Heraldo del Campo

entrevista

Antonio Alot: "La nueva maquinaria va a cambiar el modelo de agricultor"

El empresario presidirá durante otros cuatro años el Clúster de maquinaria agrícola de Aragón, que cambia su denominación, con las miras puestas en la innovación y la exportación.

El presidente del Clúster Aragonés de los Medios de Producción Agrícolas y Ganaderos, Antonio Alot.
El presidente del Clúster Aragonés de los Medios de Producción Agrícolas y Ganaderos, Antonio Alot.
Campag

El Clúster Aragonés de los Medios de Producción Agrícolas y Ganaderos (Campag), inicialmente denominado de Maquinaria Agrícola de Aragón, reelegía en asamblea a Antonio Alot como presidente por otros cuatro años. El Clúster cuenta con 51 socios, de los que 43 son empresas y los otros ocho son centros reguladores o de apoyo, como Federaciones del Metal de Huesca y Zaragoza o centros tecnológicos.

¿Qué balance hace de la etapa anterior?

Hago un balance muy positivo, aunque nos han quedado asuntos pendientes debido a la covid, como el de la formación. Hemos conseguido inculcar el ADN de asociación y lograr que socios que son competencia entre sí colaboren para realizar proyectos de I+D y homologación juntos. Otro de los objetivos fue lograr estar dentro de la Agrupación de Empresas Innovadoras (AEI), algo que conseguimos en el primer año.

¿Qué supone ser un clúster AEI?

Es como el ‘pedigrí’ de los buenos clústeres. Si no tienes esta denominación no puedes optar a ayudas gubernamentales ni a muchas ayudas de la Unión Europea. Además, no resultas atractivo para que otras organizaciones se fijen en ti de cara a participar en proyectos. El ser un clúster AEI nos determina los criterios a la hora de incorporar nuevos socios. Ha habido empresas interesadas en pertenecer al Clúster y les hemos pedido que esperen, pero nuestro objetivo es incluir a toda la cadena de valor del sector. Cuando arrancó el Clúster decidimos que la incorporación al mismo fuera por sectores. Empezamos por los fabricantes de maquinaria agrícola, después los de maquinaria para la ganadería, después los fabricantes de componentes… Ahora queremos incorporar a los importadores y distribuidores. Creemos que esta forma de actuar hace que los socios se impliquen en la dinámica del Clúster.

¿Qué ha aportado el Clúster a los socios?

Les aportamos mucha gestión en materias como exportación. Hemos hecho un grupo de exportación en Colombia, donde hay seis empresas del Clúster operando. Para este año está aprobado un proyecto con el objetivo de desarrollar cuatro misiones inversas a Rumanía, Francia, Alemania y Sudáfrica, que son los países que han elegido los socios en función de sus necesidades y perspectivas.

¿Hacia dónde va el sector de la maquinaria agrícola?

El sector de la maquinaria agrícola apunta a crear máquinas autónomas y autorreguladas que puedan desarrollar su trabajo en cualquier momento y que el agricultor pueda controlar desde su casa. Para eso, el modelo de agricultor debe cambiar. El agricultor que tiene cien hectáreas tendrá que convertirse en, por ejemplo, socio de la cooperativa de su pueblo, de la que poseerá el porcentaje correspondiente. No se trata de que venda sus tierras, sino de encomendar la explotación y recibir los beneficios.

¿Hay alguna dificultad para el sector?

La digitalización, aunque avanza cada vez más, es aún difícil porque las marcas de tractores no son compatibles con todos los aperos. Se está avanzando en esto, pero no se solucionará hasta que no haya un sistema universal de compatibilidad entre herramientas y tractores. Esto está haciendo que también la filosofía de la compra de los tractores esté cambiando. Antes se compraba un tractor y luego el agricultor se compraba los aperos. Ahora sucede al revés: el agricultor se plantea qué necesita hacer en sus campos, compra el apero adecuado y, en función de eso, adquiere un tractor determinado. Además, cada vez hay más empresas externas que realizan trabajos en los campos. Son empresas que tienden a alquilar las máquinas en lugar de comprarlas. Es algo que sucede cada vez más en otros sectores y que llegará a la agricultura.

¿Cómo ha afectado la pandemia a su actividad?

Este año hemos tenido una bajada de ventas de un 15%, a pesar de que cosechas como la de cereales han sido buenas. El nuestro es un sector en el que la presencialidad es fundamental. Si el comercial no puede ir a visitar al cliente, las máquinas no se venden. Tampoco podíamos ir a poner en marcha las máquinas porque para tres días de trabajo, después había que estar un mes encerrado en casa. También hemos tenido que paralizar toda la formación porque en nuestro caso el formato ‘online’ no es posible, ya que hay que estar ante la máquina en el campo para ver cómo funciona, por qué se producen fallos…

¿Qué perspectivas tienen para 2021?

La perspectiva es que, como mínimo hasta verano, no habrá ninguna feria presencial. Por lo tanto, en 2021 nos queda sobrevivir como podamos. Tenemos las miras puestas en la próxima edición de FIMA, en 2022.

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