Tercer Milenio
En colaboración con ITA
ECONOMÍA
Walqa: 20 años como ecosistema de innovación
El Parque Tecnológico de Huesca se puso en marcha en 2002. Son muchas las cosas que han cambiado desde entonces y un gran porcentaje de las 500 personas que trabajan en él no acuden a diario a sus oficinas.
Comunidad de los seres vivos cuyos procesos vitales se relacionan entre sí y se desarrollan en función de los factores físicos de un mismo ambiente. Es la definición de ecosistema recogida por la RAE y la que mejor refleja el funcionamiento del Parque Tecnológico Walqa. Situado a 8 kilómetros de distancia de la ciudad de Huesca, a pie de autovía, cumplirá el martes el 20 aniversario de su apertura. Estaba llamado ser el motor de la nueva economía de Aragón, pero las circunstancias, la crisis económica y la pandemia lo han obligado a acomodarse para dar respuesta a otras necesidades.
Compañías como Vodafone, Telefónica o Microsoft abanderaron el proyecto del Gobierno autonómico, que impulsó el Partido Aragonés. El vicepresidente del Ejecutivo y consejero de Industria, Arturo Aliaga, manifiesta que Walqa se creó para "posicionar a Huesca, y a Aragón como un polo de la tecnología, que se anunciaba que sería clave en las industrias del siglo XXI".
El también presidente del consejo de administración de la sociedad pública que gestiona el polígono, de 53 hectáreas, señala que, después de estas dos décadas, "Walqa ofrece la imagen, las infraestructuras y el ecosistema innovador y tecnológico para que Huesca sea más moderna y tenga más oportunidades". "Las empresas punteras, el empleo de calidad, con muchos puestos en I+D, los centros tecnológicos, el centro de datos del Gobierno de Aragón, el Planetario... sería impensable sin el Parque", añade.
Evolución desde sus inicios
Hubo un tiempo en el que su crecimiento se medía por el número de edificios construidos dentro del recinto (ahora hay 14) y la cifra de trabajadores que entraban y salían de ellos, que llegó a 800. Hoy los parámetros son otros, según apunta el director de Walqa, Luis Correas. "El mundo ha cambiado, ya no se puede medir por cabezas y no es relevante cuántas personas trabajan en el parque", explica. Asegura, que "hoy se calibra lo intangible, las cosas que pasan, como que una empresa unicornio consiga una ronda de financiación B que levante 28 millones de dólares, algo que se ha hecho desde aquí".
Cuando Walqa se presentó en sociedad el escenario era muy diferente. En España no eran tantas las empresas con base tecnológica e innovadora, dos rasgos que hoy están en todos los sectores productivos. Tras la marcha de las compañías que actuaron como tótem, el Parque sucumbió a una especie de melancolía, difícil de neutralizar y que aún pervive en la memoria de quienes se subieron al barco al inicio del viaje.
Algunas de las empresas que apostaron por Walqa como trampolín hacia el futuro continúan aquí, como Ecomputer, OX-CTA o Inycom. Otras llegaron después y encontraron aquí su medio natural para crecer. Tal es el caso de Podoactiva. Están las de jóvenes profesionales con las expectativas intactas: Sonea, Ingeniería y Medio Ambiente; Alazets, Arquitectura y Arquitectura Técnica; Serprovit, servicios agropecuarios, o Mo2 Ingeniería, energías renovables.
Las alrededor de 60 empresas pertenecen a distintos sectores de actividad, pero comparten un característica: tienen un punto de innovación en lo suyo. Desde los 80 empleados de Podoactiva a los tres de Sonea, todos coinciden en que en este Parque "se está tan bien como parece". Mariano Mas y Penélope Santamera (Alazets) resaltan el entorno, la iluminación, la arquitectura y la tranquilidad como valores. Otra ventaja es que el alquiler de su oficina incluye el gasto de la electricidad, la seguridad y de otros servicios. "Conoces los gastos fijos, no dependes de lo que suba la luz, y hay facilitad de gestión", dicen.
Patricia Salas, directora de Sonea, que ofrece servicios de teledetección y sistemas de información geográfica para el medio ambiente y la agricultura, apunta que la empresa está en Walqa desde antes de fundarse, ya que en 2014 estaba en el espacio de trabajo compartido "con condiciones estupendas para poner en marcha el proyecto". "Y aquí nos hemos quedado", resalta.
El Parque ofrece espacios en alquiler que pueden ampliarse. Serprovit, especializada en la administración de proyectos ganaderos de porcino, llegó en 2019. "Empecé solo en una oficina de 27 m² y ahora estamos siete personas, en otra de 54", indica José Antonio Vitales, director ejecutivo. La empresa ha desarrollado el Pig Data, plataforma integral de gestión de datos que permite una comunicación bidireccional en todo el sistema de producción.
Panoplia de posibilidades
Luis Correas explica que el concepto de oficina han cambiado. "Tenemos que ofrecer, sobre todo, flexibilidad para crecer, para tener espacios de usos diversos", afirma. El director de Walqa comenta que hoy se puede trabajar con la misma eficiencia casi desde cualquier lugar y "lo que tenemos que ofrecer es toda la panoplia de posibilidades para quien quiere dejar de trabajar en casa o para empresas con empleados que viven en un lugar diferente al de su sede puedan tener un punto para recalar, un sitio que pago cuando lo necesito".
