Ribera pide a Bruselas "máxima implicación" con el gasoducto ante las dudas de Francia

La ministra considera que las interconexiones entre los estados miembros debería ser "política europea para lograr los objetivos".

La ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera.
La ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera.
CHEMA MOYA

La nueva alternativa propuesta por Alemania para recortar su alta dependencia al gas ruso pasa por España y Francia, con un nuevo gasoducto que comunicara la Península con Europa Central a través de los Pirineos. Un proyecto que lleva «décadas» encima de la mesa pero que siempre había contado con la oposición de Francia.

Por ello, ahora la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, pide a la Comisión Europea contar con su «máxima implicación» en este proyecto ante las dudas de los vecinos franceses. «Las interconexiones entre estados miembros no son solo una cuestión de cada país, sino de política europea porque de ello depende conseguir los objetivos comunes», señaló Ribera este miércoles ante los medios.

La ministra recordó que Francia está actualmente pidiendo energía a sus países vecinos, por lo que el país galo «está en buenas condiciones de entender que construir Europa pasa por esa apuesta en común de las políticas energéticas y en infraestructuras». «Será un debate importante en los próximos meses», añadió.

Ya la semana pasada Ribera se había posicionado a favor de comenzar con este proyecto que, en su opinión, debe contar con financiación de Bruselas al ser un «proyecto de Europa» para atajar el problema energético que tiene la UE tras la invasión rusa de Ucrania.

Actualmente la única conexión gasística que tiene España con Francia es un doble gasoducto que transcurre bajo la parte occidental de los Pirineos, uno en Irún y otro en el Pirineo navarro. Entre ambos apenas pueden exportar 8.000 millones de metros cúbicos al año.

El proyecto Midcat, que transcurre por Cataluña y termina en Gerona, estaba previsto que doblara este volumen de envío pero quedó paralizado en 2019 después de haber invertido en él 440 millones de euros por su elevado coste y la decisión de apostar por las energías renovables. Sin embargo, desde el estallido de la guerra, se han retomado las negociaciones y España ha planteado a la UE que ayude a financiar la construcción de los poco más de 200 kilómetros que faltan entre Hostalric (Gerona) y la localidad francesa de Barbaira.

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