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Arquitectura aragonesa en Colombia

La zaragozana Ingennus trabaja en el proyecto de un Centro de Alto Rendimiento Deportivo (CAR) en Bogotá con filiales de la firma KPMG.

Equipo de profesionales de Ingennus, en su sede de Zaragoza.
Equipo de profesionales de Ingennus, en su sede de Zaragoza.
Ingennus

Proyección. Tienen proyectos con cierto impacto mediático, otros que no lo son tanto pero no por ello son menos importantes o complejos. Seguramente en su equipo están algunos de los mejores arquitectos que tenemos en Aragón, aunque a veces pequen de discretos. Ingennus es una empresa que, creada en 2013, se lanzó a la internacionalización desde sus inicios, cuando aquí notábamos la dureza de la crisis económica, si bien pocas veces sabemos de ello. Por eso vale la pena reseñar aquí algunos de esos proyectos de ‘aragoneses por el mundo’. Por ejemplo, el del Centro de Alto Rendimiento Deportivo (CAR) de Bogotá, Colombia, una iniciativa público-privada en la que ha sido adjudicataria con dos filiales de la consultora internacional KPMG, la de Colombia y la de Brasil. También hay otro relevante, en este caso en otro continente, África, el de un agroparque en Kara, Togo. Un proyecto que, financiado por el Banco Africano de Desarrollo, se desarrollará sobre el polo agrícola de Kara, que cuenta con una extensión total de 165.000 hectáreas y que pretende desarrollar 25.000 empleos. El agroparque acogerá una ‘miniciudad’ al servicio de la industria agrícola, con distintos tipos de viviendas para mandos directivos y otros empleados, así como escuelas, centro de salud, locales de comercio y espacios de esparcimiento.

El CAR de Bogotá. En el proyecto colombiano, Ingennus se encarga de la parte técnica de la estructuración del CAR bajo el mecanismo de alianza público-privada (app), lo que incluye el diseño, construcción, modernización, dotación y definición de servicios deportivos. «Se pretende crear, al margen del escenario deportivo, un uso recreativo complementario para incrementar al atractivo para la app y optimizar el rendimiento de las instalaciones deportivas», apunta Elena Vallino, arquitecta responsable del proyecto. «La exigencia en un centro en altura (2.200 metros en este caso) es mucho mayor que en otros», indica. Por ello, el tiempo máximo de entrenamiento en este centro es de 21 días y hay que tener en cuenta que las competiciones suelen hacerse a nivel del mar y no en altura. «Estos cortos periodos son los que han promovido que se busquen otros usos complementarios», añade Vallino. El reto para el equipo KPMG-Ingennus es realizar un diagnóstico del funcionamiento de las instalaciones actuales y proponer servicios adicionales, mejoras en infraestructura, tecnologías y gestión, operación y financiación a través de la estructuración de la colaboración público-privada.

Equipo. Ingennus fue constituida por una decena de profesionales y hoy en la empresa hay unos 50. Es decir, se ha quintuplicado el número de empleos. De alguna manera ejerció el liderazgo durante unos años uno de los fundadores, José María Ruiz de Temiño, hoy está en el Ayuntamiento de la capital aragonesa (hace un año relevó a Nardo Torguet en la dirección de Zaragoza Vivienda), y entre febrero y agosto estuvo como director general Carlos Pérez-Aramendía. Este fue reemplazado, con el puesto de director corporativo, por Juan Manuel Álvarez, cuya experiencia de más de 30 años en la empresa y como profesor, con éxitos y fracasos, es un valor que vale la pena explotar. Como emprendedor impulsó Pyrenalia en los primeros años del siglo modernizando el mundo de los ‘call center’ y dando pasos más allá (llegando hasta Vietnam), pero la compañía llegó a su final el año pasado y Álvarez afronta ahora nuevos retos.

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