", añade. Cree que, salvo complicaciones que pueden quedar fuera de cualquier previsión, este puede ser un año "en el que se puede estabilizar la situación en cuanto a costes". Se muestra convencido, sin embargo, de que durante los seis primeros meses van a continuar los altos precios y con ello los costes elevados por lo que van a continuar los problemas y las exportaciones pueden verse afectadas.

"Pero en principio, las perspectivas pueden ser positivas e incluso puede haber algún crecimiento, pero veremos como evoluciona porque también es un año complicado", puntualiza.

El gerente de la AIAA no se muestra muy convencido de que la apertura comercial de China tras el cierre total del país que se autoimpuso para frenar la covid beneficie a la industria aragonesa. "Es un mercado muy limitante, sobre todo en alimentación y en productos perecederos, porque además son las autoridades chinas las que tienen que autorizar a cada empresa para entrar en su mercado y no es fácil", explica. Señala además que en el gigante asiático la clave esta en el porcino y dado se han resuelto los problemas sanitarios de su cabaña ganadera tienen mayor oferta cárnica propia y por lo tanto, son las difíciles las exportaciones desde países como España. «Ahí va a ser más complicado poder crecer. Mantener el nivel actual ya estaría bien», dice.

Con todo, Domingo tiene claro que las empresas "encontraran otros caminos para seguir aumentando sus ventas al exterior" aunque asegura que la industrial agroalimentaria no tiene una hoja de ruta establecida. Depende, señala de las producciones, y pone como ejemplo que las cárnicas miran hacia los países asiáticos, mientras que para el vino Norteamérica puede ser un destino de interés, aunque habrá que ver cómo evoluciona porque este es un mercado muy codiciado por productores de todo el mundo y es complicado hacerse hueco.

Pese a las buenas cifras y los constantes crecimientos, las industrias de la alimentación tienen una asignatura pendiente: conseguir que sea mayor el número de empresas exportadoras habituales. "Ahí queda un camino muy amplio por recorrer y con mayores apoyos institucionales ese objetivo se podría conseguir en menor tiempo", señala, convencido de que en ese aspecto en Aragón "queda trabajo por hacer".

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