finanzas

El extraordinario reto de salir a bolsa

El proceso puesto en marcha por Ibercaja para dar el salto al mercado bursátil refleja los detalles que rodean a este tipo de operaciones.

Panel de la Bolsa de Madrid, el pasado martes.
Panel de la Bolsa de Madrid, el pasado martes.
Altea Tejido/EFE

Las ventajas de salir a bolsa están claras, la imagen de una empresa cotizada es la de una compañía de prestigio, transparente y solvente», afirma Javier Martínez, economista y analista financiero, responsable de la firma especializada Alantra en Zaragoza. Las compañías que salen al parqué, añade, «optan a una gran cantidad de opciones para financiar su crecimiento, acceden a una comunidad de inversores de todo el mundo, van a tener una valoración objetiva y pública, compromiso con una disciplina en la gestión, liquidez a los accionistas, incentivos a los trabajadores...».

Todas estas ventajas, corroboradas por otros expertos consultados por este diario, tienen la contrapartida de asumir ciertos riesgos, entre ellos la exigencia de una transparencia no ejercida posiblemente antes y el peligro de perder el control total de la compañía, como apunta Pilar Barcelona, directora en Aragón de Renta 4 y delegada en la Comunidad de EFPA, asociación europea especializada en la formación de profesionales en el ámbito financiero. En todo caso, para ella la lista de puntos positivos supera a la de los riesgos, y en ese sentido cita que dar el salto al parqué facilita «la obtención de una financiación continua y más barata, amplía la diversificación de las fuentes de financiación minimizando los riesgos y además ayuda a obtener una visibilidad que permite mejorar la posición negociadora en la obtención de recursos».

«Salir a bolsa es una decisión importante y con un alto nivel de exigencia tanto hacia los inversores como de tipo legal», apunta Pilar Barcelona. «El equipo directivo tendrá que entender claramente el proceso y evaluar el impacto que tendrá en los accionistas principales y en la propia empresa», añade antes de señalar que «la compañía debe valorar si está preparada para cumplir los elevados requisitos, si es el momento adecuado teniendo en cuenta la situación de los mercados y de los inversores y cuál puede ser el precio de salida».

En Ibercaja saben bien de qué habla la experta financiera zaragozana. La entidad aragonesa lleva ya unos años planeando su salto el mercado bursátil, opción elegida para que la Fundación Ibercaja rebaje su participación en Ibercaja Banco (hoy del 88%) a menos del 50% a fin de cumplir la Ley de Fundaciones Bancarias. El 20 de enero pasado, la entidad que dirige Víctor Iglesias como consejero delegado dio un paso decisivo al presentar a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) el documento Intention to Float (ITF), con el que iniciaba formalmente el proceso de salida a bolsa. Una operación cuyo calendario decidió posponer, no suspender, el pasado martes, 1 de febrero, «a la vista de la alta volatilidad de los mercados».

Eduardo Bandrés, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Zaragoza, tiene claro también que «cuanto más ruido externo y más volatilidad exista, más probabilidad hay de que la valoración bursátil de salida al mercado se aleje de la que se obtendría en condiciones de estabilidad a partir de un análisis de los fundamentales (balance, previsiones de la cuenta de resultados, sector, coyuntura del país, etc.)». Y ello puede determinar, añade, «que la oferta pública de venta (OPV) obtenga un precio inferior al esperado», un riesgo que ha pesado en la decisión de Ibercaja de posponer su operación.

«Una vez que la empresa ha decidido salir al mercado bursátil, con una oferta pública de venta, lo más importante es el folleto explicativo de la operación, en el que se detalla toda la información económico-financiera de la compañía, que deben conocer los potenciales inversores», explica Bandrés. «El momento óptimo», agrega, «sería aquel en el que la valoración bursátil esperada -con arreglo a la coyuntura de cada momento y a la valoración de otras compañías del sector- se acerque lo más posible a la valoración de la empresa a partir de sus fundamentales».

