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Qué tipos de hipotecas hay y cuáles son las más apropiadas

Este préstamo para la compra de un inmueble conlleva una obligación mensual que no puede descuidarse.

El tipo de hipoteca va determinado por el interés que se aplica en su financiación.
El tipo de hipoteca va determinado por el interés que se aplica en su financiación.
Pixabay

Las hipotecas son la llave al mundo de los propietarios; se trata de una solución totalmente necesaria para la gran mayoría de compradores, a la vez que un compromiso de pago mensual que se convierte en el gasto número uno para los hogares, dado que fallar en su cumplimiento puede desembocar en la pérdida del inmueble adquirido. Naturalmente, y a pesar de que las condiciones para la hipoteca han vuelto a suavizarse, hay que cumplir una serie de requisitos para optar a este tipo de préstamo; por otra parte, es bueno conocer las diferentes tipologías de préstamo y las condiciones que pueden cambiar a lo largo del mismo.

Lo normal es que el tipo de hipoteca vaya determinado por el interés que se aplica en su financiación; puede ser fija, variable o mixta:

  • Fijo: El interés no cambia, es el que se acuerda con la entidad bancaria al firmar la hipoteca. Para el beneficiario es más sencillo amoldar sus gastos, y se evitan sorpresas, aunque en un lapso grande de tiempo siempre puede haber momentos en que el beneficio pudiera haber sido mayor para una de las partes.
  • Variable: hay un diferencial (fijo) y un índice que sube o baja, según las contingencias del mercado. Normalmente, en este tipo se comienza con un interés fijo el primer año y luego se aplica ese índice cambiante.
  • Mixta: Tramo fijo más extenso al principio (hasta 10 años) y variable después.

Cambios en las condiciones de las hipotecas

Después de la firma se pueden cambiar las condiciones, a fin de rebajar el interés aplicado. También se suele dejar la puerta abierta a la eliminación de comisiones: hay que fijarse desde el principio en este punto, ya que son muchos los bancos que ofrecen claramente una hipoteca sin comisiones. También se puede negociar una cancelación anticipada sin penalidad, por ejemplo.

Cualquier cambio entra dentro de los siguientes formatos:

  • Novación: supone negociar con el banco, y no siempre resulta factible.
  • Subrogación: se cambia la hipoteca de banco para mejorar las condiciones, en el caso del acreedor, o cambiar al titular del préstamo hipotecario en el caso del deudor.
  • Cancelación y nueva firma: es más caro, ya que se deben pagar nuevamente los gastos de constitución y conlleva un pago por la cancelación.

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