ECONOMÍA
¿Subidas de sueldo del 5%?: empresas y sindicatos afrontan las negociaciones de convenios más complicadas
Con la inflación disparada, las pymes alertan de que la actualización de salarios puede poner en peligro su supervivencia, mientras las centrales piden negociar para no perder poder adquisitivo y evitar los "descuelgues" de la reforma laboral.
Los precios han subido en noviembre un 5,6%, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). El aumento de la inflación continúa con el alza de la electricidad, el gas, el transporte internacional y las materias primas. Se encarece el coste de la vida por encima de lo que lo hacen los salarios, que de media han aumentado solo un 1,5% en los convenios colectivos que se han ido pactado en lo que va de año en España, según los datos que recoge el Ministerio de Trabajo.
Reducir esta brecha puede resultar complicado en las nuevas negociaciones de convenio en las empresas donde toque renovar sus acuerdos laborales, precisamente uno de los puntos que siempre provoca más roces, las subidas salariales. En los acuerdos que siguen vigentes, compañías como Mercadona, que incluyen en el suyo una actualización de sueldos vinculada al Índice de Precios al Consumo (IPC), ya han comunicado que cumplirán el incremento pactado.
"Descuelgue" y cláusulas de revisión
Los sindicatos alertan de que la reforma laboral vigente permite aún el "descuelgue" unilateral de la empresa para no aplicar cláusulas económicas en determinadas situaciones de dificultad, mientras que hay acuerdos, aunque los menos, que introducen otras de "revisión salarial" para adaptar los sueldos a los incrementos del IPC si se alejan de lo acordado, como hace el Estado con la 'paga' por la desviación de las pensiones. Pero en estos casos no se habla del dato mensual del IPC que se va conociendo, sino la "media" del año, que el Gobierno calcula que puede quedar en el 2,5% en 2021.
En algunas negociaciones de convenios que han terminado su vigencia, los precios tan elevados están provocando más tensiones de lo habitual entre los representantes de los trabajadores que defienden recoger subidas que eviten la pérdida de poder adquisitivo y los de la empresa que apelan a la actual crisis por la pandemia de covid-19 y ven difícil digerir un alza de sueldos de tal calibre. Estos días se vive esta situación en Vigo, en la planta de Nueva Pescanova, donde la plantilla pide incrementos iguales al IPC, frente a las primeras propuestas de la empresa que hablan de un 3% en cuatro años.
En Aragón, la patronal de las pymes advierte que para algunas empresas a las que todavía no ha llegado la recuperación una subida del 5% siguiendo la inflación podría poner en peligro "incluso su supervivencia". El presidente de Cepyme, Aurelio López de Hita, recuerda que la subida salarial se sumaría a los costes que ya soportan las compañías por los precios de la energía "disparatados", la carencia de materias primas y otros componentes para la industria y la carestía de los fletes en el transporte internacional.
Entre las empresas hay "mucha preocupación", afirma Jesús Arnau, director general de CEOE Aragón. Recuerda que los últimos dos años el IPC ha estado en mínimos, incluso negativo (0,8% en 2019 y -0,5% en 2020) con subidas salariales medias del 1,5%, por encima de la inflación. "El origen de las subidas no son las empresas sino coyunturas internacionales", señala. En este sentido, desde CC. OO. Aragón, Pablo Castillo, secretario de Acción Sindical añade que la actual "espiral" de precios "no la han provocado los salarios" tampoco y apunta que "los crecimientos de los beneficios empresariales han sido mayores que los incrementos salariales".
Desde UGT Aragón, José de las Morenas, secretario de Política Sindical e Industrial, añade que "la recuperación no será justa si se impulsa empobreciendo a las personas". El sindicalista aboga por que en las negociaciones de convenio se incluyan subidas salariales y recuerda que la media del año solo ha sido del 1,5%. En la mayoría de los convenios el incremento que se plantea es el IPC en doce meses, más bajo que el mensual. "Hay muchas empresas que tienen mucha actividad, que han incrementado sus números y pueden mantener capacidad adquisitiva", señala en cuanto a las que no tendrán problemas en subirlos.
López de Hita matiza que "los trabajadores están en su derecho de pedir una subida con el IPC", pero recalca que esta puede provocar una "espiral galopante" de precios si no se "arbitran medidas para paliar el roto que va a producir en las empresas". Los productos se encarecerán todavía más, augura, y alerta de la "pérdida de competitividad". Entre las vías para reducir la factura de las empresas, Arnau señala rebajar impuestos en energía o carburantes, por ejemplo. "Si el Estado quiere aligerar la carga puede empezar a quitar carga sobre el contribuyente", dice.
En ningún escenario negociador de hace dos o tres años cuando se firmaron los actuales convenios se pensaba que el incremento pactado al IPC, que parecía el mínimo, se iba a convertir en un máximo histórico. "En los viejos convenios no va a quedar más remedio que adaptar la subida de los salarios del IPC", reconoce López de Hita, porque así se ha pactado, pero insiste en que habrá compañías que con esa subida "irán a pérdidas" al dispararse el gasto previsto en personal.
Patronal y sindicatos coinciden en que el alcance de las subidas en los nuevos dependerá de la situación de cada empresa y sector. Modular, pero desde UGT y CC. OO. se insite en que sobre la mesa de negociación se tiene que hablar de aumentos salariales. "Si la cesta de la compra te sube un 5% es difícil que no pidas un incremento salarial", plantea Pablo Castillo desde Comisiones Aragón. En caso contrario, "te están bajando el sueldo", advierte. CEOE vuelve a plantear que en lugar de referenciar el sueldo al IPC se mida la "productividad".
De las Morenas espera que la derogación total o parcial de la reforma laboral permita "equilibrar" las fuerzas en la negociación y que los descuelgues del convenio no queden solo en manos de la decisión de la empresa.
Arnau insiste en que no es el momento de aumentar gastos porque "se ha llegado a la fase de salida de la pandemia, pero no a la económica". Además, la llegada de fondos europeos en vez de reactivar cree que ha tenido un "efecto paralizante", con proyectos congelados a la espera de que llegue el dinero comunitario.
"Los salarios tendrán que tender al alza porque si no habrá conflictos", augura Castillo, en cuanto a la mayor dificultad para alcanzar acuerdos. Ambos sindicatos esperan que se renueve el que se rubrica a nivel nacional entre patronal y sindicatos y que marcaría la guía para la negociación colectiva del próximo año.