Los tres edificios que gestiona directamente el Parque están al 70% de ocupación. Hace unos meses se lanzó una campaña de promoción porque "hay que seguir trabajando para que se nos conozca bien", dice Correas. Insiste en que se plantean opciones de uso que pueden interesar a industrias de las cabeceras de comarca de la provincia pero asegura que "Walqa no está para deslocalizar sino para atraer o crear nuevas empresas".
Otro de los atractivos, junto a su cuidada urbanización y los diferentes servicios, es que está junto a la autovía de Zaragoza y tiene un fácil acceso. Desde la carretera es difícil no girarse para mirar el perfil de las construcciones o el emblema de Walqa. María Somolinos, ‘product manager’ y responsable de I+D+i de OX-CTA, indica que "vinimos porque queríamos que nuestra sede reflejara la política de la empresa y diseñamos un edificio biosostenible". La compañía desarrolla, fabrica y comercializa productos para la higiene y desinfección en diversos ámbitos: sanidad animal, defensa sanitaria vegetal en campo, industria alimentaria... "La producción, al ser química, no podía estar aquí así que está en Tardienta", precisa.
Somolinos revela que el director general de OX-CTA es de Bolea: "Tenemos empresas en Colombia, Italia… pero él dice que la sede estará siempre aquí" y añade que los clientes que llegan "encuentran un entorno que evoca la innovación y la tecnología".
Enrique Sampériz, director general de Ecomputer, reconoce que estar aquí proporciona cierto halo de seducción en el mundo de las empresas tecnológicas. La firma tuvo su edificio en 2004. "En la vida habíamos oído lo de parque tecnológico y lo íbamos a tener en casa; era una idea implantada en Estados Unidos que aquí podía funcionar y, siendo de Huesca, debíamos venir", dice.
Recuerda que los comienzos fueron "explosivos" pero que después nacieron otros parques en España y este entró "en una etapa de cierta decadencia". En su opinión, Walqa necesita seguir el camino que lleva: "Que venga alguna empresa tractora, que Podoactiva siga creciendo y que estemos muy unidos". De estos 20 años, elige quedarse "con lo positivo". "A las empresas locales, estar en un parque tecnológico nos da una dimensión nacional; otra cosa es que quisiéramos que este hubiera sido mucho más, como así se nos vendió", señala.
Podoactiva sigue creciendo. "Llevamos 14 años aquí y nos sentimos vinculados a la marca Walqa, porque nos gusta el territorio", asevera Javier Alfaro, director técnico y cofundador de la firma. Según dice, posiblemente, "la empresa no estaría donde está si no hubiéramos dado el paso de hacer un edificio como sede central , de ser tan ambiciosos en un momento en el que éramos bastante pequeños". La firma decidió mejorar la podología con ayuda de ingenieros y físicos "y para ello necesitábamos estar en un entorno cercano a la universidad y la tecnología".
Una academia de formación ‘online’ para podólogos de todo el orbe con los 50 profesionales mejores del mundo, un grado de Podología en preparación y un laboratorio ‘outdoor’ sensorizado para estudiar al deportista en su medio a punto de empezar a construirse son algunas de las credenciales de esta empresa.
Enrique de Meer, director de Operaciones del Área de Desarrollo de Inycom, comenta que desde Walqa "hemos teletrabajo toda la vida, pero desde la oficina, porque los compañeros siempre estaban en otro sitio". Él entró con una beca y ahora dirige un departamento de más de 300 personas. La empresa, de Zaragoza, tiene sedes por toda España y se dedica al desarrollo de tecnología, mantenimiento, soporte, sistema, desarrollo software...
En enero de 2021, en plena pandemia, Mo2 Ingeniería desembarcó en Walqa. La empresa, dedicada al desarrollo de proyectos llave en mano con integración de energía renovables, estábamos en un proceso grande de crecimiento y necesitada de un lugar que "nos diera visibilidad hacia nuestro perfil de cliente y negocio", explica Roberto Monzón, gerente. De momento, el Parque Tecnológico "nos aporta lo que necesitamos", señala.
Un futuro "digital, sostenible y social" y más empresas
La pandemia ha sido una piedra de toque para Walqa. Todas las empresas, salvo las ‘starup’, se mantuvieron. "Señal de que estarán a gusto", observa Luis Correas. Es cierto como también que la mayoría de ellas echan en falta la presencia de más firmas porque, al final, "el Parque se ha quedado para los de Huesca", aunque enseguida apunta que su mujer vino de Zaragoza para trabajar aquí, como Penélope Santamera o una de las últimas empleadas contratadas por Roberto Monzón.
Arturo Aliaga señala que Walqa "es el parque tecnológico de Huesca, del Alto Aragón, así como Technopark lo es del Bajo Aragón". El futuro del Parque irá por la misma senda que el de la Comunidad autonómica y será "digital, sostenible y social", asegura el consejero. De lo primero no hay duda y avanza rápido para conseguir lo segundo. Se ha logrado ya un 40% de reducción del consumo eléctrico gracias a las instalaciones fotovoltaicas de los edificios propios y de muchos de los privados. Esto ha permitido amortiguar la subida de los precios y mantener la tarifa plana a las pequeñas empresas. También se han colocado nuevos cargadores para coches eléctricos.