Una decisión «estratégica»

El profesor Luis Ferruz incide en que la salida a bolsa es un decisión «estratégica» que «requiere un gran esfuerzo de transformación y adaptación, que suele estar vinculada al crecimiento y el tamaño y que supone ciertamente en estos momentos una ‘revolución’ y aceleración de su digitalización y transformación digital». Y recalca: «Toda la empresa se va a ver afectada tanto en su organización como en su operativa e incluso en la cultura corporativa».

«El proceso es largo e intenso, por lo que la empresa tiene que analizar en profundidad su situación y todo el entorno, tanto el cercano como el más lejano», corrobora por su parte Javier Martínez. El analista de Alantra advierte también de que un salto como el de salir a bolsa incluye el riesgo de que al entrar nuevos accionistas, «hipotéticamente puede haber una pérdida de poder de los socios originales». En cuanto a la influencia del contexto geopolítico en este tipo de operaciones, recuerda que «no hay nada más miedoso en el mundo que el dinero, y la incertidumbre es su principal enemigo». El riesgo geopolítico, precisa, genera esa incertidumbre y también lastra la economía. «Esto es razonable y en los mercados financieros lo vemos más claro e instantáneamente: cuando hay incertidumbre por cualquier motivo, la volatilidad se incrementa y la mayoría de las veces esto va acompañado de caídas en las cotizaciones», afirma.

Pilar Barcelona recalca, por su parte, que los potenciales accionistas se retraen ante acontecimientos de esta índole, «disminuyen su apetito, pidiendo un descuento en el precio de salida que lo haga no atractivo para la empresa y paralizar el proceso de salida en estas circunstancias».

La búsqueda de inversores

Otra cuestión clave a tener en cuenta en un proceso de salida a bolsa tiene que ver con los inversores que van a entrar en la empresa. «Nosotros, por nuestra filosofía y tipología de clientes, y como banco de inversión, cuando asesoramos a una compañía en su proceso de salida a bolsa buscamos un inversor comprometido, que acompañe a la compañía en su crecimiento a medio y largo plazo», apunta la directora en Aragón de Renta 4.

«La búsqueda de inversores institucionales con vocación de permanencia es una tarea básica de los bancos de inversión que actúan como colocadores (‘underwriters’), y en ese punto es donde debe establecerse una conjunción de intereses con la compañía que lanza la OPV, con objeto de atraer a fondos de inversión, de pensiones, o compañías de seguros solventes y que aporten prestigio para la segunda fase de entrada de inversores privados», apunta en un tono muy didáctico el profesor Bandrés.

Su colega en la Universidad de Zaragoza Luis Ferruz advierte también de los riesgos de un escenario internacional en el que conviven inversores serios y con miras al largo plazo con los que están a la caza de gangas, más especuladores. El catedrático de Finanzas reseña que «en la amplia ‘fauna’ de la inversión bursátil nos podemos encontrar absolutamente de todo, como en la vida misma».

En general, señala, se puede hacer una segmentción simplista y decir que frente a los inversores institucionales que buscan mantener carteras muy diversificadas con criterios basados en sectores, zonas geográficas o de responsabilidad social corporativa, hay otros, «tanto institucionales como particulares, que tienen una visión de muy corto plazo y especulativa, de manera que efectivamente buscan gangas o incluso vender en el mismo día de la salida a bolsa si se da un cierto rally alcista». A estos lo mismo les da vender acciones de una buena compañía que criptomonedas o en el mercado de futuros del gas, señala.

«Ambos son necesarios para la normal evolución de los mercados financieros», matiza Javier Martínez. «Hay inversores que están dispuestos a prestar su dinero a una empresa para colaborar en su crecimiento, siendo conscientes de que el resultado se obtendrá a largo plazo», indica, mientras que otros inversores «lo que buscan es obtener una gran rentabilidad en el menor tiempo posible».

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión