el exprés
OSTA, la tercera vía sindical
La central aragonesista, solo superada por UGT y CC. OO. como fuerza de representación de los trabajadores en Aragón, cumple 20 años.
Dos décadas. Nació como una escisión en Aragón de la Unión Sindical Obrera (USO), sindicato con presencia en todo el país en el que muchos de sus afiliados dejaron de creer por considerar que no representaba sus intereses más cercanos. Fue creada como la Unión Sindical de Trabajadores de Aragón (USTA), si bien no tardó en cambiar pronto la U por una O (Organización), acaso para distanciarse más de su procedencia. El 25 de mayo de 2002 esta central sindical celebró en Zaragoza su congreso constituyente y proclamó a José María Pina como su primer secretario general. Hasta febrero de ese año Pina había sido el líder de USO en Aragón, puesto que ejercía desde 1996, y desde 2002 llevó las riendas de una central que se definió desde el principio como «independiente y con vocación aragonesista» hasta diciembre de 2009. Su buen talante, la irrenunciable defensa de los intereses de los trabajadores y un sentido común que le permitía saber dónde estaba, consciente de que había un hueco para defender a la clase obrera -como siempre han proclamado las centrales- más allá de UGT y CC. OO., el primer impulsor de OSTA se ganó el respeto de quienes trabajaban en todo lo relacionado con el mercado laboral aragonés. En su proclamación como primer secretario general de esta central estuvieron entre otros el mismísimo José Ángel Biel, entonces vicepresidente del Gobierno de Aragón; el director general de Trabajo en ese momento, José Luis Martínez Laseca, y Felipe Pétriz, rector de la Universidad de Zaragoza. Con Pina estaban en la Ejecutiva José Antonio González (que le relevó en el puesto en 2009 y unos años después dejó el sindicato), Mariano Llorente, Jesús Aldea, Carlos Casañal, Pascual Aguilar, Laura Estrada, Julia Montalbán y Pepe López (un referente en el comité de Opel España), la mayoría de todos ellos ya felizmente jubilados.
Personalidad propia. Pilota hoy las riendas de OSTA David Lázaro, sindicalista surgido de las cadenas de producción de Pikolin que se afilió a la central un año después de su creación, en 2003. Cercano, combativo cuando toca y con mucha tralla aún por desplegar, mantiene los ideales originales de OSTA, entre ellos ese aragonesismo irrenunciable que les haría sentirse más cómodos -en lo político y en muchas cosas más- de partidos y personas que defienden lo aragonés con voz propia, no la dictada por dirigentes de organizaciones de ámbito nacional que mandan desde Madrid. CHA y el PAR estarían en ese escenario, pero lo suyo es más la defensa de los trabajadores. «Cuanto más cerca negociemos mejor será para los intereses de los trabajadores», asegura Lázaro, secretario general de OSTA desde 2016. Con más de 4.300 personas afiliadas y poco menos de 700 delegados repartidos por todo el territorio, esta central tiene su hueco en la Comunidad, pese a no representar a sus trabajadores en negociaciones autonómicas con CEOE, Cepyme y la DGA (los interlocutores oficiales son UGT y CC. OO.) en eso que ellos definen como «el mal llamado diálogo social». Lo suyo es los centros de trabajo. En el sector servicios, en la industria (la mediana y la grande, les falta llegar a la pequeña), en la sanidad privada, en residencias...
Discrepar. En estos 20 años OSTA ha pasado por diferentes vicisitudes, algunas muy desagradables -incluidas las causadas por un extesorero que acabó siendo condenado por desfalco-, pero sigue en la brecha y defiende su derecho a discrepar. Por ello los 1º de Mayo protagoniza una marcha ajena a la de UGT y CC. OO.
